sigue la rotación de sempais en el dojo durante el período estival. y así, un viejo y avezado compañero fue ayer el sempai que dirigió una grata práctica centrada principalmente en ikkyo e iriminage y otras técnicas cuyo nombre el aikidoka desconoce pero que se esmerará en describir.
una largaba de manera similar a ikkyo, salvo que el segundo brazo de nage en vez de ir al hombro (o a la parte superior externa del brazo de uke) el brazo de nage iba por dentro y luego realizaba un corte para provocar la proyección de nage.
la otra técnica surgía a partir de katate dori ai hanmi y en la que nage debía echar atrás la pierna que tenía adelante abriendo la cadera, para luego entrar con la misma cadera (sin soltarse de la tomada) para provocar la proyección de nage. durante el desarrollo de esta técnica el aikidoka tuvo serias dificultades, ya que cuando enfrentó a determinado compañero (un muchacho con experiencia, pero que por primera vez asistía a este dojo), no fue capaz de moverlo, no fue capaz de inmutarlo. por el contrario, cuando el aikidoka hizo de uke, este compañero hizo volar al aikidoka. se hace la salvedad que este nuevo compañero mostró una enorme rigidez de brazos, pero a su vez una gran efectividad.
esta situación le permitió al aikidoka hacer una reflexión con respecto al aikido. y es que para el aikidoka el aikido es, en cierta forma, similar al ajedrez. ¿en qué sentido? se preguntará el amable lector, y el aikidoka procederá a intentar explicarlo:
tanto sobre el tablero de ajedrez como sobre el tatami se produce un enfrentamiento simulado. en el ajedrez se simula una guerra y sobre el tatami se simula un enfrentamiento cuerpo a cuerpo (y se dice "simula" puesto que si bien todo lo que ocurre sobre el tatami es real, se sabe que el respeto, el cuidado y el aprecio que se tiene por los compañeros sobre el tatami, seguramente no existiría en un enfrentamiento fuera del tatami).
y así como ser un maestro de ajedrez (o al menos un avezado ajedrecista) no significa ser una experto en estrategias bélicas, ser un experto aikidoka (o al menos manejarse bien sobre el tatami) no implica necesariamente que se saldrá airoso de un enfrentamiento fuera del tatami.
en efecto el aikidoka ha ido descubriendo que muchas de las técnicas que se practican sobre el tatami, seguramente resultarían inútiles en un enfrentamiento fuera del tatami (al igual que muchas de las estrategias de un ajedrecista serían irrisorias en una guerra fuera del tablero). sin embargo este es un detalle que, más allá de una simple reflexión, al aikidoka lo tiene absolutamente sin cuidado, ya que este aprendiz no está pensando en enfrentarse a nadie fuera del tatami y por el contrario, sólo busca divertirse y fluir, sólo busca relajarse y evolucionar junto a sus compañeros. y eso es lo que el aikidoka hace (y espera seguir haciendo por mucho tiempo) en cada práctica.