julio 04, 2007

la de hoy no fue una mañana particularmente fría, ni tampoco lluviosa, ni mucho menos oscura. sin embargo el aikidoka fue el único asistente a la práctica.

sobre los hombros del aikidoka entonces (y por cierto sobre los de sempai) recayó la enorme responsabilidad de dar vida al dojo. dos hombres, dos cuerpos fluyendo (o haciendo el intento), dos corazones bombeando en la búsqueda del calor.

con el aikidoka como único alumno, sempai desarrolló una práctica que se alejó de la técnica, una práctica desapegada de la forma, y propuso una práctica sensorial, en la que lo más importante fue explorar en la conexión existente entre dos cuerpos que buscan expandirse sobre el tatami.

entonces a partir de shomen uchi primero y morote dori después, se experimentó largamente en ikkyo y tenchi nage para responder a estos respectivos ataques. pero como ya fue dicho, el foco de la práctica no estuvo puesto en el correcto desarrollo de la técnica (es decir la forma), sino más bien en cómo ambos cuerpos (y sus respectivos centros) se conectaban el uno con el otro y cómo también se disociaban cuando esas fuerzas perdían el contacto (es decir el fondo).

así, durante la práctica, en la que se le exigió poco al cuerpo, pero mucho al cerebro, sempai y el aikidoka intercambiaron ideas sobre conceptos como el espacio personal de uke y el espacio personal de nage, también sobre el espacio que comparten uke y nage y cómo ese espacio debe expandirse para luego cerrarse y que son esas pequeñas explosiones e implosiones las que dan pie a cualquier técnica.

en el intertanto sempai citó libros, citó películas, citó experiencias personales, hizo un sinnúmero de metáforas, muchas de las cuales al aikidoka hicieron sentido, pero otras tantas no.

durante todo este tiempo, de hecho, durante la hora y media de práctica, una sóla pregunta se dibujaba en la mente del aikidoka: ¿por qué? o en realidad ¿para qué?

sin embargo el aikidoka dejó el dojo sin encontrar respuesta a su simple pregunta.

mejor así.

junio 27, 2007

quizás resulte curioso que el aikidoka regrese a este dojo virtual para referirse a una práctica a la que no asistió. y de hecho es curioso, pero así es: esta mañana el aikidoka sintió la necesidad de dormir un par de horas más, debido a la intensa carga de esfuerzo al que ha estado sometido.

es por esto que el aprendiz se encuentra evaluando la posibilidad de suplir la ausencia de esta mañana asistiendo a la práctica vespertina. es una posibilidad real, pero hasta el momento, no del todo cierta.

pero para no desaprovechar la presencia del aikidoka en este espacio en el día de hoy, el aprendiz ha decidido referirse brevemente a la práctica del lunes (cabe hacer notar que el aikidoka ha seguido asistiendo regularmente a sus tres prácticas semanales, con el entusiasmo y la entrega que ya se ha hecho habitual). una práctica que estuvo íntegramente centrada en irimi nage. el aikidoka no recuerda una práctica en la que se haya explorado sólo en una técnica.

durante la práctica sensei se detuvo a explicar las importancia del concepto de irimi (el cual se podría aplicar a prácticamente todas las técnicas conocidas en aikido): entrar, ocupar el espacio del otro. sensei hizo hincapié también en que no es sólo nage quien debe ocupar ese espacio, sino que uke, en su ataque, debe demostrar la intención real de ocupar el espacio de nage, quien a su vez toma esa intención de uke para poder desarrollar la técnica. es decir uke no puede limitarse a tomar la muñeca de nage, sino que debe manifestar su intención real de entrar (irimi) al espacio de nage.

fue una bella práctica, en la que el aikidoka tuvo la oportunidad de corregir un sinnúmero de errores que estaba cometiendo al momento de desarrollar iriminage. el aprendiz tuvo la oportunidad de intercambiar roles con varios compañeros distintos, lo que permitió también sentir la potencia o la suavidad de cada uno, y aprendiendo importantes enseñanzas de cada uno de ellos.

para cerrar esta hermosa práctica, sensei ordenó un intenso ato keiko, en el cual el aikidoka fue sometido a un gran esfuerzo. sobre todo con uno de los sempais (precisamente el que guía la práctica de esta mañana), quien hizo volar al aikidoka por los cielos del dojo. con técnicas simples pero contundentes, sempai hizo girar al aikidoka en 180º sobre su cabeza, lo que obligaba al aikidoka a girar rápidamente estando en el aire y a su vez soltar sus brazos para que éstos golpearan sobre el tatami para reducir el impacto. fue una experiencia veloz, intensa, enérgica, la cual resultó sumamente estimulante para este humilde aprendiz.

