diciembre 29, 2006

esta mañana el aikidoka fue el primero en saltar al tatami. primero caminó dando pasos largos y pisando con fuerza sobre sus pies, luego hizo girar los brazos ampliamente, luego flexionó las rodillas en sentido circular y luego hizo también movimientos circulares con la cabeza, hasta que sensei se hizo presente en en el tatami y pidió tomar un jo.

la práctica de esta mañana se realizó de manera íntegra con un jo entre las manos. incluso durante el precalentamiento, que incorporó algunos ejercicios distintos a los habituales (a pesar de que ni siquiera un precalentamiento es igual a otro). un precalentamiento que rápidamente puso a punto al aikidoka para realizar la práctica.

el escaso acercamiento que el aikidoka tiene a las armas, y en especial al jo, hizo que ésta fuera quizás una de sus peores performances. sin embargo, la sorprendente ductilidad del jo, deslumbró al aikidoka, quien a pesar de su pobre desempeño, disfrutó en grado sumo su manipulación.

todo surgía a partir de un tsuki con el jo, el cual nage debía primero repeler con un golpe al lado, para dejar abierto un flanco y permitir así una arremetida de uke. en segunda instancia, nage debía repeler tanto el primer ataque como también el segundo.

lo interesante era que el jo de nage iniciaba su camino tomado con una sola mano, y una punta apoyada en el tatami como un bastón. entonces, ante la entrada de uke con tsuki (al centro o a la rodilla), nage debía reaccionar tomando el jo con la mano libre y realizar kai ten para salir de la línea de ataque, para luego repeler también el segundo ataque de uke, con un movimiento que al aikidoka le resultó muy difícil de comprender, pero que se intentará describir: la mano que había quedado más cerca de la punta del jo, debía soltarse y llevarse a la punta del jo más cercana al cuerpo. luego, aprovechando ese mismo movimiento, el jo debía ir atrás (pegado al hombro) y desde ahí sacar un movimiento descendente para repelerse el segundo embate de uke, quien finalmente dejaba un flanco abierto para darle el toque de gracia.

clac, clac, clac, clac sonaban los bastones de madera, en un ritmo quebrado que dominó toda la práctica.

en el último ejercicio uke buscaba la punta del jo de nage, pero con las manos libres. nage debía entonces aprovechar ese envión (que venía desde el lado y no desde frente, como es de esperar con un jo en guardia) para abrirse con kai ten y luego agitar el jo como si se estuviera hondeando una bandera, para proyectar a nage.

fue una práctica que sorprendió gratamente al aikidoka, a quien le dieron ganas de ahondar su aprendizaje en el uso de armas.

diciembre 27, 2006

esta mañana le palpitaban las sienes, sentía la cabeza embotada, tenía la boca seca y lo dominaba un mareo no muy intenso. dejando de lado los eufemismos, habría que decir que hoy el aikidoka asistió al dojo soportando los embates de una leve resaca.

esto podría sonar como una gran irresponsabilidad, pero quizás hubiera sido más irresponsable precisamente no asistir al dojo por este motivo. por lo demás, el malestar era leve (más producto del sueño que de la ingesta de cervezas de la noche anterior) y sus sentidos se mantenían abiertos. además, nuevamente el tatami funcionó como una especie de analgésico para sus dolencias físicas y espirituales, ya que apenas puso un pie sobre él, sintió el alivio.

claro que las cosas no fueron fáciles para el aikidoka, porque no contento con incluir varios ushiro ukemis al comienzo de la práctica, sempai pidió después tomar el bokken y realizar suburis verticales primero adelante y luego kai ten y corte atrás y luego atrás y atrás otra vez, haciendo girar al aikidoka sobre su eje en reiteradas ocasiones, lo que hizo sentirse aún más mareado.

al aikidoka le costó llevar el ritmo del ejercicio, pero consiguió de todas formas hacer algunos cortes con cierta limpieza. en un momento sempai indicó liberar el kiai al momento de realizar el corte, lo que le produjo al aikidoka una experiencia sumamente gratificante.

el primer ejercicio consistió en que nage debía abrir y extender ambos brazos y uke debía empujar uno de ellos hacia el centro. uke debía empujar el brazo hacia el centro, y nage debía hacer ten kan para nuevamente girar y hacer girar a uke que debía seguir insistiendo.

este fue el ejercicio que lentamente fue mutando para terminar en shiho nage y abrochar la bella práctica de hoy, la que, a jucio del aikidoka, tuvo un caracter circular.

diciembre 22, 2006

hoy fue la práctica más luminosa del año. y esto no se dice en sentido metafórico sino estrictamente astronómico. hoy comienza el verano en el hemisferio sur, y por tanto el sol se hizo presente algunos minutos antes de lo acostumbrado.

hacia el final del precalentamiento, sensei indicó tomar bokken, con el que se realizaron cortes verticales, haciendo hincapié en la importancia de tener los brazos relajados, intentando sentir el peso del bokken y sobre todo, al momento de realizar el corte, intentar olvidarse del bokken, dejándolo caer con naturalidad, pero a la vez entrando con intención con irimi.

fue la final del precalentamiento, pero se usó para dar paso al comienzo de la práctica, en la que debía absorverse y contrarrestar un chomen uchi, con el antebrazo y un atemi al tórax, para luego penetrar con ikkio.

fue una práctica que se fue incrementando en intensidad y que sensei remató incluyendo atokeiko antes del término de la misma. fueron más de sesenta proyecciones consecutivas, las que después de más de una hora de trabajo, dejaron exhausto al aikidoka. exhausto pero colmado de energía.

diciembre 20, 2006

una tonelada de cansancio, sueño, stress y obligaciones de fin de año se abatieron sobre el aikidoka cuando éste se encontraba aún bajo las sábanas. fue la primera lucha que debió enfrentar el aprendiz esta mañana.

lo alucinante es que toda esa carga que lo asfixia y que lo tiene presa de un constante mareo, se diluye sobre el tatami. allí el aikidoka vuelve a sentirse liviano y se olvida de las lesiones y las molestias corporales. se olvida también incluso de algunas molestias que aquejan a su espíritu.

esta mañana el aikidoka se hizo presente en el dojo pocos minutos antes de que empezara la práctica. en ese breve lapso el aprendiz pensó primero que sería el único alumno de la clase, pero luego de algunos segundos miró a su alrededor y pensó que sería el único varón, aparte de sempai, en medio de un pequeño pero heterogéneo grupo de damas, finalmente, después de otra suma de segundos, lo que parecía una práctica de baja concurrencia, se había convertido en un tatami en el que había que ganarse su espacio.

estaban presentes no sólo los habituales samuráis matutinos, sino también tres alumnos nuevos que asistían a su primera práctica. cada uno con su particular estilo, no sólo en cuanto a su vestimenta, por cierto, sino también por la forma en que cada uno enfrentaba su primer acercamiento al budo.

el aikidoka tuvo la posibilidad de practicar con cada uno de ellos, así como también con otros de sus compañeros, a los que ha visto progresar frente a sus ojos durante todo este tiempo.

este aprendiz se sorprendió con los avances que pudo percibir en algunos de sus compañeros, pero no fue capaz de percibir si él manifestaba el mismo grado de avance.

todo esto mientras, los rayos de sol iban inundando lentamente el dojo, lo que fue cargando a la práctica de una profunda emotividad (o eso fue al menos lo que sintió el aikidoka).

el ejercicio central de esta mañana se inició a partir de katatedori gyaku hammi. nage debía abrirse hacia un costado con la muñeca en su centro, al tiempo que con su mano libre enviaba un atemi al rostro de uke. luego nage acercaba al tatami su centro de gravedad para terminar de desestabilizar a uke que caía de espaldas.

luego ikkio, tanto en suwari como en tachi waza, para terminar con el mismo ejercicio de un comienzo, pero esta vez proyectando.

se trató de una práctica sumamente gratificante, no tanto por la productividad del aikidoka (que como siempre, se entregó por entero con su habitual irregularidad), sino también por la emoción y gratitud que mostraron los alumnos primerizos tras terminar la clase.

el aikidoka cerró la mañana con un intenso y demoledor/reponedor atokeiko.

apenas puso un pie fuera del tatami, tuvo que volver a cargar con la mochila de las preocupaciones.

diciembre 18, 2006

lo que más lo impresiona de la práctica es esa aparente levedad, cuando en realidad se está desarrollando un trabajo físico muy intenso. sobre todo cuando como hoy, sempai volvió a escoger al aikidoka como uke para ejemplificar la mayoría de las técnicas.

hasta ahora el aprendiz no había captado el esfuerzo físico extra que ese pequeño honor exige.

el tema central de la práctica de hoy, se fue desenvolviendo a partir de katatedori. primero, al igual que durante el precalentamiento, se debía ofrecer un brazo a uke, para luego, poco antes de que éste lo hubiera tomado, recoger el brazo cerrando la muñeca hacia el centro y luego kaiten para clavar el brazo de uke, provocando su proyección.

posteriormente este ejercicio evolucionó hacia arriba: nage debía dejar que uke tomara su muñeca para elevarla, siempre por el centro, y luego, una vez que el brazo de uke está lo más arriba posible y ya desequilibrado, ocupar su espacio recurriendo a kaiten para sacar a uke de su espacio y proyectarlo en ushiro ukemi.

el paso siguiente fue solo dejar pasar a uke. ofrecer la muñeca como una carnada, para que cuando uke fuera a tomarla, ésta se recogía, se cerraba hacia el centro y la otra mano se cruzaba por arriba para dejar pasar la mano de uke.

todo esto había sido cuidadosamente urdido por sempai para que las técnicas anteriormente descritas confluyeran en iriminage. ténica que el aikidoka realizó de forma irregular, sobre todo cuando le tocó como uke el enorme amigo balcánico, de quien el aikidoka podía literalmente colgarse del cuello sin que este humano se inmutara.

hoy el aikidoka comprendió que, más allá de los grandes poderes políticos, las grandes vertientes y de las miles de ramificaciones y enfoques con las que el aikidoka se ha encontrado(y sobre todo se encontrará) en este camino, finalmente sobre el tatami sólo hay personas que intentan fluir, y eso produce una inexplicable sensación de plenitud.

diciembre 15, 2006

por motivos de calendario, el aikidoka todavía no había tenido la oportunidad de asistir a una práctica con sensei desde su regreso al dojo. la de esta mañana fue la primera. y vaya si se notó la diferencia. por algo es sensei.

el tatami se inunda espontáneamente de un aire de mayor solemnidad, sin embargo no pierde un ápice de amabilidad, de generosidad, de distensión. el aikidoka ha notado que es en las prácticas con sensei en las que más abunda la risa.

hoy la práctica estuvo centrada en la contención de katate ryotedori. primero subiendo los brazos y luego dando un paso al lado para posteriormente cerrar con ikkio.

a poco andar, sensei debió corregir al aikidoka quien abría demasiado los brazos para sacar de su espacio a uke. de hecho, los brazos no deben abrirse, puesto que al abrir los brazos estando tomado por la espalda, se está a completa merced de uke.

sensei explicó al aikidoka que los brazos debían subir por el centro del cuerpo y que sólo una vez que han llegado lo más alto posible, debe darse el paso al costado para entrar con ikkio.

tras la intervención de sensei, el aikidoka corrigió (o hizo todo su esfuerzo por corregir) el desarrollo de la técnica, que evidente mejoró, pero sólo en parte.

