conciente de que la práctica de hoy sería la última en al menos una semana, el aikidoka se apareció por el tatami especialmente enfocado y dispuesto a dar todo de sí (como siempre pero más).
el precalentamiento fue intenso. por momentos el aikidoka pensó que el sempai sabía que sería su última práctica en una semana, y que por ello había decidido darle intensidad.
pero se trató sólo del precalentamiento porque la práctica fue más bien relajada en términos físicos. no así en términos conceptuales.
la práctica de hoy estuvo centrada en ejercicios en zuwari waza. básicamente ikkyo. y si bien zuwari waza impone exigencias mayores para las piernas y empeines, el mayor obstáculo en este caso fue intentar resolver el enigma que nos propuso el sempai al realizar ikkyo. y este era que había que levantar la rodilla cruzada al momento de recibir a uke y prolongar su línea de ataque.
la posición no era cómoda para el aikidoka, así como tampoco lo era para otros sempais presentes en la práctica, quienes así se lo hicieron ver al sempai que guiaba la práctica. éste, muy sabiamente, dijo que había que intentar resolver el puzzle practicando, porque él no tenía la respuesta.
de hecho el ejercicio gatilló dudas y propuestas que se fueron poniendo a prueba durante la práctica.
fue durante ese trance que el aikidoka tuvo conciencia de su centro como quizás nunca antes la había tenido. claro que fue una sensación fugaz, que se disipó rápidamente, pero que dejó al aikidoka con ganas de más.
el trabajo en zuwari waza es en especial agotador, sobre todo para las piernas, que deben estar permanentemente flectadas, pero a juicio del aikidoka, la práctica fue en términos generales suave.
de hecho, al final, y a pesar de no ser viernes, el aikidoka pensó hacer atokeiko, pero no lo hizo.