enero 08, 2007

en la práctica de esta mañana el aikidoka se vio permanentemente sobrepasado. a pesar de que las técnicas propuestas por sempai se veían sencillas y abordables, el aprendiz se topó con problemas una y otra vez. ineficaz como nage. torpe y lento como uke. y lo que es peor, la mayor parte del tiempo se descubrió dejándose caer ante el más mínimo movimiento de nage, lo cual es claramente una señal negativa. una señal que este aprendiz quisiera extirpar de su cerebro. por lo mismo, sería mejor referirse a la práctica del sábado, a la cual hacía mucho tiempo que el aprendiz no asistía.

y si bien el del sábado tampoco podría ser considerado como un gran desempeño por parte del aprendiz, la práctica tuvo algunas particularidades que la hicieron inolvidable: primero el calor, que hizo que el dojo se convirtiera en una especie de sauna, a pesar de que estaba con todas sus ventanas abiertas y un tímido ventilador hacía esfuerzos por refrescar el caluroso ambiente. esto hizo que la práctica fuera extenuante y que el aikidoka expeliera litros de sudor.

además sensei incorporó una técnica con la cual el aikidoka nunca se había enfrentado: aiki nage. en ésta uke atacaba con chomen uchi y nage debía reaccionar rápidamente para agacharse por completo y hacer un banquillo con su cuerpo frente a uke, sobre quien recaía la parte importante del trabajo. con el envión, uke debía bajar la mano del ataque, tomarse del keikogi de nage (que se encontraba en el suelo) y luego dejarse caer hacia adelante en mae ukemi (el que durante el trayecto se transformaba en yoko ukemi). como ya fue dicho, no fue ni de cerca un buen desempeño por parte del aikidoka, sin embargo algunos compañeros le hicieron ver que estaba progresando. pero como para progresar es importante revisar los errores, volvamos a la práctica de esta mañana, en la que la mano de nage funcionó siempre como un anzuelo que uke (atento, despierto, sensible) debía tomar. o intentar tomar, porque un segundo antes de ellos, nage debía recoger el anzuelo con un movimiento en espiral hacia su centro y entonces, cuando uke estaba encima, debía realizar una giro de caderas para frenar el avance de uke. esta técnica derivó más tarde en que nage debía hacer lo mismo, pero el giro debía ser completo, poniendo una rodilla en el suelo (la rodilla correspondiente a la mano libre) y entrando (y girando) en el espacio de uke, permitiendo así su proyección.

como ya fue dicho, en ninguno de los dos casos el aikidoka se sintió cómodo, lo que no impidió que su entrega en la búsqueda del flujo fuera total, aunque insuficiente.

quizás el único momento en el cual el aikidoka se sintió cómodo fue durante la elongación al término de la práctica, cuando abrió sus brazos ampliamente, cuando consiguió conectarse con su cuerpo a través de la respiración, cuando unió las palmas de sus manos frente a su rostro.

a pesar de los reiterados traspiés de la práctica de esta mañana, el aikidoka se sintió bien al término de la misma. "así da gusto empezar el día", dijo al salir del dojo, para luego perderse por las callejuelas de ciudad.