más tarde la técnica varió. ahora en vez de realizar ikkio, había que proyectar a uke bajando el centro de gravedad y aprovechando el envión del ataque. se realizaron reiterados ukemis, que el aikidoka disfrutó de manera especial, dada la ausencia de ukemis de la práctica del miércoles.

también disfrutó practicando con un gran compañero con quien se entretuvo haciendo variaciones inesperadas de la técnica, improvisando ataques que se realizaron con mayor intensidad, simulando acciones de ataque inesperado.

fue una bellísima práctica, que el aikidoka selló con un interesante atokeiko que esta vez incluyó proyecciones en suwari waza (lo cual recordó al aikidoka que todavía no cicatriza ese punto rojo que tiene en el pie izquierdo).

terminada la práctica el keiko gi del aikidoka terminó completamente mojado. como si hubiera estado horas bajo una lluvia intensa.

diciembre 13, 2006

esta mañana el aikidoka debió lidiar con una pequeña herida en el dedo gordo de su pie izquierdo (que se produjo el lunes, debido en parte a la textura áspera del tatami, pero en buena medida también debido a la delicada piel del aikidoka, que se rasga de sólo mirarla).

antes de acceder al tatami, entonces (esta mañana de cielo azul, moteado de nubes) el aikidoka cubrió la pequeña herida (pequeña pero dolorosa. un pequeño pedazo de dedo en carne viva) con un apósito. y la curación funcionó, pero sólo mientras se realizaron técnicas de pie.

muy similar a lo realizado en la práctica del lunes, la de hoy estuvo centrada ya no en absorver y luego proyectar un ataque, sino simplemente dejarlo pasar. uke debía atacar con chomen uchi y nage, para evadir este ataque, debía realizar irimi y luego kaiten. de esta forma, uke seguía de largo con el envión de su ataque.

al aikidoka le resultó curioso pero sumamente interesante el hecho de hacer irimi para enfrentar un ataque con chomen. es decir, la lógica indica que nage (o cualquier ser humano con dos dedos de frente) debería correr a perderse para evitar el ataque. sin embargo en la práctica (y vale aclarar que esto queda circunscrito al tatami) resulta muy efectivo adelantarse al ataque e invadir el espacio de uke.

en determinado momento sempai tomó un arma que al aikidoka le pareció un bokken envuelto completamente en una cinta negra. sempai hizo de uke y atacó al aikidoka quien por supuesto reaccionó lentamente y recibió un sablazo en plena cabeza. sólo en ese momento se dio de cuenta este aprendiz de que no se trataba de un bokken, sino de un arma que desconoce, pero que consiste en una especie de bokken, pero formado por muchos delgados cortes de madera o plástico (el arma estaba cubierta). y recibió varios más, uno detrás de otro. pero no le dolían, porque el arma precisamente está hecha (o eso imagina el aikidoka) para que los aprendices sepan que si hubiera sido una katana de verdad, debería estar cortado en pedazitos sobre el tatami.

este aprendiz tuvo también la posibilidad de practicar con un compañero muy peculiar, que debe llevar dos o tres meses de práctica. un enorme hombre de los balcanes, que debe pesar (y aquí no se teme exagerar) tres veces lo que pesa el aikidoka. tomando en consideración aquello, es fácil imaginar que cualquier intento de realizar cualquier técnica con él era toda una experiencia.

sempai y un alumno de alto rango se esforzaban intentando moverlo, pero era inutil. es que al final, este amable alumno, no realizaba chomen, sino que simplemente se dejaba caer, y eso sí que era un asunto peligroso.

practicar con él exige a cualquier aikidoka un esfuerzo mayor no sólo en el plano físico sino también en el sicológico.

se trató por lo mismo de una práctica en suma estimulante (a pesar del intenso dolor en la herida debido al cual no pudo disfrutar como corresponde de un buen kokiu ho de cierre).

sin embargo fue una práctica sin proyecciones ni ukemis, y el aikidoka, sin duda, los extrañó.

diciembre 11, 2006

debido a la importante falta de sueño que ha sufrido el aikidoka durante los últimos días, esta mañana el aprendiz arribó tarde al dojo y debió esperar la señal del sempai para poder acceder al tatami e incorporarse al precalentamiento.

mientras estaba en eso, sentado, alternando movimientos circulares en sus tobillos, un insecto verde se posó sobra una de sus piernas. después de transitar algunos segundos sobre el género de su keiko gi, emprendió vuelo.

al igual que en la práctica del miércoles pasado, hoy el sempai escogió a el aikidoka para demostrar la primera técnica a realizar. la diferencia fue que en esta jornada, el sempai escogió a el aikidoka para ejemplificar todas las técnicas de la práctica, lo cual no sólo significó un mayor desgaste físico del aprendiz (desgaste que aún está sintiendo), sino que además le inyectó una interesante dosis de confianza a la práctica del aprendiz, la cual comenzó con trabajo en suwari waza.

a partir de chomen uchi, nage debía elevar el ataque, aprovechar el envión de nage para elevarlo, buscando hacerlo perder su centro. tal como lo explicó sempai, era como realizar ikkio, pero sin llevarlo a cabo hasta el final.

en el ejercicio siguiente, se realizó la misma técnica, pero en esta oportunidad, una vez conseguido desestabilizar a uke elevando su ataque, se debía "simplemente" girar la cadera, para derribar a uke.

seguramente fue debido al largo tiempo que el aprendiz se mantuvo alejado del tatami que uno de los dedos de su pie terminó sangrando tras los ejercicios en suwari waza debido a la fricción con una de las costuras del tatami. esto no impidió que el aikidoka se volcara por entero al keiko.

al trasladar los ejericios mencionados a tachi waza, nage absorvía el ataque a la cabeza entrando primero en el espacio de uke con irimi, para luego proyectar a uke realizando ten kan.

sempai procedió luego a variar el ejercicio primero modificando el ataque. de chomen pasó a tsuki y entonces nage debía realizar irimi y luego kaiten, ya no proyectando a uke, sino simplemente dejándolo pasar. al punto de que en determinado momento sempai indicó a nage realizar el ejercicio con las manos atrás y seguía funcionando.

fue una práctica intensa, con toda seguridad la más intensa desde que regresó al dojo y el aikidoka se siente hondamente gratificado. sin duda valió la pena el esfuerzo que hizo para desenredarse de las sábanas.

diciembre 06, 2006

si el lunes el foco de la práctica estuvo puesto en el tren superior, el foco de la práctica de esta mañana estuvo centrado en el tren inferior, con un intenso trabajo en suwari waza.

quizás no tan intenso, pero sí prolongado, lo suficiente para el aikidoka que todavía está en proceso de reinserción.

para empezar, habría que decir que esta mañana al abrir la práctica sempai honró al aikidoka escogiéndolo como uke para ejemplificar una técnica. es cierto, no había mucho de donde elegir (cuatro alumnos sobre el tatami), pero había otro sempai y un compañero de bastante mayor rango que el aikidoka (que no posee rango alguno). de cualquier forma, fue un pequeño orgullo para este aprendiz, quien siguiendo las instrucciones de sempai, realizó katate dori en ai hamni.

a partir de ahí, un interesante trabajo de tainoenka, en el cual el sempai explicó que antes de adelantar la pierna para entrar en el espacio de uke, había que levantar las caderas, pegar las rodillas juntando los muslos, como si al aikidoka lo recogiera desde arriba un hilo pegado a la nuca.

toda la primera parte de la práctica estuvo centrada en ese ejercicio, para luego ponerse de pie y realizar tenchi nage: abriendo como si tuviera dos platillos y luego proyectando al ocupar la posición de uke. esta técnica se relacionaba con la anterior, en el momento en que tori procedía con irimi.

luego se regresó a tainoenka, pero esta vez de pie y a partir de morote de dori.

en un movimiento muy similar, nage (que tenía tomado el brazo en ai hamni como si fuera un sable) acercaba su centro hacia su muñeca y a partir de ahí comenzaba a elevarlo hacia el cielo para luego girar la cadera en kaiten para proyectar a uke.

claro que sempai hizo la salvedad de que se debía realizar el ejercicio sin proyección, lo que en buena medida lo convertía en un ejercicio mucho más estático y contemplativo.

el aikidoka experimentó hoy una interesante paradoja: al momento de practicar con un nuevo asistente a las prácticas (al menos el aikidoka nunca se lo había cruzado en las prácticas matutinas), como uke este nuevo aprendiz le hacía el trabajo fácil al aikidoka, adelantándose a las técnicas, prácticamente moviendo los brazos hacia donde el aikidoka debía moverlos, en buenas cuentas, como si estuviera haciendo el trabajo de él. la paradoja radica en que toda esa aparente ayuda que entregaba el practicante, no hacía más que ponerle las cosas difíciles al aikidoka.

la práctica concluyó con una breve elongación y luego el aikidoka se sometió a atokeiko, el cual, tomando en cuenta la condición de reinsertado del aikidoka, sempai lo realizó de manera suave. atokeiko fue sorteado con entereza.

lentamente el aikidoka vuelve a tomarle el gusto al tatami, al cansancio placentero y estimulante que deja la práctica.

diciembre 04, 2006

fueron exactos 38 días los que el aprendiz se mantuvo alejado del dojo.

a pesar de los valiosos consejos de ko hai, el aikidoka no tuvo oportunidad (o tiempo) para acercarse al dojo
como observador. (ya que se ha dado la instancia, se agradece también el interés que manifestó taiko go san por la condición física de este aprendiz).

durante su período de recuperación, en el que experimentó diversos estados anímicos (en un abánico que podía ir desde la rabia hasta la más profunda indiferencia) el aikidoka se volcó a la lectura de diversos escritos relacionados con las artes marciales en general y el aikido en particular.

principalmente conversaciones con otros practicantes de diversos grados. conversaciones o imágenes audiovisuales que se dieron la mayoría de las veces (aunque para ser más exactos deberíamos decir en su totalidad) en un ambiente virtual.

conversaciones que permitieron al aikidoka descubrir aristas que para él habian sido hasta ahora desconocidas. puntos de vista, opiniones, acercamientos, motivaciones, aspiraciones y reflexiones diversas tanto en la forma como en el fondo. intercambios que sin duda intervinieron en la percepción que el aprendiz tenía sobre este camino.

de ahí radicaba la especial importancia que tenía este primer encuentro con el tatami después de este tiempo de inactividad física.

pero no era sólo una prueba física, sino que también un desafío a la percepción que el aikidoka tenía de la práctica después de la enorme cantidad de ideas y opiniones de otros practicantes que pasaron frente a sus ojos (y se metieron en su cabeza) durante este lapso.

y la verdad es que este regreso no pudo ser mejor para el aikidoka. a pedir de boca habría que decir, si quisiera usarse un término manido.

porque como si el sempai hubiera sabido lo de su lesión (y claro que no lo sabía) la práctica estuvo centrada en luxaciones de hombro y proyecciones (mae y ushiro) a partir de katadori. una práctica que exigió especialmente los tendones y ligamentos de los hombros, prueba que fue sorteada de manera impecable por el aikidoka, quien además disfrutó rodando sobre el tatami después de todos estos días.

sumado a todo esto, está el hecho de que fue una práctica poco concurrida pero muy heterogénea.

al aikidoka lo sorprendió gratamente la progresión que pudo apreciar en un practicante a quien un día, hace un par de meses, el aikidoka vio llegar a su primera práctica (con buzo y sudadera) y ahora lucía orgulloso su keiko gi de textura granulada y por cierto un notorio avance en su acercamiento a la técnica.

