octubre 02, 2006

un nuevo compañero se sumó al dojo esta mañana. un humano en la medianía de la vida, con muchas ganas de aprender.

quizás por ese motivo (por la presencia de este nuevo aprendiz, con menos experiencia que el resto), el aikidoka pensó que la práctica de esta mañana, que fue integrada por el nuevo practicante, tres aikidokas y el sempai, sería sencilla, con movimientos y técnicas básicas.

de hecho en cierta forma lo fue. pero extrañamente, quizás por la modorra, quizás por lo gris de la mañana, o por el motivo que sea, al aikidoka le costó internalizar la técnica, que era básicamente kotegaeshi con un par de variaciones.

a pesar de la aparente simpleza de su ejecución, tanto el aikidoka como sus compañeros, en una especie de sopor, se mostraban inhábiles para captar la técnica.

el sempai, que había decidido graficar las técnicas con chotos, para luego replicarlas a mano limpia, debió simplificar aún más la técnica (abierta en vez de cerrada), para así hacerla entrar en la cabeza de estos somnolientos samurais.

fue una sesión de sumo interés para el aikidoka, que aprendió que la inexperiencia de un aprendiz como uke, no hace sino más que complicar la reacción del aikidoka como nage.

hacia el final de la práctica, cuando ya había enseñado (o había puesto todo de sí intentando enseñar) tres técnicas a partir de kotegaeshi, el sempai llamó a realizar randori, instancia en la que el aikidoka debió hacer uso no sólo de las técnicas que le habían enseñado esta mañana (muchas de las cuales ya había olvidado) sino otras que recordó de otras prácticas para repeler de manera menos que satisfactoria los ataques del sempai y otro aikidoka (a esa altura de la clase el nuevo integrante del dojo yacía exhausto a un rincón del tatami). el aikidoka sintió que quizás en dos oportunidades tuvo una reacción adecuada. en las otras, los ataques amables y bienintencionados de estos ukes, cayeron con absoluta facilidad sobre el cuerpo del aikidoka.

precisamente durante los últimos días el aikidoka se había descubierto reflexionando acerca de su memoria, tanto mental como corporal. pero meternos en un tema como ese en este momento, nos obligaría a extendernos demasiado.

el aikidoka quedó con ganas de asistir a una nueva práctica esta misma tarde, pero no sabe si podrá hacerlo.