junio 15, 2007

no hay nada más estimulante que calentar una gélida mañana (en la que el mercurio de los termómetros no superaba el cero), cuando ese calor viene desde adentro del cuerpo. y sobre todo cuando ese calor es generado por una práctica amplia, intensa, constante, en la que sensei casi no ha dado respiro.

fue seguramente debido al frío de esta mañana, que a la práctica asistieron sólo dos alumnos, quienes trabajaron en trío con sensei quien no dio pausa entre una técnica y otra.

al aikidoka le pareció en un comienzo que las técnicas propuestas por sensei (técnicas cuyo nombres el aikidoka desconoce, pero que le había tocado practicar con anterioridad) eran demasiado estáticas considerando que había que generar calor. pero no pasó demasiado antes de que el aikidoka se encontrara exhausto, sudando la gota gorda, atacando (con tsuki o katate dori), absorviendo, girando, proyectando, rodando (hacia adelante y hacia atrás). esfuerzo que se veía incrementado por el hecho de que el aikidoka convertía en ushiro ukemis las caídas de espaldas y se mantenía constantemente buscando las mae ukemi. una y otra vez, aprovechando la inmensidad del tatami, cuyo espacio era sólo para los tres.

han pasado muchas cosas en el dojo desde un tiempo a esta parte. se ha producido un cambio muy importante, que ha desencadenado otros como en un efecto dominó. cambios que redundan, entre otras cosas, en una notoria disminuicón de hakamas sobre el tatami.

ajeno a estos cambios (en los que no se profundizará en este momento), el aikidoka ha mantenido su constancia y su esfuerzo en la búsqueda.

muchas veces se ha sentido extraviado, muchas veces se ha sentido cansado, muchas veces se ha cuestionado, muchas veces ha dudado, muchas veces ha decaído, pero el aprendiz comprende que se trata de las atribulacionas propias que implican la opción de haber emprendido este camino.

y hasta ahora, a pesar de las tribulaciones y el cansancio, el aikidoka se mantiene en movimiento.

junio 03, 2007

el aikidoka quisiera referirse en este momento a la magnífica práctica a la que tuvo el privilegio de asistir el viernes por la mañana, guiada una vez más por el amable sensei venido del norte.

una mañana muy fría, como ya se hecho costumbre desde hace un tiempo, pero a la vez muy limpia y transparente.

durante la práctica (en la que estaba presente el propio sensei residente y varios judanshas y aspirantes a serlo), el amable sensei invitó al aikidoka a ser uke para la ejemplificación de una técnica, la cual empezaba con ushiro ryo katate dori (si es que así se le llama a la tomada de ambas muñecas por la espalda). empezaba así, pero podía terminar
literalmente en cualquier cosa.

porque finalmente lo que sensei proponía era que a partir de esa tomada nage debía manejar el campo de gravedad
propio, y si lo hacía correctamente, conseguía también tomar el campo de gravedad de uke, y de ahí adelante ya era cosa de coser y cantar.

para sensei, por cierto, quien hacía parecer que todo era demasiado fácil (situación nada más ajena a la realidad).

el punto es que a juicio del aikidoka esa mañana el amable sensei venido del norte tuvo una actitud particularmente amable y transparente con el aikidoka (o eso es lo que el aprendiz ha querido pensar) y con eso bastó para que la herida en su costado haya cicatrizado para siempre.

cerca del final de la práctica, mientras se estaba en seisa en ejercicios de relajación, sensei instó a mirar hacia afuera. el sol entraba a raudales.

es una magnífica mañana, dijo sensei.

y realmente lo era.

mayo 30, 2007

esta mañana el aikidoka pudo disfrutar de una placentera práctica, sin sobresaltos, con un tatami despejado, donde había espacio suficiente y donde las cosas fluyeron claras como el agua.

luego de un intenso precalentamiento (óptimo para paliar la gélida y oscura mañana) se pasó a tai noenka, y luego tenchi nage y luego kokiu nage, intentando no utilizar las manos. lo cual es un asunto complejo, pero a la vez sumamente estimulante.

el aikidoka desplegó con moderada plasticidad mae y ushiro ukemis, rodando de aquí para allá, salpicando invisibles y rojísimas gotitas de la herida en su costado, que ya cicatriza (aunque no del todo).

hoy el aikidoka descubrió además que el pantalón de su keikogi a comenzado a romperse en las rodillas, lo que para el aprendiz es una señal de constancia y perseverancia. una pequeña herida de guerra que lo enorgullece más que la del lunes.

sin embargo han sido días difíciles, para qué negarlo. al mirar hacia el futuro, el aikidoka ve todo difuso.