fue una práctica que podríamos definir como suave, pero no por eso poco exigente, lo cual resulta de suma importancia, para permitir al aikidoka un acercamiento gradual al keiko.

diciembre 03, 2006

ha concluido el letargo del aprendiz. durante este tiempo los tendones y ligamentos casi han vuelto a su posición y tamaño original. y se dice casi, porque a decir verdad, queda en el aikidoka todavía una mínima molestia en el hombro derecho al realizar un movimiento muy específico pero no por eso menos incómodo.
a pesar de ello, está decidido a volver mañana, en pocas horas, a su primer keiko tras una larga espera.

noviembre 03, 2006

ayer por la tarde el aikidoka fue auscultado por un médico traumatólogo, luego su hombro fue sometido a rayos x, y tras revisar los exámenes el galeno diagnosticó una tendinitis debido al golpe recibido por el aikidoka (que como ya fue dicho, se produjo fuera del dojo, en una actividadad totalmente ajena al aikido).

si bien el profesional confirmó las sospechas del aikidoka en el sentido de que se trata de una lesión menor, el profesional recomendó que se sometiera a seis sesiones de kinesioterapia para resolver el problema de manera óptima.

el médico aseguró que ese tipo de lesiones podía combatirse tomando antiinflamatorios y manteniendo la extremidad inmóvil, pero aseguró que por lo general esa forma de proceder impedía precisamente una óptima recuperación y muchas veces terminaba restringiendo de por vida la movilidad de la zona afectada.

como el aikidoka quiere volver al dojo en plena forma (ojalá con mayor y no con menor movilidad) ya agendó sus sesiones kinésicas (en las que se le aplicará calor y ultrasonido además de ejercicios de recuperación).

por cierto, el médico prohibió cualquier tipo de actividad física durante el tratamiento. esto significa que el aikidoka se mantendrá alejado del dojo al menos por diez días más (sin contar la semana completa que se ha cumplido hoy sin asistir al keiko).

el aikidoka extraña el tatami.

octubre 30, 2006

debido a una torpe (y por qué no decirlo, predescible) lesión sufrida fuera del tatami durante el fin de semana, el aikidoka no pudo asistir a la práctica matutina de hoy.

si bien no se trata de una lesión de cuidado, sí es lo suficientemente molesta como para impedirle al aikidoka asistir al dojo.

el aprendiz se mantendrá atento a la evolución de su hombro (que es la zona de su cuerpo donde se produjo la lesión), para volver cuanto antes a las prácticas.

octubre 27, 2006

hay días buenos y otros que no lo son tanto. y hay que resignarse a ello.

fue esa simple pero contundente certeza de la vida cotidiana la que sensei trasladó al dojo: aikido no es un camino recto y plano, dijo. aikido tiene muchas curvas y sobre todo altos y bajos. no hay que frustrase cuando se sienta que no está saliendo una técnica, porque otro día saldrá, dijo.

la de esta mañana era la última práctica que ofrecía sensei que estaba de paso en el dojo (pero esto el aikidoka no lo supo sino hasta el final de la práctica) y quizás por lo mismo, mucho más reflexiva que las de por sí reflexivas prácticas de sensei. y estuvo centrada en los conceptos de recoger y extender. pero extender ya no necesariamente pensando en las dimensiones del dojo, sino pensando en el país limítrofe, que era precisamente el próximo destino de sensei en su periplo.

esta mañana sensei se refirió también a la importancia de la alegría sobre el tatami. y esta vez trasladó la situación a la urbe. si ves a una persona caminando alegre y relajada por la calle, esa persona te transmite su alegría y su sonrisa. por el contrario, si te encuentras con una persona que camina rígidamente y con el ceño fruncido, te van a dar ganas de cruzar a la vereda contraria. es lo mismo sobre el tatami, donde se debe irradiar alegría y estar relajado, y así hacer extensiva esa alegría y relajo a tus compañeros.

tras la práctica, el aikidoka se sometió a atokeiko primero con un sempai y luego con sensei, quien hizo volar al aikidoka por los aires, y por cierto le hizo ver la rigidez de sus hombros.

octubre 25, 2006

hoy el aikidoka saltó tempranamente al tatami, para, tal como recomendó sensei durante el seminario, realizar algunos cortes con el bokken, los que, dada la rapidez con la que el sempai accedió al tatami, no alcanzaron la decena.

luego, tras el precalentamiento habitual y como si al sempai no le hubiera bastado con el intenso trabajo en suwari waza que se realizó durante el seminario, la práctica de hoy se llevó a cabo casi íntegramente sobre las rodillas.

fue una vez más (como se está haciendo común cada miércoles) una práctica suave, introspectiva, muy sensorial, en la que no se realizarón proyecciones ni caídas. nuevamente uke y nage se fusionaron en un solo ente, para formar un figura geométrica dentro de la cual debía balancearse el peso de los practicantes.

se trató de una práctica tan suave, que el aikidoka prácticamente no derramó una gota de transpiración (un hecho excepcional si se considera que el aikidoka suele sudar como caballo de feria en cada práctica).

fue principalmente por este motivo que hoy, y a diferencia de otros miércoles, el aikidoka se sometió no sólo uno sino dos atokeikos con distintos sempais, los que ayudaron a compensar las proyecciones que le estaban haciendo falta y expeler la dosis de sudor que estaban aún contenido en su cuerpo.

octubre 23, 2006

el aikidoka no asistió hoy a su práctica matutina. pero no por falta de interés, sino por que su cuerpo le pidió un descanso. un merecido descanso, habría que agregar, ya que el aikidoka asistió el fin de semana a un interesante seminario, el que lo obligó a entregar lo mejor de sí mismo para soportar las cinco prácticas (dos diarias de dos horas cada una) a las que asistió a partir del pasado viernes.

del seminario se podrían decir tantas cosas que quizás lo más prudente sería callar. o quizás no. quizás intentar repetir algunos de los conceptos a los que sensei se refirió durante estos. el espiral fue uno de ellos. sensei aseguró que el aikido (y finalmente la esencia de la naturaleza) es un espiral contínuo que no se corta, sino que avanza en permanente evolución.

sensei se refirió a la libertad que hay que darle a cada técnica, a lo innecesario que es la búsqueda del triunfo. sensei aseguró que si nage no obtiene resultados con una técnica determinada, siempre tiene tiempo para hacer un cambio. y he ahí otro concepto que sensei utilizó con frecuencia durante el fin de semana: el cambio. cada técnica, según dijo, consiste básicamente en abrir un espacio y en determinado momento debe producirse un cambio, que es el que finalmente permite conseguir el objetivo.

un punto de contacto es la extensión del hara. en el contacto de un dedo debe estar concentrado el centro de cada practicante.

mención aparte merece el atokeiko al que fue sometido el aikidoka por sensei al final de la primera jornada. se trató de una experiencia sencillamente alucinante, en la que el aikidoka entraba con todas sus fuerzas sobre sensei para que después éste lo proyectara con energía inusitada, obligando al aikidoka a realizar ushiro ukemis, caída que el aikidoka pocas veces ha practicado, pero que en manos de sensei resultaron bastante fluidas y sumamente estimulante.

el espacio, las líneas, el espiral, la elegancia, la inutilidad de la fuerza. fueron tantos los conceptos vertidos durante el fin de semana. fueron tantas las sensaciones y experiencias que vivió el aikidoka durante este seminario, que cualquier esfuerzo por intentar ponerlos en palabras, resulta inútil, como ya se habrá dado cuenta el amable lector.

y como en este espacio se tiene plena conciencia del valor que tiene el tiempo en la sociedad moderna, esta narración
por hoy llega hasta aquí.

octubre 20, 2006

hoy las lolas que estaban dibujadas sobre el tatami prácticamente se habían difuminado, lo que de alguna manera provocó un cierto alivio en el aikidoka.

la práctica de esta mañana se centró en un ejercició que consistía en absorver un katate dori, abriendo hacia el lado, haciendo irimi, para luego clavar a uke acercando el centro de nage al tatami (flectando las rodillas).

hoy el aikidoka tuvo el privilegio de realizar un ejercicio con el sensei 6º dan que arribó hace un par de días desde tierras lejanas y que está de visita en el dojo.

el trabajo con el sensei (quien no estaba impartiendo la práctica, sino atendiendo a ella como otro aprendiz) le enseñó al aikidoka que en katatedori, más que el movimiento de la mano tomada, es un sutil movimiento de la mano libre de nage la que abre el espacio y empieza a producir el desequilibrio (dicho en otros términos, empieza el proceso de despojarlo de su centro). con un sólo movimiento, manteniendo los hombros en su posición (que era lo que más le costaba al aikidoka, que se empeñaba instintivamente en elevarlos) uke, que debe estar particularmente sensible, estar permanentemente alerta, ya empieza a elevarse y separarse de su centro.

el sensei venido del extranjero intentó en ciertos momentos probar la sensibilidad del aikidoka cambiando la técnica repentinamente, con movimientos sumamente lentos pero enérgicos. sin embargo fueron pocas las veces en que el aikidoka reparó en esos cambios y siguió de largo con torpeza.

de todas formas, fue una experiencia muy placentera que le imprimió a la práctica de esta mañana un decorado especial, el que fue coronado con un espléndido kokiu ho, que el aikidoka compartió con un compañero de sorprendente y muy grata flexibilidad.

fue una práctica exigente, pero amable y alegre, de la cual el aikidoka se siente orgulloso de haber formado parte.

octubre 18, 2006

el aikidoka sintió la práctica de hoy sumamente pausada, muy introspectiva, como en camara lenta. aunque no por eso menos exigente en términos físicos.

primero el imprescindible ikkio, claro que en versión de máxima flexibilidad, con los brazos muy sueltos, levantando el ataque de uke para luego bajarlo al tatami simplemente dejando caer los brazos con su propio peso hacia el centro.

rápidamente se mutó a un ejercicio muy dinámico que consistía en quedar a mitad de ikkio para en ese momento simplemente contener a uke quien trataba de entrar (ejerciendo presión con el antebrazo, pero principalmente, idealmente con el centro, con el hara) y terminaba girando (pero en permanente contacto, siempre tratando de entrar) y girando y girando alrededor de nage.

más tarde, el sempai experimentó difuminando los conceptos de uke y nage. básicamente porque no había ataque, sino que un aikidoka se paraba frente a otro para hacer contacto con la muñeca contraria de uke/nage y luego con la otra mano tomaba su codo, formando una figura simétrica. con las piernas levemente flectadas, poniendo el peso en el centro, ambos aikidokas debían balancear el peso de su cuerpo hacia adelante y hacia atrás distribuyéndolo de manera fluida al centro de esta esfera que se formaba con ambos cuerpos.

fue un trabajo hermoso y profundo, que exigió al máximo los hombros del aikidoka, los cuales debían estar sueltos y relajados, pero por el contrario estaban tristemente rígidos.

hoy la mancha que había dejado la gotera sobre el tatami amaneció como el dibujo perfecto de un par de glándulas mamarias. el intento que alguien hizo de borrar las manchas (en algún momento entre la mañana del lunes y la mañana de este miércoles) había dado como resultado el trazo de un busto redondeado y generoso. sin embargo nadie reparó en ello, o nadie se refirió a ello, por lo que finalmente fue una idea que permaneció en el cerebro del aikidoka.

octubre 16, 2006

como ya se ha hecho costumbre, el aikidoka fue el primero en saltar al tatami esta mañana. pero a diferencia de otras veces, en vez de realizar mae o ushiro ukemis, simplemente se sentó a esperar en silencio el comienzo de la práctica.

