por motivos de tiempo, un ultra breve resumen de la práctica vespertina de ayer: a modo de precalentamiento, sempai hizo que los alumnos jugaran a la carretilla, a los caballitos y otros tradicionales juegos infantiles.
uno de los momentos interesantes de la práctica fue cuando sempai organizó una corrida, en la que un alumno debía perseguir a otro sobre el tatami, claro que con una pequeña dificultad: ambos debían desplazarse sólo haciendo ukemis. lo interesante es que cuando le tocó el turno al aikidoka, éste no demoró demasiado en capturar a su víctima, sin embargo fue el que más se demoró en ser capturado, haciendo ukemis de aquí para allá y de allá para acá, fue difícil atraparlo y esto el aprendiz lo disfrutó muchísimo.
¿el resto? ikkyo, irimi nage, y otras técnicas que, debido al tiempo transcurrido, el aikidoka ya no recuerda. claro que a propósito de este olvido, al aikidoka se le viene a la mente una triste sensación que lo asaltó durante la práctica de ayer y fue que, realizando una técnica que ya había realizado antes, se dio cuenta de que no estaba realizando bien, a pesar de que la conocía. el aikidoka tuvo entonces la sensación de que muchas de las cosas que aprende un día, al día siguiente ya las ha olvidado. lo cual, sin ninguna duda, no es una buena señal.