enero 17, 2007

ikkio fue el eje central de la práctica de esta mañana. aunque en honor a la verdad, se podría decir que ikkio es el eje central del aikido. por ende, se podría estar horas (días y años) explorando en ese movimiento y seguramente en cada ejecución se aprendería algo nuevo de él. y eso fue lo que el aikidoka intentó hacer hoy: abrir pero manteniendo la tensión afuera. entrar y permitir la entrada, porque en caso contrario no hay aikido. y aquí queremos que siga habiendo aikido por todo el tiempo que sea posible.

son tantas las ansias de aikido que tiene el aprendiz, que la práctica de hoy se le hizo sumamente corta. tanto, que no alcanzó a darse cuenta del cansancio, pero no tanto como para dejar de sentir la herida que se le produjo en el empeine del pie derecho debido a la fricción con el tatami, ya que la mayor parte de la práctica se realizó en suwari waza y ya fue dicho alguna vez que la piel del aikidoka es particularmente sensible y se abre con facilidad. de esta forma, el dolor se concentró en un punto rojísimo de ardor e incomodó al aikidoka hacia el final de la práctica, pero no impidió que éste concluyera con la frente en alto y disfrutara la práctica en toda su dimensión. práctica que, como ya fue mencionado, lo sorprendió por su brevedad (a pesar de que duró la hora y media habitual).

así también, a la salida, el aikidoka sintió deseos de que el tiempo empezara también a avanzar a gran velocidad para así poder estar de vuelta nuevamente en el dojo lo antes posible.