fue una práctica en la que se le dio especial énfasis en técnicas en las que se ejercita la respiración, como kokiu ho. al realizar esta técnica de pie, que fue lo que pidió el sempai unos minutos más tarde, permite proyectar a nage haciendo kaiten y girando la cadera en 180 grados.

fue una práctica intensa, pero el aikidoka sintió somnolencia durante buena parte de ella.

octubre 13, 2006

lo habían anunciado en todos los programas meteorológicos, por eso no fue una sorpresa la lluvia primaveral que caía intensamente esta mañana. sí fue una sorpresa la gotera que había en el dojo y que no sólo mojaba sino que ennegrecía el tatami al costado izquierdo (mirándolo de frente) de la kamiza. no era la única, pero era la más intensa.

como se ha hecho habitual, el aikidoka fue el primero en saltar al tatami esta mañana y por tanto, el primero en descubrir la gotera. aparte de lamentarlo, el aikidoka (que no podía hacer nada por remediarlo), siguió con lo suyo y realizó algunos mae y ushiro ukemis a modo de precalentamiento, a la espera del precalentamiento guiado por sensei.

fue sin duda un momento importante cuando, antes de que sensei abriera la práctica, y habiendo varios aikidokas sobre el tatami, en determinado momento se produjo un profundo silencio. tanto que lo absorvió todo. y así, el ruido de los autos que pasaban a la salida del dojo, la lluvia que caía con insistencia e incluso la gotera que caía incesante sobre el tatami, se hicieron parte del silencio.

sensei se refirió hoy a la importancia de los conceptos opuestos de tensión y relajo y confianza y temor. un uke tenso tendrá un nage tenso. un uke relajado tendrá a un nage relajado y viceversa. un uke con confianza tendrá a un nage con confianza y viceversa.

y así se desarrolló la sesión, adentrándose en los misterios de esta técnica, evitando la gotera, percibiendo (o intentando percibir) el aikidoka las diferencias con las que se iba encontrando al enfrentarse a distintos compañeros de diversos rangos. disfrutando con la diversidad de interpretaciones que cada uno de los asistentes a la práctica le daba a las técnicas a ejecutar.

fue una magnífica práctica, bajo una magnífica lluvia primaveral que de seguro debe haber matado a más de algún pajarillo recién salido de su cascarón que ya no podrá ser magnífico.

octubre 11, 2006

esta mañana el aikidoka no siente vergüenza al reconocer que se encuentra total y absolutamente rendido. y no sólo por la inusitadamente intensa práctica de esta mañana, sino además porque como no asistió a la práctica del lunes (porque no hubo práctica el lunes) decidió asistir a la práctica vespertina de ayer, sin faltar por ningún motivo a su habitual práctica matutina de miércoles.

el resultado de aquella osadía es un severo agotamiento que se hace sentir en cada músculo, en cada centímetro de cuerpo del aikidoka.

pero dediquémonos mejor a lo que nos ocupa y rebobinemos hasta la práctica de ayer por la tarde, en la que sólo cuatro aikidokas y el sempai dieron vida a un práctica desde ya intensa.

el sempai (con quien el aikidoka había compartido en algunas prácticas pero nunca lo había tenido como sempai. un muy buen sempai, no estaría demás agregar) debió recurrir al bokken para explicar la forma como nage debía absorver el ataque en chomen uchi de uke, para luego someterlo dando un sablazo imaginario usando el brazo de uke.

la técnica, como es habitual, fue desenvolviéndose hasta llegar a kotegaechi.

se trató de una práctica intensa, a la que empero el aikidoka decidió agregarle atokeiko, el cual resistió con bastante integridad.

pero todo eso fue un juego de niños en comparación con la práctica de esta mañana, que estuvo centrada en ikkio. sin ir más lejos, la técnica central (ya sabemos que ikkio es desde donde surge todo).

hoy el aikidoka fue el primero en alinearse a esperar a que el sempai diera por iniciada la sesión. en ese momento el sol primaveral le daba directamente en la espalda y proyectaba su figura sobre la kamiza, en una imagen hermosa que sin duda inspiró la práctica de hoy.

y la práctica de hoy, como se ha hecho habitual cada miércoles, el sempai decidió realizar la primera parte en suwari waza. posición en la que como ya todos sabemos se le exige un esfuerzo considerable a las piernas.

en la práctica de hoy el sempai pidió poner atención en el punto de contacto entre uke y nage al realizar ikkio. uke debía mantener a toda costa el punto de contacto, al tiempo que nage debía jugar con ese ataque subiendo o bajando el brazo, sólo dejando caer su peso.

la práctica pasó luego a ashi waza, momento en que a ikkio se le sumaron proyecciones que se fueron sucediendo una tras otra, una tras otra, una tras otra, atravesando el tiempo y el espacio y horadando la capacidad física del aikidoka.

al final, como si hubiera sabido del enorme esfuerzo al que ha sido sometido durante las últimas horas, el sempai pidió formar parejas para realizar masajes relajatorios a sus compañeros. con suaves golpes de puños y en la espalda, el aikidoka recibió la merecida gratificación a su enorme esfuerzo.

octubre 06, 2006

hoy el aikidoka se detuvo en aspectos diversos y poco habituales de la práctica. disfrutó (como otras veces) con el sonido que produce la fricción de la tela de su keikogi reforzado. disfrutó con la sensación de poner la mejilla sobre el tatami. incluso el instante previo, cuando se gira la cabeza para ponerla en dirección contraria a nage y la nariz pasa a corta distancia del tatami. es un movimiento muy plástico si se toma conciencia de él. disfrutó también de la posición en que queda uke después de un buen ikkio omote: en el suelo, de lado, con las piernas haciendo una tijera previo al momento de posar la mejilla sobre el tatami.

y así avanzó la práctica, con el aikidoka deslumbrado con elementos y situaciones dispersas que ocurrían en el dojo, con la seriedad que lo caracteriza, pero deslumbrado frente a las risas, las sonrisas y a la evolución de sus compañeros sobre el tatami.

hoy el aikidoka descubrió que si un ejercicio se realiza por largos minutos, termina convirtiéndose en una especie de mantra corporal, que inyecta energía y sumerje en un trance en cada nueva ejecución.

se trató, en buenas cuentas, de una práctica que el aikidoka disfrutó intensamente. y para cerrarla, nada mejor que un buen atokeiko.

hacía mucho tiempo que el aikidoka no se sometía a atokeiko. y a diferencia de otras veces, esta vez lo resistió con entereza. el aikidoka no se atreve a aventurar si esto se debió a que sensei realizó un atokeiko de menor intensidad, o si fue porque el aikidoka está mejorando su resistencia.


en cualquiera de los dos casos, el aikidoka quedó íntegro después de atokeiko. tanto así, que por un momento pensó en solicitarle a sensei repetir la dosis. pero desistió.

octubre 04, 2006

la práctica de hoy se inició solamente con dos alumnos, pero rápidamente se fueron sumando otros durante el precalentamiento, el que hoy, según percibió el aikidoka, se extendió por más tiempo del habitual.

fue un precalentamiento que obligó al aikidoka, que no tiene una buena elongación, a estirar sus músculos hasta más allá de lo recomendable.

concluido el precalentamiento/estiramiento, la práctica se centró en trabajo con choto. los aprendices realizaron
chomen uchi ikkyo y una evolución progresiva, fluida y natural a partir de esa técnica.

en determinado momento el aikidoka fue elegido por el sempai para ejemplificar una técnica. lo que siempre produce en el aikidoka una extraña mezcla de orgullo y pudor.

la práctica incluyó también trabajo en suwari waza. un trabajo que como ya ha sido mencionado en anteriores oportunidades, requiere de gran resistencia de piernas, las que deben soportar buena parte del peso del ejercicio.

quizás pensando precisamente en ese esfuerzo, antes de cerrar la práctica, el sempai reiteró su concepto de trabajar el aikido desde el punto de vista del placer. según dijo, su experiencia en oriente lo había hecho comprender que por muy intensa que pueda ser una práctica, siempre debe disfrutarse, siempre debe sentirse como una instancia placentera y de libertad plena.

el sempai aclaró que es importante no descuidar la técnica, pero reiteró, como ya lo había hecho en prácticas anteriores, que a él le interesa explorar en los espacios que propone el aikido. no en los puntos de contacto, sino el espacio (y la proyección de ese espacio) que se forma entre uke y nage al realizar una técnica.

el aikidoka siente especial afinidad con la concepción del aikido que propone el sempai, quien al finalizar la práctica, agradeció y felicitó a los asistentes a la práctica por su presencia en el dojo a esa hora de la mañana.

fue una práctica desbordante de alegría y vibraciones.

octubre 02, 2006

un nuevo compañero se sumó al dojo esta mañana. un humano en la medianía de la vida, con muchas ganas de aprender.

quizás por ese motivo (por la presencia de este nuevo aprendiz, con menos experiencia que el resto), el aikidoka pensó que la práctica de esta mañana, que fue integrada por el nuevo practicante, tres aikidokas y el sempai, sería sencilla, con movimientos y técnicas básicas.

de hecho en cierta forma lo fue. pero extrañamente, quizás por la modorra, quizás por lo gris de la mañana, o por el motivo que sea, al aikidoka le costó internalizar la técnica, que era básicamente kotegaeshi con un par de variaciones.

a pesar de la aparente simpleza de su ejecución, tanto el aikidoka como sus compañeros, en una especie de sopor, se mostraban inhábiles para captar la técnica.

el sempai, que había decidido graficar las técnicas con chotos, para luego replicarlas a mano limpia, debió simplificar aún más la técnica (abierta en vez de cerrada), para así hacerla entrar en la cabeza de estos somnolientos samurais.

fue una sesión de sumo interés para el aikidoka, que aprendió que la inexperiencia de un aprendiz como uke, no hace sino más que complicar la reacción del aikidoka como nage.

hacia el final de la práctica, cuando ya había enseñado (o había puesto todo de sí intentando enseñar) tres técnicas a partir de kotegaeshi, el sempai llamó a realizar randori, instancia en la que el aikidoka debió hacer uso no sólo de las técnicas que le habían enseñado esta mañana (muchas de las cuales ya había olvidado) sino otras que recordó de otras prácticas para repeler de manera menos que satisfactoria los ataques del sempai y otro aikidoka (a esa altura de la clase el nuevo integrante del dojo yacía exhausto a un rincón del tatami). el aikidoka sintió que quizás en dos oportunidades tuvo una reacción adecuada. en las otras, los ataques amables y bienintencionados de estos ukes, cayeron con absoluta facilidad sobre el cuerpo del aikidoka.

precisamente durante los últimos días el aikidoka se había descubierto reflexionando acerca de su memoria, tanto mental como corporal. pero meternos en un tema como ese en este momento, nos obligaría a extendernos demasiado.

el aikidoka quedó con ganas de asistir a una nueva práctica esta misma tarde, pero no sabe si podrá hacerlo.

octubre 01, 2006

el aikidoka asistió esta semana a la práctica sabatina, la cual, descontado el placer que le produce cada práctica, tuvo esta vez un caracter exploratorio.

pero no en el ámbito de la práctica misma (no para explorar en una técnica, un ejercicio o en un movimiento), sino en un ámbito mucho más doméstico, si se quiere.

la idea del aikidoka era probar la efectividad de la reciente aplicación que había puesto en marcha en uno de sus keikogis.


