diciembre 15, 2006

por motivos de calendario, el aikidoka todavía no había tenido la oportunidad de asistir a una práctica con sensei desde su regreso al dojo. la de esta mañana fue la primera. y vaya si se notó la diferencia. por algo es sensei.

el tatami se inunda espontáneamente de un aire de mayor solemnidad, sin embargo no pierde un ápice de amabilidad, de generosidad, de distensión. el aikidoka ha notado que es en las prácticas con sensei en las que más abunda la risa.

hoy la práctica estuvo centrada en la contención de katate ryotedori. primero subiendo los brazos y luego dando un paso al lado para posteriormente cerrar con ikkio.

a poco andar, sensei debió corregir al aikidoka quien abría demasiado los brazos para sacar de su espacio a uke. de hecho, los brazos no deben abrirse, puesto que al abrir los brazos estando tomado por la espalda, se está a completa merced de uke.

sensei explicó al aikidoka que los brazos debían subir por el centro del cuerpo y que sólo una vez que han llegado lo más alto posible, debe darse el paso al costado para entrar con ikkio.

tras la intervención de sensei, el aikidoka corrigió (o hizo todo su esfuerzo por corregir) el desarrollo de la técnica, que evidente mejoró, pero sólo en parte.

más tarde la técnica varió. ahora en vez de realizar ikkio, había que proyectar a uke bajando el centro de gravedad y aprovechando el envión del ataque. se realizaron reiterados ukemis, que el aikidoka disfrutó de manera especial, dada la ausencia de ukemis de la práctica del miércoles.

también disfrutó practicando con un gran compañero con quien se entretuvo haciendo variaciones inesperadas de la técnica, improvisando ataques que se realizaron con mayor intensidad, simulando acciones de ataque inesperado.

fue una bellísima práctica, que el aikidoka selló con un interesante atokeiko que esta vez incluyó proyecciones en suwari waza (lo cual recordó al aikidoka que todavía no cicatriza ese punto rojo que tiene en el pie izquierdo).

terminada la práctica el keiko gi del aikidoka terminó completamente mojado. como si hubiera estado horas bajo una lluvia intensa.