mayo 31, 2006

hoy asistieron a la práctica dos integrantes del dojo que vienen llegando de un mes de prácticas en japón.

el aikidoka desconoce el lugar y las actividades específicas que realizaron el sensei y los practicantes en tierras tan lejanas, pero no le cabe duda de que debió haber sido una estadía muy provechosa.

esta mañana, en momentos previos a la práctica, mientras se ajustaba su gi en el camarín,
el aikidoka alcanzó a escuchar algunas cosas dichas por uno de los practicantes recién llegados. cosas que al aikidoka le llamaron profundamente la atención:

- en japón el sensei y los aikidokas se sometieron a un ritmo intensísimo de prácticas. dos diarias, cada una de las cuales duraba más de dos horas.

- la práctica de los sábado empezaba a las seis de la mañana.

- en japón los tatamis no son acolchados, sino duros. como cualquier pedazo de suelo.

sin necesidad de experimentarlo, el aikidoka sufrió pensando en susincómodas caídas, pensó en sus rodillas, pero pensó sobre todo en sus empeines, y se preguntó seriamente si soportaría el rigor de la práctica en condiciones literalmente tan duras.

el aikidoka sintió alivio de, al menos por ahora, no estar en japón y disfrutó del tatami acolchado y cálido (a pesar del frío) del que dispone en este acogedor dojo en este rincón del planeta.

con respecto a la práctica en sí misma, esta se enriqueció con la presencia de los aikidokas recién llegados (uno de ellos un sempai).

hoy abrieron elongando el cuerpo con taynoeuka, para luego aplicar yakohamnin katadori en el ataque y kokyunage, iriminage y kotegeyshi en defensa.

el aikidoka tuvo un desmpeño dispar. si bien fue capaz de aguantar el ritmo intenso que por momentos alcanzó la práctica, en la mayoría de los ejercicios dudó y debió pensar, lo cual no siempre es conveniente.

a tanto llegó la complicación sufridad por el aikidoka, que en un momento sufrió una torpe caída, al enredar uno de los dedos del pie en el pantalón de su gi. cayó al suelo de rodillas, inerme, sin defensa, absolutamente despojado, ridículo, generando la risa bienintencionada de uke.

más allá de eso, fue una práctica interesante. sobre todo por el hecho de que con la llegada de la delegación que estaba en japón, las prácticas matutinas serán de ahora en adelante más concurridas, y lo mejor de todo, por aikidokas con mayor experiencia y con conocimientos y enseñanzas frescas recién llegadas de oriente.

mayo 29, 2006

eran sólo tres somnolientos aprendices esta madrugada. tres samuráis matutinos, como les llamó bromeando el sempai.

el aikidoka se encontraba absolutamente desvelado. se había despertado a eso de las cuatro de la mañana (según recuerda sin motivo alguno) y de ahí no pudo volver a pegar los párpados. no le quedó más que esperar que sonara el despertador. y eso hizo.

apenas sonó la alarma el aikidoka se deslizó sigilozamente de la cama, intentando no alterar la quietud familiar (intento que resultó vano, ya que hizo más ruido que de costumbre al salir de casa).

y más tarde, tres somnolientos aprendices, realizando el precalentamiento al amanecer.

la clave de hoy fue irimi tenkan, y el juego de giros relacionados con ese movimiento.

hoy el ataque consistió en katate dori gyaku hamni, en el que uke toma con fuerza la muñeca de nage como si estuviera frente a un espejo (es decir, si uke usa su brazo derecho, toma el izquierdo de nage y al revés). aihamni es la misma tomada pero a la muñeca contraria.

para la defensa el sempai ordenó shihonage, iriminage y sankyo

en la práctica de hoy el aikidoka aprendió que con un sutil movimiento del tren inferior de su cuerpo, se puede generar un potente movimiento en el tren superior.

además, al aikidoka le llamó la atención que hacia el final de la práctica se realizara un ejercicio en el que tras recibir la contención con iriminage, antes de llegar al suelo, uke da vuelta la situación y se transforma en nage para someterlo con sankyo.