pero para hablar de eso habría que retroceder un poco en el tiempo y referirse a la compra de su segundo keikogi: un hermoso keikogi de algodón blanco, muy grueso que si no hubiera sido por el largo de las piernas, habría calzado a la perfección en el menudo cuerpo del aikidoka. de hecho el aikidoka tomó una tijera y cortó las piernas y así el keikogi le calzó perfectamente.


pero el aikidoka detectó otro problema: el keikogi incluía cuatro tiritas de algodón que servían para amarrar el keikogi en dos partes estratégicas (al cruzarlo de izquierda a derecha y de derecha a izquierda). estas tiritas tenían como objetivo claro, asegurar que el keikogi se mantuviera bien firme y amarrado durante la práctica. sin embargo el aikidoka consideró tres elementos para tomar un decisión clave: las tiritas amarradas a los costados del keikogi (a la altura del tórax), parecían cintitas decorativas, y al aikidoka le pareció que ese no era el aspecto que debía tener un serio aprendiz. por lo demás, el aikidoka consideró que esos amarres podrían incomodarle al momento de la práctica y por último, se dijo que si su otro keikogi no tenía esas cintas y funcionaba a la perfección, no veía la necesidad de que éste las tuviera. por lo tanto, sencillamente las extirpó.

sería bueno aclarar que todas estas reflexiones y esta drástica decisión el aikidoka las tomó en la privacidad de su taller, antes de probar el keikogi bajo el fragor de la práctica. y por cierto el resultado fue nefasto.

no tanto porque los pantalones del keikogi quedaron un poco cortos (pero no lo suficiente como para llegar a la ridiculez), sino porque efectivamente las cintitas eran fundamentales para mantener al keikogi en su posición correcta durante la práctica. sin estos amarres, con el paso de la práctica el keikogi iba perdiendo su forma y el aikidoka debía estar constantemente arreglándolo y ordenándolo. incluso, en algunas oportunidades, sin darse cuenta llegó a quedar con la parte superior del keikogi completamente abierto, dejando al desnudo la parte frontal de su torso.

así las cosas, y comprendiendo que el corte de esas cintas no había sido una buena decisión (y que el keikogi era demasiado hermoso y de buena calidad como para deshacerse de él), el aikidoka decidió remendar su error. y llevó el traje a una costurera para que le pusiera velcro en las partes donde antes estaban esas cintas.


la práctica del sábado, entonces, tenía como uno de sus principales objetivos (descontado el permanente objetivo de explorar con paciencia y humildad los insondables misterios del aikido), probar la efectividad del arreglo. y con gran regocijo, el aikidoka pudo comprobar que su idea funcionó a las mil maravillas, y que el keikogi se mantuvo en su posición correcta sin moverse un milímetro, transformándose así en una gruesa coraza de algodón blanco que le daba al aikidoka seguridad y el aspecto de un verdadero aprendiz (de paso, debido al calor imperante durante la práctica, el keikogi se transformó también en un pequeño sauna personal para el aikidoka, que debió haber expulsado de su cuerpo al menos un par de litros de sudor).


la práctica en sí misma estuvo centrada una vez más en tainoenka. claro que esta vez la técnica tuvo una variación desde el principio, y esta fue que uke debía tomar la muñeca cruzada de nage y nage, en vez de realizar el movimiento por fuera de uke, debía realizarlo por dentro. una variación que, como es habitual, se veía más sencilla de lo que realmente era.


al igual que en ocasiones anteriores, tainoenka fue mutando, pasando por varias etapas, para terminar con ikkyo en suwari waza.

hacia el final, en un arranque lúdico, sensei ordenó juntarse en parejas para realizarse masajes mutuamente.


parte de estos masajes incluían golpear con los puños suavemente la espalda del compañero, lo mismo con los nudillos. masajear con los pies las pantorrilas, el sacro y los gluteos del compañero, además de usar los talones para masajear suavemente la planta de los pies del compañero. hasta ahí todo bien, pero además el masaje incluía realizar mae ukemis sobre el compañero, de manera de masajear su espalda, con la espalda propia. fue en ese momento que el aikidoka empezó a tener problemas. porque si bien con el tiempo ha conseguido realizar mae ukemis relativamente fluidos, eso dista mucho de utilizarlo para hacer masajes.

el resultado fue que en las dos o tres ocasiones en que lo hizo, el aikidoka estuvo a punto de romperle la espalda a sus compañeros (la cantidad de practicantes en la clase era impar, por lo que el aikidoka debió masajear a dos compañeros sin recibir su masaje a cambio).


a pesar de ello y ofrecidas las correspondientes disculpas a los compañeros afectados por su torpeza, el aikidoka se encuentra en condiciones de afirmar que la práctica sabatina fue sumamente provechosa.

septiembre 29, 2006

mucho tiempo había pasado desde la última vez que el aikidoka había tenido una práctica bajo las instrucciones de sensei, quien al llegar al dojo, reflexionó sobre los pocos días que le quedan a los alumnos matutinos para disfrutar de estas prácticas con luz de mañana, cuando se ha hecho completamente el día.

la práctica de hoy tuvo también como eje tainoenka, ejercicio que guiado por sensei le resultó al aikidoka mucho más fácil de comprender (lo que no es lo mismo que poner en práctica).

y es que a diferencia de lo percibido en la práctica anterior, tainoenka no consiste en dibujar un semicírculo con el pie por detrás de uke, sino simplemente en realizar irimi y tenkan. claro que lo de "simplemente" es sólo un decir, porque ya se sabe que para el aikidoka ninguno de los ejercicios realizados sobre el tatami podría tildarse de simple.

sensei explicó que tainoenka es un ejercicio muy poderoso, en el que nage debe tomar la posición de uke.

y así, sobre la base de tainoenka, la práctica se fue adentrando por los caminos de kokiunage e ikkyo, caminos que, como ya se sabe, son insondables.

terminada la práctica y debido al no desdeñable número de asistentes a la misma, el aikidoka se quedó sin escoba con qué barrer el tatami.

al verlo, uno de los sempai le pidió ayuda para limpiar los bordes de las ventanas del dojo.

una gran cantidad de polvo se había acumulado en esos marcos. polvo que el aikidoka fue barriendo con un paño amarillo, formando a su paso grandes motas de polvo. de entre ellas, una polilla agonizante que va a caer justo sobre el pie derecho del aikidoka antes de expirar.

septiembre 27, 2006

acostumbrado ya al clima templado que ha traído la primavera a esta parte del planeta, la baja temperatura de esta mañana tomó por total sorpresa al aikidoka.

no se trataba realmente de una temperatura extremadamente baja, pero bastante menor, si se la compara con las agradables temperaturas matutinas de los últimos días.

la sorpresa fue tal, que incluso después de algunos minutos de precalentamiento, el aikidoka no lograba entrar en calor, y al hacer girar los brazos ampliamente, se colaban mínimas ráfagas de aire frío por los pliegues de su keikogi, provocándole leves escalofríos.

cuando el aprendiz consiguió por fin entibiar su cuerpo, pudo enfocarse en la práctica que proponía el sempai esta mañana, la que estaba centrada en dos movimientos: tainoenka y kochinage.

es más que una técnica, tainoenka es, según el sempai, un ejercicio de desplazamiento, en el que nage, tomado de la muñeca por uke, debe simplemente dibujar un semicírculo con su pie por detrás de uke y luego girar sus caderas en 180º para quedar ahí, con los brazos hacia el frente, las manos abiertas y generosas con las palmas de las manos buscando el cielo.

primero el sempai indicó realizar este ejercicio en suwari waza, modalidad en la que el aikidoka no se sintió del todo cómodo, para luego realizar la misma técnica de pie (y entonces el aikidoka pudo dibujar con mayor fluidez).

fue sutil y a la vez hermosa la forma como la práctica fue mutando desde tainoenka hasta kochinage. de hecho el aikidoka podría decir que prácticamente no se dio cuenta en qué momento se vio con su abdomen sobre la espalda de un sempai que le decía "apunta tu cabeza hacia el pecho y luego desenróllate" y al segundo siguiente el aikidoka estaba golpeando fuertemente el tatami en yoko ukemi.

al aikidoka le resulta una grata experiencia la sensación que le produce realizar kochinage. sobre todo de uke. el momento del giro, de la caída en apariencia fuerte, pero en realidad amortiguada y fluida. claro que no es una técnica que el aikidoka maneje (¿hay alguna ténica que el aikidoka maneje realmente?), por lo que la mayoría de las veces las caídas no fueron ni bien amortiguadas ni fluidas.

de todas formas, y a pesar de que el aikidoka no derramó una sola gota de sudor (cosa rara en el aikidoka, que es de metabolismo sudoroso), se trató de una práctica interesantísima, en la que la mutación, la flexibilidad y la pérdida del miedo tuvieron roles fundamentales.

septiembre 25, 2006

antes de referirse a la práctica de esta mañana, el aikidoka debería referirse a la práctica sabatina. pero después de unos instants de reflexión, prefiere no hacerlo y sigue de largo hasta la de esta mañana. pero no porque la del sábado se haya tratado de una práctica intrascendente o poco interesante, sino por todo lo contrario.

entonces mejor seguir con la de hoy, la que, por cierto también fue de un hondo interés para el aikidoka.

con la llegada de la primavera, y por motivos manejados por el azar, el aikidoka se encontró esta mañana con nuevas caras sobre el tatami. aikidokas de alto rango que ya sea por el clima, notoriamente más templado, o por motivos laborales, han empezado a asistir a la práctica de la mañana. humanos gentiles e inteligentes, que siempre son bienvenidos y de los que el aikidoka siempre aprende cosas nuevas.

la de hoy fue una práctica en la que se aplicó una máxima que resume fielmente la filosofía de vida del aikidoka: no importa el punto final, sino los pasos que se van dando para llegar a él. esto, a juicio del aikidoka, puede aplicarse sobre el tatami, pero también en la vida diaria.

en el caso de la práctica, a partir de un ataque en el que uke tomaba el keikogi y aplicaba chomenuchi, nage respondía con ikkio omotte y luego iriminage y luego tenchinage y luego kotegaeshi y luego otras técnicas de las cuales el aikidoka desconoce su nombre.

el sempai hizo especial hincapié en que nage se enfocara en cada una de las técnicas que describían este camino hasta el final. eran varias técnicas concatenadas una detrás de otra.

de hecho, a partir del primer movimiento (ikkyo omotte), se fueron sumando las otras y al final de la práctica el sempai ordenó que nage
podía teminar la técnica cuando le pareciera adecuado.

una bella práctica, que fue un fiel reflejo de la luminosidad distinta que ha traído el sol con la llegada de la primavera.

septiembre 20, 2006

exactos siete días después de su última práctica, esta tarde el aikidoka se hizo presente en el dojo.

era la primera vez en mucho tiempo que el aikidoka asistía a una práctica vespertina (si mal no recuerda, desde aquella fatídica práctica en la que sufrió una lesión muscular).

como llegó con antelación a la hora de la práctica, el aikidoka (que disfrutó de sobre manera el reencuentro de sus pies descalzos sobre el tatami), se sentó a esperar en seiza que el sempai diera la partida a la práctica.

mientras el resto de los asistentes realizaban complejos ejercicios de elongación o bien conversaban distendidamente sobre diversos temas, el aikidoka simplemente estaba ahí, en seiza, respirando profundo y guardando silencio (aunque en realidad se debería decir dejando salir el silencio desde su cuerpo).

como ya fue dicho, fueron siete días de inactividad física (no así de actividad cerebral), los que se hicieron sentir desde el primer minuto.