mayo 29, 2007

a pesar de lo espaciadas de sus intervenciones en este dojo virtual, el aikidoka sigue incansable su avance por el camino del budo. un camino que, por cierto, no ha estado exento de obstáculos. y con esto el aprendiz no se refiere al frío que ha asolado la ciudad (y que hace algo más difícil su presencia en el dojo cada mañana), ni tampoco al cansancio (que ha aumentado considerablemente desde que el aprendiz adoptó la bicicleta como medio de transporte urbano) sino más bien con un hecho puntual que ocurrió en la práctica vespertina de ayer.

la práctica la dirigió el sensei venido del norte, tal como ha sido la tónica desde que este sensei arribó al país para ofrecer el seminario de la semana pasada (al que, como recordará el amable lector, el aprendiz no asistió).

habían transcurrido muy pocos minutos de la práctica. sensei había mostrado una técnica muy abstracta, muy plástica y muy hermosa, por cierto, pero dando por supuestos varios factores que este humilde aprendiz no había comprendido del todo. y claro, en esto no hay problema alguno; el aikidoka tiene perfectamente claras sus limitaciones y comprende que está muy lejos de alcanzar un nivel aceptable (a pesar de su esfuerzo y de su constancia y de su permanente entusiasmo), sin embargo ocurrió lo siguiente: mientras todos estaban desarrollando esta técnica (que como ya fue dicho era muy abstracta, muy conceptual), sensei detuvo la práctica, pidió que nadie se moviera de su lugar y enfrente de todos sus compañeros, comenzó a corregirlo (no del mejor modo, a juicio de este humilde aprendiz), diciéndole que lo que estaba haciendo no era lo correcto. "no es eso lo que estamos haciendo, sino esto otro" dijo sensei mirando directamente al aikidoka quien sentía además las miradas de todos sus compañeros puestas sobre su cuerpo.

y claro, el aikidoka estaba haciendo ikkio (un ikkio muy amplio, como describiendo un gran arco con ambas manos), pero la técnica no era ikkio, sino algo similar (pero distinto) que consistía en extender la línea del cuerpo de uke de manera horizontal, nage alargando el brazo y luego bajando el centro de gravedad, casi sin utilizar la segunda mano de nage (cabe hacer notar que se estaba trabajando en suwari waza).

el incidente no evitó que el aikidoka continuara la práctica con el ahínco habitual, pero sí fue como una pequeña espina en su costado ¿por qué, se preguntará el amable lector? primero porque así como el aikidoka tiene claras sus limitaciones, también puede percibir las del resto de sus compañeros (muchos de ellos con menos tiempo de práctica que este aprendiz) y notó que él no era el único que estaba desarrollando mal la técnica, por lo tanto la reprimenda no debió haber recaído sólo sobre él. y en segundo lugar, porque el aikidoka considera que si sensei detectó que el aprendiz estaba desarrollando mal la técnica, debió haberse acercado a él y a su compañero y corregir lo que estaba mal hecho en forma directa y personalizada y no detener la práctica para hacerlo publico a todo la clase. definitivamente no había necesidad de ello.

durante el resto de la práctica, el aikidoka pudo ver con sus propios ojos cómo muchos de los practicantes realizaban mal las técnicas, pero ninguno de ellos fue corregido en público como ocurrió con el aprendiz.

la práctica continuó así, con esta pequeña herida simbólica en el costado, que se materializó con una herida real en el empeine debido al trabajo en suwari waza y a la fricción de los pies con el tatami a baja temperatura. pero la práctica (para bien o para mal) terminó antes de lo habitual, porque sensei dijo que como le quedaban pocos días en el país, quería aprovechar el tiempo e invitó a todos los presentes a beber una cerveza en el bar de la esquina.

todos festejaron la ocurrencia con risas y aplausos. el aikidoka, por cierto, no acudió a la invitación.

mayo 23, 2007

cero grados marcaba esta mañana el termómetro cuando sempai encabezó el saludo al kamiza. fue por este motivo que el propio sempai encabezó un breve pero intensísimo precalentamiento que incluyó trote por el perímetro del tatami, juegos infantiles como la carretilla y el caballito, ocasión en que los seis madrugadores (y aún entumecidos) samuráis, aprovecharon de reir. y siguieron riendo luego, cuando sempai tomó el bo y lo puso como una valla a sortear mediante mae ukemis.

terminado el precalentamiento, la práctica se centró casi íntegramente en tenchi nage, procurando siempre primero atraer a uke hacia el centro con ambos brazos para luego extenderlos (sin tensarlos) y luego, cuando ya el centro de uke había sido tomado, entrar con irimi para conseguir la caída.

diversas modalidades de tenchi nage se fueron alternando durante la práctica en la que estos seis cuerpos livianos, vigorosos y vaporosos se movían con mayor o menor elegancia sobre el frío tatami.

lentamente la luz del sol fue iluminando el dojo, pero sólo la luz, porque el calor sólo emanaba de los cuerpos sobre el tatami.

al aikidoka se le hizo sumamente corta la práctica. quizás tan corta como este post.