el aikidoka hizo esta observación al sempai, quien le aclaró que uke siempre podía (y debía) intentar ser nage.

fue una buena práctica para el aikidoka. gracias a que eran sólo tres somnolientos practicantes, el sempai pudo profundizar los ejercicioes con cada uno de los practicantes, lo cual el desvelado aikidoka agradeció profundamente.

mayo 27, 2006

finalmente el aikidoka decidió asistir a la práctica de hoy. una extraña práctica, como la de todos los sábado. de la que sin embargo el aikidoka consiguió sacar algunas lecciones.

es en la práctica de los sábado (generalmente muy concurrida. al menos mucho más que las desérticas prácticas en la madrugada) que puede apreciarse con mayor claridad la diversidad del resto de los aikidokas del dojo (diversidad de la que el aikidoka, por cierto, forma parte). y cómo en esa diversidad reside en parte la riqueza del aikido.

esa diversidad (que no se encuentra mucho en la semana) es uno de los puntos fuertes de la práctica del sábado. la posibilidad de enfrentar a practicantes de mayor rango y al mismo tiempo que desarrollan estilos tan personales.

están los practicantes pragmáticos, están los practicantes más líricos, están los prácticantes que buscan explorar en el arte de la lucha y otros que ni siquiera imaginan la lucha, y sólo quieren explorar la conexiòn con su entorno y su propio cuerpo.


hoy el aikidoka aprendió cosas: la importancia de mantenerse alerta siempre. incluso cuando es nage. no enviar un ataque despreocupado y blando. atacar de verdad. ceñirse estrictamente a la orden de ataque del sempai, pero hacerlo de manera enérgica. uke debe tener conciencia que nage en cualquier momento puede reaccionar y lanzar un golpe.


por otro lado el aikidoka pudo sentir con claridad la diferencia de un movimiento que proviene de la fuerza de un brazo rígido y otro (realizando el mismo ejercicio) que proviene de la energía evolutiva del centro. hay un abismo insondable de diferencia.


como nunca, el aikidoka se sintió torpe en la clase de hoy. quizás por eso está evaluando la posibilidad de agregar la práctica del sábado, a las habituales prácticas de la semana.


de momento, el aikidoka ya se prepara para la práctica del lunes. y es que el aikidoka no cambia por nada una práctica al amanecer.

mayo 26, 2006

la de hoy era una estupenda mañana para realizar la práctica. la lluvia nocturna había conseguido limpiar el aire, y por si esto fuera poco, hoy el aikidoka está celebrando un nuevo cumpleaños y nada le hubiera gustado más, que empezar este día entregándose por entero en una buena práctica al amanecer.

sin embargo, una inconcebible descoordinación (quizás motivada por los hagazajos que le prodigaron la noche anterior), hizo que el aikidoka ajustara su despertador con doce horas de retraso. así, mientras en el dojo se realizaba una nueva práctica, el aikidoka dormía profundamente.

el aprendiz intentó encontrar algún significado al desencuentro con el despertador justo el día de su cumpleaños, pero no encontró signficado alguno. lo único que se le viene en este momento a la cabeza, es una especie de amonestación implícita (proveniente del flujo) por la ansiedad que lo asaltó la tarde del miércoles.

esta mañana, aún entre las sábanas, el aikidoka se reprendió en silencio, pero de todas formas decidió enfrentar este día con la energía y la vivacidad que le hubiera entregado la práctica.

con el objetivo de enmendar la inasistencia de hoy al dojo, quizás (pero sólo quizás) el aikidoka asista a la clase de mañana, a pesar de que las prácticas del sábado no son del particular gusto del aikidoka.

mayo 24, 2006

el lunes, después de la práctica, el aikidoka debió lidiar con la ansiedad. la ansiedad de tener una clase al día siguiente, o mejor aún esa misma tarde. todo lo cual no era posible.

el aikidoka pensó que por un lado estaba bien sentir esa ansiedad, porque demostraba entusiasmo y compromiso, pero en cosa de segundos reaccionó y se dio cuenta de que no estaba bien, porque ese impulso ciego no respetaba los tiempos, ni los momentos.