la práctica la dirigió un sempai con el que el aikidoka nunca había practicado. y en efecto fue una práctica llena de sorpresas. partiendo por el precalentamiento, en el que el sempai ordenó mae ukemis largos, cortos y cruzados. igualmente ushiro ukemis, y otros ejercicios que el aikidoka nunca había realizado, pero que resultaron altamente estimulantes.

la práctica en sí misma estuvo centrada en un mismo ataque: uke tomaba la muñeca de nage con las dos manos y nage realizaba indistintamente, iriminage, kokiunage y otras proyecciones.

el aikidoka alternó de forma amena con practicantes de alto rango y otros de menor rango. ninguno, sin duda, de menor rango que el aikidoka, quien ostenta orgulloso el rango de mo kyu, es decir, que no posee rango alguno.

ya un poco antes de la mitad de la práctica, el aikidoka comenzó a sentir los siete días de inactividad física. no sólo estaba realmente exhausto, sino que además sediento, casi al borde de la deshidratación.

a esto se sumaba el hecho de que había almorzado tarde, por lo que de vez en cuando el aikidoka se veía impelido por su sistema digestivo a soltar desagradables flatulencias que le recordaban su almuerzo (un churrasco de filete con palta y mayonesa en marraqueta y una porción de patatas fritas).

a medida que se adentraba en la práctica, a medida que su cansancio y su sed se iban acrecentando, el aikidoka fue perdiendo concentración, lo que a se vez derivó en que su cuerpo se fue rigidizando. así, en vez de que la energía brotara desde su centro, ésta brotaba desde sus tiesas extremidades.

a pesar de todo ello, el aikidoka terminó la práctica dignamente y con la cabeza en alto.

a la salida, el aikidoka se zampó dos botellas completas de bebida isotónica.

mientras daba tragos largos a esa botella de boca ancha, el aikidoka, exhausto, pensaba: qué bien se siente estar de vuelta.

septiembre 13, 2006

conciente de que la práctica de hoy sería la última en al menos una semana, el aikidoka se apareció por el tatami especialmente enfocado y dispuesto a dar todo de sí (como siempre pero más).

el precalentamiento fue intenso. por momentos el aikidoka pensó que el sempai sabía que sería su última práctica en una semana, y que por ello había decidido darle intensidad.

pero se trató sólo del precalentamiento porque la práctica fue más bien relajada en términos físicos. no así en términos conceptuales.

la práctica de hoy estuvo centrada en ejercicios en zuwari waza. básicamente ikkyo. y si bien zuwari waza impone exigencias mayores para las piernas y empeines, el mayor obstáculo en este caso fue intentar resolver el enigma que nos propuso el sempai al realizar ikkyo. y este era que había que levantar la rodilla cruzada al momento de recibir a uke y prolongar su línea de ataque.

la posición no era cómoda para el aikidoka, así como tampoco lo era para otros sempais presentes en la práctica, quienes así se lo hicieron ver al sempai que guiaba la práctica. éste, muy sabiamente, dijo que había que intentar resolver el puzzle practicando, porque él no tenía la respuesta.

de hecho el ejercicio gatilló dudas y propuestas que se fueron poniendo a prueba durante la práctica.

fue durante ese trance que el aikidoka tuvo conciencia de su centro como quizás nunca antes la había tenido. claro que fue una sensación fugaz, que se disipó rápidamente, pero que dejó al aikidoka con ganas de más.

el trabajo en zuwari waza es en especial agotador, sobre todo para las piernas, que deben estar permanentemente flectadas, pero a juicio del aikidoka, la práctica fue en términos generales suave.

de hecho, al final, y a pesar de no ser viernes, el aikidoka pensó hacer atokeiko, pero no lo hizo.

septiembre 11, 2006

a pesar de que pudo haberlo hecho, porque tuvo el tiempo disponible para ello, el aikidoka prefirió no realizar cortes con el bokken (hábito que no ha vuelto a repetir, a pesar de lo que le gusta hacerlo), y en cambio simplemente se posó sobre el tatami y lo recorrió caminando. hizo un par de ushiro ukemis, sopló una mosca que yacía muerta sobre el tatami y luego se sentó frente a la imagen de o sensei a esperar a que el sempai abriera la clase.

quizás fue ese hecho, (el hecho de haber sido el primero en alinearse a la espera de que se abriera la práctica) el que motivó al sempai a escoger al aikidoka en la demostración del primer ejercicio que consistía en tomada de muñeca paralela, para que luego nage entrara con irimi y luego realizara kaiten, para elongar hacia atrás el cuerpo de uke.

toda la práctica consistió en variantes de ese ejercicio. incluso al momento de tomar el shoto, como lo indicó el sempai, para realizar chomen para que nage abriera el ángulo para estirar en la medida de lo posible el cuerpo de uke.

en esta parte de la práctica, el aikidoka, tanto de uke como de nage, debió dar varias vueltas en círculo sobre el tatami, lo que le provocó serios mareos los que se extendieron más de lo que el aikidoka hubiera querido, pero que no impidieron que continuara la práctica con su habitual entrega.

al poco andar, uno de los asistentes a la práctica debió partir. lo mismo que el propio sempai, quien dejó a otro sempai a cargo de la práctica.

ese fue el punto de inflexión de la práctica de hoy. la práctica se tornó más activa, más intensa, pero quizás más confusa y menos efectiva.

sobre todo cuando el aikidoka debió realizar técnicas que nunca había realizado, como por ejemplo, iriminage desde el piso.

sólo dos practicantes, aparte del sempai suplente dieron por cerrada la práctica de esta mañana, la cual se realizó a una agradable temperatura, bajo un cielo gris, amenazante de lluvia.



septiembre 08, 2006

ya era completamente de día cuando el aikidoka llegó al dojo esta mañana, y comprendió que aunque el hecho de empezar una práctica de noche y que amanezca durante la práctica es una sensación muy estimulante, el hecho de que sea de día antes de empezar, le inyecta a la práctica una calidez especial.

quizás fue esa calidez (a pesar de que la temperatura era baja) la que permitió que el aikidoka se entregara en una práctica más que digna. una práctica en la que sensei comenzó con una técnia en apariencia simple, pero que ocultaba enorme dificultad para que resultara algo fluído.

de esa manera, el comienzo de la práctica no fue fácil para el aikidoka, pero a medida que se fue adentrando en ella, consiguió algo de confianza, y terminó desplegando una presentación aceptable.

lo avala el hecho de que el aikidoka practicó una o dos veces con sensei y con un sempai, y ninguno de los dos le hizo ver errores del aikidoka al momento de desplegar la técnica, lo cual dejó muy contento al aprendiz. después de todo, quizás algo se está aprendiendo, se dijo para sí.

en otro plano, antes de la práctica el aikidoka tenía pensado que al final, al momento de hacer el círculo frente a la kamiza, intentaría resolver algunas dudas con respecto al examen (al que el aikidoka asisitó sólo como espectador) del pasado fin de semana.

el aikidoka quería hacer básicamente tres preguntas:

1- ¿por qué ese sábado había dos aikidokas que aspiraban a 4º kyu pero sólo uno de ellos tenía hakama? ¿se puede prescindir de la hakama?
2- ¿no sería mejor que sensei y cada uno de los sempais que formaron la comisión examinadora fueran ellos mismos ukes de los aspirantes a nuevos grados? ¿no es mejor sentir la forma como se maneja un aikidoka para evaluarlo que sólo mirarlo realizar la técnica?
3- ¿no hubiera sido mejor que las respuestas incorrectas a las preguntas que hizo el sensei a los aspirantes a 6ºkyu (que hubo varias incorrectas) hubieran sido respondidas de manera correcta por sensei, de manera de no mal informar a las personas presentes que pudieron haberse quedado con conceptos erróneos?

a pesar de que el aikidoka había estado dándole vueltas a estas preguntas durante la semana, finalmente ni hizo ninguna. simplemente esperó con sumisión y respeto su momento de realizar atokeiko.

a diferencia de otras veces, atokeiko fue bien soportado por el aikidoka. de hecho, más que soportado, se podría decir que lo supo sobrellevar de manera más que aceptable.

seguramente algo tuvo que ver en eso la práctica de antes de ayer. o quizás no.





septiembre 06, 2006

hoy lo que parecía que iba a ser una plácida y reposada práctica basada en ejercicios de respiración, terminó siendo un torbellino que obligó una vez más al aikidoka a exigir al máximo sus capacidades.

el comienzo, como ya está dicho, fue bastante suave: principalmente kokiu ho y algunas variaciones con respecto a este ejercicio de respiración. pero de a poco y sin que el aikidoka lograra percibirlo, la prática fue aumentando en intensidad.

el aikidoka recién reparó en ello cuando fue invitado por el sempai a ser uke en la demostración de una técnica. más bien en la precisión de una técnica. el sempai quería remarcar la diferencia entre realizar una proyección empujando a uke y otra acompañándolo durante la técnica, haciendo sentir a uke la presencia de nage, que no precisa empujar para proyectar.

el sempai repitió en reiterades oportunidades la forma de no realizar el ejercicio (empujando para conseguir la proyección), de esta forma, más que mae ukemis, el aikidoka se daba fuertes costalazos contra el tatami.

el sempai repitió una y otra y otra vez la forma de cómo no realizar el ejercicio, lo que para el aikidoka fue algo así como un sorpresivo e inesperado atokeiko a la vena en mitad de la práctica.

varios aikidokas dejaron la práctica hoy antes del final. todos adujeron comprensibles obligaciones laborales. el aikidoka, en cambio, tiene la suerte de estar en una condición tal, que le permite quedarse hasta el final de la clase, y cerrarla con ese aplauso doble que al final ya no sólo es la conexión del cielo con la tierra, sino también un aplauso cerrado de agradecimiento.

septiembre 04, 2006

esta mañana el aikidoka se vio enfrentado a una de las peores luchas a las que puede verse enfrentado un aikidoka: el cansancio.

fue precisamente el cansancio el que lo hizo dudar. después de escuchar el despertador, el aikidoka, quien ha estado sometido a fuertes exigencias tanto físicas como sicológicas durante las últimas semanas, sintió que no sería capaz de levantarse.

es más, dominado por el cansancio (y la insensatez), dijo: no voy. pero a los pocos segundos reaccionó y decidió ir. decisión que el propio aikidoka agradeció una vez que estuvo sobre el tatami, esperando que el sempai diera por iniciada la práctica de esta mañana. y sobre todo al final, cuando la práctica llegó a su fin, y el aikidoka se sintió nuevamente despierto, vivo, recargado.

septiembre 01, 2006

el cerebro, el nervio óptico, el globo ocular, la pupila y el iris, el aire, el vapor de agua que sale de su cuerpo después de una práctica intensa, la ventana, las ramas de los árboles, el cielo azul estampado de gordas y grises nubes. en todo eso pensaba el aikidoka mientras miraba por la ventana con las piernas levantadas, los codos apoyados en el tatami y las manos en las caderas apoyando las piernas que se alzaban hacia el techo del dojo en posición vela.

el aikidoka intentaba recuperarse de una práctica que había resultado particularmente agotadora. a diferencia de otras veces, el aprendiz esta mañana sintió rápidamente el cansancio, a muy poco de comenzada la práctica, la que hoy estuvo centrada en diferentes formas de contrarrestar un ataque de tomada de muñeca cruzada y tomada de la otra muñeca por la espalda de nage.

