julio 17, 2006

tres aikidokas y el sempai asistieron a la práctica de esta mañana. sólo el aikidoka y el sempai llegaron hasta el final. diversos motivos (los cuales el aikidoka desconoce) hicieron que los otros dos dejaran la práctica antes del fin.

fue una grata práctica, en la que el aikidoka aprendió algo esencial. y esto es que cuando el sempai le decía al aikidoka que había que caminar sobre el tatami (cuando uke estaba entrando en un ataque), lo que el sempai le estaba pidiendo al aikidoka era efectivamente que caminara, como se camina en la calle como un ciudadano normal, y no que diera esos saltitos torpes y ridículos que daba el aikidoka intentando ser certero.

fue un práctica en la que se abordó (o se intentó abordar) el concepto de la línea del cuerpo. de extender esa línea para conseguir el desequilibrio. la cabeza o el pensamiento no debe estar en el punto de contacto, sino extenderse a lo largo de todo el cuerpo.

además el sempai hizo especial énfasis en el permanente estado de alerta en que debe estar uke. siempre atento y perceptivo.

se podría decir sin temor a equivocarse, que el aikidoka dio tumbos la mayor parte de la práctica. sólo al final, quizás los diez minutos finales, el aikidoka hizo un papel digno. pero no más que eso.

en todo caso ¿qué más se le podría pedir al eterno aprendiz?