y así envolvió la ansiedad y la transformó en ganas, en actitud, en intención para enfrentar la práctica de hoy.

y en la práctica de hoy, como si hubiera adivinado el trauma de los empeines del aikidoka en seiza (y hubiera querido apretar allí),
el sempai decidió empezar la práctica con kokyu ho. lo cual convirtió a la primera parte de la práctica en un pequeño infierno para el aikidoka.

el sempai quiso ahondar en este ejercicio, poniendo especial énfasis en la posición y la rotación de las manos frente a uke, y en la importancia de la rotación de las caderas, que eran las que debían proporcionar la fuerza y canalizar la búsqueda del momento justo para derribar de su posición a uke.

luego, el sempai ordenó ikkyo para uke y omotte, ura y sankyo para nage.

fue una práctica intensa, sin pausa. el aikidoka rodó y rodó sobre el tatami. algunas veces rozando la armonía, otras, derechamente contorsionado y exhausto.

al final de la práctica el aikidoka sostuvo amena charla con el sempai, quien, entre otras cosas, le enseñó al aikidoka a contar del uno al diez en japonés:

ich, ni, san, chi, go, rouk, sich, hach, ku, you.

mayo 22, 2006

a pesar de haber dormido largo y profundo, al aikidoka le costó salir de la cama. pero esto no impidió que llegara puntualmente al dojo, antes del amanecer.

fue una mañana menos fría, lo que en ninguna medida evitó el dolor en los tendones de sus empeines en seiza. aunque sí permitió que el dolor se aplacara más rápidamente. el aikidoka presiente que cuando sus empeines encuentren desde el primer instante la paz en seiza, habrá accedido a un nuevo estado de su aprendizaje.

el cielo y la tierra fueron los conceptos claves de la lección de hoy.

el ataque consistió en ryo tedori. para la defensa el sempai (que hoy estaba algo malogrado de la garganta) ordenó primero tenchi nage (ahí es cuando una mano sube al cielo y la otra apunta a la tierra y se avanza con un pie para contrarrestar el ataque) y luego, para neutralizar el mismo ataque, el sempai ordenó kayte nage. pero dada la complejidad de esa defensa, y la ineptitud de los alumnos que asistieron hoy al dojo (eran cuatro alumnos, tres de los cuales, incluido el aikidoka, eran y seguirán siendo inexpertos), el sempai decidió dejar esa táctica de defensa para más adelante y ordenó entonces seguir con el mismo ataque pero neutralizando con kokiu nage.

después de casi una hora de práctica, el sempai ordenó técnica libre y ahí el aikidoka (que aún no sabe nada de nada) volvió a mostrar su aplomo. ya que mientras sus dos compañeros inexpertos optaron por marginarse en ese momento de la práctica por molestias físicas, el aikidoka debió enfrentar no sólo al sempai, sino al otro alumno, que era enorme y fornido, pero que igualmente se dejó caer ante la débil defensa del aikidoka (que aspira a mejorar día a día).

en la lección de esta mañana el aikodoka sudó y debió esforzarse más que en otras oportunidades. lo cual no significa que en ocasiones anteriores no se haya entregado por entero, sino simplemente que la lección de hoy fue algunos grados más intensa que otras. lo cual el aikidoka agradeció profundamente.

mayo 19, 2006

hoy fue una mañana menos neblinosa, pero particularmente más fría. el aikidoka se dio cuenta de ello recién cuando estuvo sobre el tatami, sentado en seiza. hoy el dolor en esta posición fue mayor que el de otros días (los tendones de su empeine aún no encuentran calma en seiza).

tras el regular calentamiento previo (que se desarrolla al amanecer), la lección de hoy comenzó con un ejercicio con el bokken. subirlo y hacerlo caer avanzando con un pie respectivamente. luego defensa, y al lado.

fue el primer acercamiento del aikidoka con las armas después de mucho tiempo. el aikidoka no asiste a las clases especialmente destinadas a la instrucción de armas, pero de todas formas puso todo de sí haciendo subir y dejando caer la espada de madera. esto no evitó que terminara desorientado y se sintiera ridículo al lado de la sincronía del sempai y su compañera, cuando el ejercicio mutó a defensa y luego se debía cambiar el flanco del ataque. parecía algo sencillo, pero claramente no lo era, y el aikidoka no logró encontrar el ritmo.