la defensa contra ese ataque siempre le ha resultado compleja de realizar al aikidoka. abre demasiado los brazos al momento de alejar sus muñecas de uke, dejando su centro en precario equilibrio, dejando sus brazos a merced del atacante. quizás ahí radicó su prematuro agotamiento, al que de todas formas debió hacer frente para sacar adelante una sesión no poco compleja.

pero también una práctica que le prodigó gratos momentos, como ese en que durante un ejercicio, mientras estaba siendo sometido, con su cara contra el piso y mientras le hacían una palanca en el brazo, los rayos de sol bañaban generosamente su rostro.

tambié tuvo momentos menos gratos, como cuando enfrentando a un compañero como uke, éste no le soltaba la muñeca en momentos en que el aikidoka debía realizar mae ukemi, y el aikidoka caía duramente con la espalda recta sobre el tatami. de todas formas no se trató de un incidente que le provocara mayores inconvenientes.

durante la elongación y la meditación final fue que el aikidoka experimentó ese momento epifánico narrado al principio. y depués: atokeiko.

tomando en cuenta el cansancio que sintió al principio, y que lo tuvo a medio filo durante toda la práctica, el aikidoka sabía que atokeiko sería más extenuante que otras veces. y lo fue. una explosión de cansancio que obligó al aikidoka a llegar al límite de sus capacidades.

durante atokeiko sensei le indicó al aprendiz que no se encogiera tanto al momento de realizar mae ukemi, que extendiera más sus piernas al momento de caer. y así lo hizo el aikidoka, sintiendo mayor plasticidad de su cuerpo al hacerlo de ese modo.

claro, la diferencia está es que en atokeiko sensei no usa hakama, lo que esfuma el miedo (que persiste en el inconciente del aikidoka) a quedar enganchado con la hakama como la ha ocurrido en dos oportunidades (una de las cuales provocó esa lesión en el aductor izquierdo).

tras atokeiko, el aikidoka se sentó en seiza en un rincón del tatami a recuperar el aliento, lo cual le costó bastante.

a la salida del dojo el sol se ganaba su espacio entre las gruesas nubes e inundaba las calles de una intensa luminosidad.

agosto 30, 2006

hoy regresó al dojo una bella y gracil aikidoka, a la que el aikidoka no había visto en prácticas matutinas desde hacía por lo menos tres meses. ¿cómo estás? le preguntó el aikidoka poco antes de pisar el tatami. ahora vamos a ver cómo estoy, respondió.

en la práctica de esta mañana el sempai volvió a referirse al tema de la efectividad del aikido. desde el punto de vista del aikidoka, el concepto que este sempai quiere compartir con sus aprendices, es el del placer, exhaltar el sentido hedonista de este arte.

el trabajo del cuerpo debe ser una sensación placentera, dijo en una oportunidad el sempai. el cuerpo de uke debe ser flexible y debe extenderse lo más posible desde un punto a otro, agregó luego.

la práctica terminó con kokiu ho, mientras los rayos del sol entraban por los ventanales que dan al oriente.

agosto 28, 2006

antes de pisar el tatami, el aikidoka estableció interesante conversación con el sempai acerca de los exámenes que se avecinan. el sempai recomendó al aikidoka dejar pasar estos exámenes, pero sin falta tomar el próximo para acceder a su primer grado. una recomendación que no hizo más que confirmar la decisión que había tomado previamente el aikidoka con respecto a esta instancia.

de todas formas, el sempai se ofreció gentilmente a centrar la práctica en los ejercicios que se exigen para acceder al primer grado, es decir sexto kyu o rokkyu kyu.

de esta manera, tras el precalentamiento habitual (que siempre son distintos unos de otro) la práctica comenzó con katatedori aihamni iriminage, para luego, frente a ese mismo ataque, responder con kotegaeshi, ikkyo, shihonage, tanto en sus variantes de omote como ura.

y si bien se podría decir que el aikidoka realizó estas técnicas con relativa fluidez, la práctica confirmó como su correcta decisión de esperar, hasta sentirse realmente listo para dar su primer examen y todos los que vengan por delante: cada uno a su debido tiempo.

fue una práctica luminosa y no sólo en el sentido metafórico del término. en esta época del año la práctica comienza cuando ya ha amanecido y hacia el final, mientras el aikidoka realizaba los ejercicios de elonganción y respiración, los rayos de sol irrumpieron con fuerza por las ventanas del dojo.

agosto 25, 2006

la práctica de esta mañana tuvo un lento despegue para el aikidoka. durante mucho rato el aprendiz se sintió lento y distraido. sentía su cuerpo pesado. y así se mantuvo (y así se sintió), hasta que de a poco fue alcanzando cierto ritmo y logró sumergirse en la práctica, la cual estuvo centrada en ikkio (ikkio parece ser el origen).

el aikidoka tuvo hoy la oportunidad de practicar con un compañero al que nunca había enfrentado. no menor fue la sopresa del aikidoka al comprobar la enorme flexibilidad y plasticidad de la que hacía gala este practicante.

por si esto fuera poco, cada vez que al aikidoka le tocó el turno de uke, este practicante (de alto rango, imaginó el aikidoka, con varios años de experiencia), una vez que había sometido al aikidoka, le prodigaba breves pero placenteros masajes a la altura del hombro, haciéndole ver, con gran alegría y excelente disposición, que el aikidoka estaba rígido, demasiado tenso, que debía soltarse.

y tenía razón. el aikidoka tiene sumamente claras sus limitaciones, dentro de las cuales se cuentan la rigidez y escasa elasticidad de su cuerpo. de todas formas, y por lo mismo, fue un agrado trabajar con este alegre y ágil practicante, poco habitual de las sesiones matutinas en el dojo.

una vez cerrada la práctica, el aikidoka solicitó atokeiko a sensei, quien se encontraba doblando su hakama. sensei interrumpió su labor y procedió a realizar atokeiko con el aikidoka, quien terminó exhausto, absolutamente rendido.

el aikidoka demoró algunos minutos en recuperarse del esfuerzo que le significó atokeiko, pero una vez recuperado, volvió a sentir ese placentero cansancio que lo domina al término de cada práctica.

agosto 23, 2006

un día limpio y despejado esperaba al aikidoka para la práctica de esta mañana. una práctica que no sería como las otras (aunque en realidad, ninguna práctica es como otra).

desde hace algún tiempo el aikidoka había venido cuestionándose hondamente sobre la efectividad del aikido frente a determinadas situaciones fuera del dojo.

y hoy, como si el sempai hubiera estado enterado de las reflexiones en las que estaba inmerso el aikidoka, se refirió precisamente a ello. y a decir verdad, la propuesta del sempai es muy similar a la conclusión a la que había llegado el aikidoka con respecto a este dilema.

no es necesario que el aikido sea efectivo. el aikido debe ser una forma de comunicación corporal. no se está en el dojo pensando en enfrentarse a situaciones delicadas que podrían ocurrir en la calle. "porque si quieren dártela, te la van a dar", dijo el sempai.

muchas veces el aikidoka ha recibido advertencias de otros aprendices e incluso de algunos sempais, sobre la posibilidad de recibir determinado ataque si se tiene abierto algún flanco. pero eso no es necesario, porque no se debería estar pensando realmente en un ataque, sino más bien en sacar al oponente de su centro. y en eso se puede estar toda una vida. el resto es innecesario. el aikidoka no piensa en la lucha. es más, el aikidoka no concibe la lucha. sólo busca la comunicación corporal, el centro como eje y generador.

mientras todo esto ocurría, una densa niebla se dejaba caer sobre el dojo y sobre toda la ciudad.

más tarde, el sempai se refirió también a la distancia entre dos puntos. en el espacio que se abre al recorrer esa distancia.

fue una práctica hermosa. conceptual pero viva, alegre y cargada de buena energía.

en la calle, el aikidoka debió abrirse paso entre la niebla.

agosto 21, 2006

una plácida temperatura, que se debe haber movido entre los ocho y diez grados, recibió esta mañana al aikidoka, quien se atrevería a decir que la sensación térmica en el dojo era cercana a la perfección.

hoy los titubeos del aikidoka se manifestaron en pleno precalentamiento, cuando el sempai ordenó realizar simulacros de corte con el bokken (pero sin el bokken) cortando primero adelante, luego atrás, luego a un lado, luego atrás, luego al lado (siempre el mismo lado) y nuevamente atrás y así en un circuito preciso en el que el aikidoka naufragó irremediablemente.

más tarde, durante la práctica, a la que asistieron compañeros a los que el aikidoka no veía desde hacía un tiempo (innecesario precisar cuánto), el aikidoka realizó por primera vez yoko ukemi.

el gentil sempai se ofreció para enseñar al aprendiz a caer por primera vez de costado, girando la cabeza en el aire, con el brazo tomado por nage.

el aikidoka estaría mintiendo si dijera que aprendió a realizar yoko ukemi. la situación fue tan sencilla como que en un momento el aikidoka estaba de un lado y al segundo siguiente, estaba cayendo de costado sobre el tatami, golpeando el tatami con la palma de la mano que no tenía tomada nage.

fue una experiencia muy singular que el aikidoka saboreó con particular gusto y que sin duda marcó la práctica de esta mañana.


agosto 18, 2006

hay algo que no estás haciendo bien. el aikidoka escuchó tres veces esta frase durante la práctica de esta mañana. la misma frase proveniente de tres personas distintas.

primero un aikidoka de alto grado. luego un sempai y finalmente el mismísimo sensei eran quien declamaba la demoledora frase.

las cosas habían empezado bien para el aikidoka. fue el primero en estar alineado frente a la kamiza esperando al sensei. y quizás fue esa puntualidad (o quizás no) lo que motivó al sensei a escogerlo para ejemplificar la primera técnica.

seguro que fue un buen comienzo, pero luego vino el desempeño dubitativo del aikidoka que motivaron las expresiones ya mencionadas.

es cierto, son apenas cinco meses desde que el aikidoka se reincorporó a las prácticas (después de un paso fugaz hace muchos años), y si bien cinco meses no son nada en este largo y luminoso camino, parecen ser menos para el aikidoka, que falla más de lo que le gustaría.

terminada la práctica, el sensei anunció que se avecinan exámenes para acceder a nuevos grados. sin embargo el aikidoka no se sintió tocado por ese anuncio. no por falta de interés, por cierto, sino por que por el momento se siente bien en su condición de mukyu, de soldado raso, de aikidoka sin grado.

no es el momento de dar examen para el aikidoka. y nadie (ni siquiera el aikidoka) podría afirmar con seguridad si es que ese momento llegará realmente en este camino.

agosto 16, 2006

esta mañana el aikidoka decidió practicas sin calcetines. como había sido mencionado anteriormente, los calcetines del aikidoka no tenía como objetivo aplacar el frío en los pies, sino proteger las heridas en sus empeines (provocadas precisamente una gélida mañana en la que el frío tatami era como la hoja de un cuchillo afilado), las cuales sin calcetines, y en proceso de cicatrización, era muy fácil que volvieran a abrirse y provocar manchas sanguinolientas en el tatami.

pero las heridas en los pies del aikiodoka ya han cicatrizado por completo y desde hoy las prácticas serán definitivamente sin calcetines.

el aikidoka volvió a sentir la libertad de los pies desnudos, la tracción de la piel sobre la tela del tatami, la liviandad y la agilidad de los pies al descubierto.

durante la práctica de hoy (una práctica intensa, en la que no habían pasado más de diez minutos cuando el aikidoka ya sudaba profusamente por todos los poros) el aprendiz sintió que una sola vez (de las decenas y quizás centenar de veces) realizó un ejercicio utilizando el poder de su centro. fue una experiencia intensa, fugaz, agradable, pero que ocurrió sin que el aikidoka se lo propusiera, y por lo mismo, no fue capaz de volverla a repetir. ni la intención, ni el modo, ni el tiempo. fue una sola buena ejecución de la técnica (el aikidoka ya no recuerda el nombre), que no se volvió a repetir.

fue como esos sueños fugaces que producen un inesperado placer, pero que al momento de reconstruirlos, se dispersan en un bosque onírico.

agosto 14, 2006

comienza la semana para el aikidoka. una semana extraña. con interrupciones.

la práctica de hoy, comenzó igualmente extraña que esta extraña semana, con un sempai distinto al de cada lunes. detalle que no impidió que se desarrollara una alegre y distendida práctica iluminada sólo por el sempai y dos aikidokas (un tercero pasó por el dojo raudo. tan raudo que casi no se vio).

una práctica que estuvo centrada en ikkyo. una práctica que gatilló en el aikidoka una serie de preguntas que no serán planteadas en este momento.

agosto 11, 2006

a pesar de que disponía del tiempo para hacerlo, el aikidoka no tomó el bokken esta mañana, sino que se dedicó a realizar mae ukemis. rodó una y otra vez hacia adelante, hasta que el tatami se fue sembrando de practicantes y hasta que el sensei se hizo presente.

una interesante y dinámica práctica fue la que se realizó esta mañana en el dojo.

el sensei utilizó el jo para ejemplificar una técnica y para luego ejercitarla entre todos los asistentes, dos de los cuales no consiquieron terminar la práctica.

el aikidoka se manejó de manera aceptable, con altibajos, como siempre, pero también con momentos un poco más felices que otros.

agosto 09, 2006

esta mañana al aikidoka se le apareció el fantasma de la lesión.

a mitad de práctica, durante un intercambio de mae ukemis con un compañero (parroquiano habitual de las prácticas matutinas) siendo el aikidoka el uke, y cuando ya había sido proyectado por su compañero, sintió engancharse el talón de su pie izquierdo en el hakama de nage. con el agravante de que esta vez a esta (mala) maniobra, se sumó un golpe de su propia rodilla en la frente.

sin embargo, no sabe con certeza si fue gracias a su mayor movilidad, a leyes de la física, o simplemente a causa del azar, su pierna logró zafarse antes de estirar demasiado el músculo, estom mismo (o quizás otras razones) hicieron que el rodillazo en la frente fuera en suma leve.

no se sintió mareado ni lesionado muscularmente, pero aún así el aikdioka tomó un breve descanso en una esquina del tatami, para después de unos minutos, retomar las acciones con igual o mayor entusiasmo.

no fue el único incidente de la práctica, que terminó con un 25% de bajas.

porcentaje en el que no estaba incluído el aikidoka, por cierto, quien terminó sin inconveniente la práctica, pero quien sin embargo no pudo lograr mayor concentración. por motivos en los que no vale la pena ahondar, simplemente tenía su cabeza en otra parte.

terminada la práctica, el aikidoka se encontró en la calle con un día hermoso, en el que se mezclaban las nubes, el sol y la lluvia, en un cuadro formidable.

agosto 07, 2006

esta mañana, mientras esperaba que llegara el sempai a abrir el dojo, el aikidoka pudo notar con total claridad que está empezando a amanecer más temprano, descubrimiento que le produjo una placentera sensación de calor en el pecho, calor que no fue suficiente para hacer entrar en calor al aikidoka en una mañana en la que el frío era como un puñal afilado. quizás fue por eso (o quizás no), que tras el precalientamiento, el sempai decidió iniciar la práctica con shotoo.

la técnica en la que se centró la práctica de esta mañana fue kotegaechi. utilizando primero el choto (como una extensión del brazo) para luego realizar la misma técnica (y algunas de sus variantes), inermes.

se realizaron tres o cuatro variantes de kotegaechi, alternándo el sempai indistintamente con los dos practicantes. hacia el final de la práctica, el sempai ordenó randori con quince entradas de dos ukes para un nage.

el aikidoka desarrolló una práctica regular, pero en randori estuvo particularmente bajo. si bien alerta y rápido en sus reacciones, se le vio falto de ideas, y no fue más allá de dos o tres variantes pobremente realizadas.

sólo dos aprendices y el sempai asistieron hoy al dojo. pero el rigor y la entrega que cada uno de ellos entregó a la práctica, fue suficiente para iluminar al dojo en una mañana luminosa, aunque, como ya fue dicho, muy, pero muy fría.

agosto 04, 2006

esta mañana el aikidoka no sólo alcanzó a leer algunas líneas (hábito que ha adquirido desde hace algunos días mientras espera que se abran las puertas del dojo), sino también, ya una vez adentro, sobre el tatami, nuevamente tuvo tiempo para lanzar algunos cortes con el bokken. bastante más que en otras ocasiones, con irregular efectividad (siempre bajo el rango de lo aceptable), igual que en otras ocasiones.

la práctica se abrió con cinco practicantes que alternaron cordialmente sobre el tatami.

ikkio fue nuevamente la técnica en la que estuvo centrada la práctica. es que a fin de cuentas es ikkio la médula de muchas otras técnicas. otras conexiones que nacen desde ahí.

hoy asistió un nuevo aprendiz a la práctica, con el que el aikidoka intercambió en reiteradas oportunidades. un hombre bastante más experimentado que el aikidoka, por cierto (es difícil encontrar en el dojo a alguien menos experimentado que el aikidoka), con el que fue muy grato compartir. lo mismo con ese aprendiz enorme que mide dos veces lo que mide el aikidoka, y que lo hace sentir como nage, pero es dócil y disciplinado como uke.

fue una práctica exigente, en la que el aikidoka tuvo la oportunidad incluso de alternar también con sensei, quien lo guió con generosidad y asertividad por el camino.

una vez cerrada la práctica (una vez barrido el tatami entre todos los asistentes), el aikidoka se estaba deslizando sigilosamente fuera del tatami, cuando sensei lo detuvo: atokeiko, clamó desde el otro lado del tatami. el aikidoka volvió tras sus pasos, y fue sometido a una intensa sesión de proyecciones con ukemis que obligaron al aikidoka a llevar al límite sus regulares condiciones físicas.

después de atokeiko, el aikidoka prácticamente salió gateando del tatami. pero ahora está cargado de ese cansancio retroactivo. ese cansancio que se convierte en vigor y entusiasmo.

agosto 02, 2006

antes de que se abriera la práctica, el aikidoka una vez más tuvo la posibilidad de realizar cortes (por lado y lado) con el bokken. fueron sólo algunos minutos, pero los suficientes para comprender que dentro de las limitaciones de su estilo, al aikidoka el corte diagonal le fluye mejor de izquierda a derecha que al revés.

luego, sólo dos aikidokas y el sempai cargaron de energía el dojo esta mañana. y vaya si lo hicieron, porque la práctica comenzó suavemente, casi de manera placida, pero poco a poco fue subiendo en intensidad, hasta llegar a un punto en que el aikidoka quedó realmente exhausto.

ikkio fue el eje de la práctica esta vez. técnica que fue desplegada de diversas formas según las indicaciones del sempai. el aikidoka debió enfrentar en reiteradas ocasiones al sempai y a su compañero, una torre humana de casi dos metros, que dócilmente se dejó llevar por los torpes movimientos del aikidoka.

la flexibilidad y la conciencia del centro siguen siendo los princpipales escollos que el aikidoka enfrenta en cada práctica, y seguramente lo seguirán siendo por muchas, muchas prácticas más.

julio 31, 2006

sólo el sempai y el aikidoka dieron vida al dojo esta mañana. una mañana muy fría, que fue rápidamente templada con ejercicios enérgicos pero relajados (en la medida de lo posible).

la práctica de hoy estuvo centrada en trabajo con el jo, el cual fue utilizado primero en una durante el precalentamiento y luego en la práctica propiamente tal.

el bastón de madera fue utilizado para realizar algunas variantes de tenchi nage. en una primera técnica de contención y luego en técnicas de proyección.

a pesar de ser sólo dos personas sobre el tatami, la entrega tanto del sempai como del aikidoka, iluminaron y dieron vida al dojo, lo habitaron y lo llenaron en sus más recónditos insterticios.

finalizada la práctica el aikidoka entabló una animada charla con el sempai sobre algunos aspectos del aikidoka que ocurren fuera del tatami. fue una amena y plácida charla. adjetivos que podríam utilizarse igualmente para definir a la práctica de esta mañana, que como ya fue dicho, fue una fría mañana, mucho más allá de las apariencias.

julio 29, 2006

impensado resultó para el aikidoka comprobar, apenas arribó al dojo, pocos minutos antes de la práctica, que al contrario de otros sábado, el tatami estaba despejado. prácticamente vacío.

y así, impulsado por una dosis de aplomo poco habitual en él, saltó al tatami, saludó a o sensei, tomó un bokken y alcanzó a hacer al menos unos cincuenta cortes (veinticinco por cada lado).

de acuerdo, no es nada realmente impresionante (sobre todo tomando en cuenta la imprecisión de la técnica). pero sí lo fue para el aikidoka, que daba absolutamente por descontada esa posibilidad.

el aprendiz dejó el bokken cuando vio a otros practicantes sobre el tatami.

la práctica la entregó un sempai, porque sensei se encuentra fuera de santiago (claro que eso es algo de lo que el aikidoka se enteró al final).


la práctica en sí fue bastante extraña. el aikidoka se movió con cierta plasticidad, pero en momentos clave, falló, en determinados instantes, con compañeros específicos, se perdía irremediablemente.

ocurrió sobre todo cuando el aikidoka se enfrentó a un aprendiz que asistía a su segunda clase. se podría decir que ese corpulento señor de rasgos orientales sabía básicamente lo mismo que sabe el aikidoka, pero de todas formas el aikdioka intentó, humildemente, guiarlo en la técnica, la cual, para colmo de males, no la conocía.

y estaba en eso, intentando explicar una técnica que nunca antes había realizado, cuando sorpresivamente un sempai (no el que estaba ofreciendo la práctica) se acercó y conminó al aikidoka a callarse. "practica, hombre, practica", le dijo en un tono que incomodó de sobremanera al aikidoka. y no sólo lo incomodó sino que lo puso ante una encrucijada ¿cómo se hace para explicar una técnica a una persona que lleva dos clases, sin hablarle? por lo demás, resulta habitual escucha hablar a algunos practicantes, que guían a otros en determinadas técnicas (de hecho al aikidoka algunos compañeros le han hablado bastante). pero en fin.


el aikidoka no sabría definir de mejor manera la práctica más que como una práctica típica de sábado. húmeda, con altibajos y tropezones. una buena práctica, sin lugar a dudas, pero el aprendiz ya anhela su práctica de lunes por la mañana.


en el diario mural del dojo está por el reverso el afiche del seminario que dictó el amable sensei venido del norte. la idea es que quienes asistieron al seminario, le escriban algo a sensei, para luego enviarle el afiche.


el aikidoka no ha escrito nada aún (ni siquiera sabe si el afiche estará ahí el lunes), pero le gustaría escribir algo como esto:

recuerdo que el primer día dijiste que te bastaba con que aprendiéramos una sola cosa. y yo creo que aprendí una cosa: el flujo.
ahora la monumental tarea que me queda por delante, es cómo logro transmitir a mi cuerpo, ese concepto que tengo tan perfectamente delineado en mi cabeza.
por suerte quedaron más preguntas que respuestas.
respeto y gratitud