luego, se dejó de lado el bokken y se realizó la práctica de a tres (sólo había tres personas en la práctica de esta mañana). dos ataques cada uno contra distintos nages. chiomenuchi iriminage, chiomenuchi kokiunage, chiomenuchi ikkio.

al final de la clase, el sempai ordenó técnica libre. por primera vez el aikidoka se veía enfrentado a la improvisación, ante el ataque frontal alto.

no cabe duda de que sus primeras defensas fueron lentas (y así se lo hizo ver el sempai simulando un golpe a sus costillas), pero en las otras, el aikidoka sintió que en alguna fracción de segundos logró rozar la armonia (su opción fue preferentemente iriminage e ikkio).

tras la lección, ya en casa, el aikidoka miró hacia atrás y tuvo ganas de haber conocido mucho antes este arte. no haberlo dejado durante todos estos años (a pesar de haber llevado pocas prácticas en el cuerpo la vez anterior), o mejor aún, haberlo conocido cuando niño. pensó que cuando niño debió ser el mejor momento para empezar a explorar el aikido.

pero de inmediato reaccionó y se dio cuenta de la insensatez de esos pensamientos. se dio cuenta de que, después de todo, éste había sido su momento, su tiempo y su camino y así debía enfrentarlo. sin la debilidad de la melancolía.

también en casa, el aikidoka pudo percibir que el retorno a las prácticas ha comenzado a purificar lentamente su cuerpo. tanto por dentro como por fuera. tanto física como mentalmente. pero se dio cuenta también, de que él debe hacer un esfuerzo importante para concluir ese proceso.

mayo 17, 2006

en la clase de hoy, el aikidoka se sintió particularmente cómodo. tanto como uke o como nage, contuvo, atacó, rodó y se expandió grácilmente sobre el tatami: shomenuchi ikio, shomenuchi iriminage, shomenuchi kotegeuche. hop, hop, hop.

respirando profundo, siempre conciente (o intentando estar conciente) de su centro, buscando esa ansiada fluidez en los movimientos.

pero sin duda que la mayor enseñanza de hoy, el aikidoka la obtuvo durante la limpieza del tatami, después de la clase. la escoba bien tomada con las dos manos. la espalda derecha. siempre manteniendo (o intentando mantener) el centro.

sin que nadie se lo indicara, el aikidoka comprendió el profundo valor que se incuba en el humilde (y aparentemente rutinario e intrascendente) acto de asear el tatami después de la práctica. el aprendiz entendió que en ese momento también se libera energía, se concentra la armonía y se puede intuir el camino.

mayo 15, 2006

tras la lección de hoy, el aikidoka ha comprendido que la primera gran batalla que tendrá que librar en este regreso al dojo es contra su propio cuerpo.

durante la lección de hoy, el aikidoka realizó con relativa fluidez todos los ejercicios que indicó el sempai.

en varios de estos ejercicios, y en uno en particular, el aprendiz cayó varias veces con el peso de su cuerpo sobre la zona adolorida de su espalda.

como si esto fuera poco, salió de la lección con un nuevo dolor a la altura de la cadera, sin contar el dolor en la articulación del pulgar de la mano derecha (adquirido también durante una práctica anterior) que se extiende ya por más de una semana.

el aikidoka supone que se trata de los dolores propios de su regreso al tatami, pero a ratos se le pasa por la cabeza también la idea de que está retomando las lecciones a una edad muy avanzada, o que simplemente su cuerpo ya no es (y nunca fue) apto para la práctica.

mayo 14, 2006

ya está mucho mejor de la espalda. todavía siente algo de dolor, pero considerablemente menos del que sentía después de la lección del viernes e incluso esta mañana.

si bien no se podría decir que está del todo repuesto, sí es posible asegurar que el aikidoka se siente en condiciones de asistir a la leccion de mañana.