enero 31, 2007
en primera instancia, a partir de morote dori nage debía absorver la entrada de uke, tirando hacia atrás la pierna (y junto con ella centro) que estaba más cerca de uke durante el ataque. entonces, primero absorción y luego irimi para controlar a nage con ikkio.
posteriormente, sempai demostró que estar asido por morote dori, sólo inmovilizaba un brazo, pero no el resto del cuerpo. y lo demostró girando el cuerpo en sentido contrario a las manillas del reloj, dejando el brazo tomado en la espalda y provocando la proyección de uke con este giro. sempai se dio el tiempo para hablar un poco de geometría. dijo que si nage es el centro de un círculo, al realizar un giro en el lugar, el recorrido que debe recorrer uke es mucho mayor que el que realiza nage, por lo tanto aseguró que no era necesario buscar desesperadamente la proyección. aseveró que si la proyección no salía en el primer giro, simplemente había que seguir girando, y dado que el recorrido de uke era muchísimo mayor, en algún momento la proyección se tenía que dar. y se daba.
la técnica siguiente, siempre a partir de morote dori, consistió en que nage, con el brazo libre, debía enviar una atemi al rostro de uke, para luego echar un pie atrás recorriendo de arriba a abajo con el brazo libre, el brazo exterior de uke, para luego destrabar la mano tomada, girar la cadera y realizar irimi para terminar nuevamente con ikkio. esta técnica tuvo una variante: después del atemi, nage podía realizar lo que sempai llamó ikkio invertido, y que consistía en que en vez de destrabar el brazo y hacer irimi, nage tomaba el brazo de uke y en vez de destrabarlo, simplemente bajaba su centro de gravedad para desestabilizar y terminar inmovilizando a uke.
esta técnica ocupó apenas los últimos cinco minutos de una práctica que supuestamente era la última práctica matutina a partir de hoy, puesto que el dojo, durante febrero, suspende las prácticas matutinas. sin embargo sempai se ofreció gentilmente a seguir realizando las prácticas matutinas para todos quienes prefieren la mañanas para mover el cuerpo.
enero 29, 2007
fue básicamente esta técnica la que se revisó durante casi toda la práctica sabatina y fue esta técnica la que provocó profundas dudas en el aikidoka. esto, porque en ocasiones anteriores, el aprendiz había entendido que ante una tomada de muñecas por la espalda, nage debía salir del entuerto sin abrir demasiado los brazos puesto que abriendo demasiado los brazos, se queda a merced de uke. entonces, ante ushiro ryo te dori, el aikidoka había entendido que los brazos debían subirse por el centro del cuerpo, y no abrirlos demasiado, pero en esta práctica se explicó lo contrario. abrirlos y extenderlos lo más posible, sin temor a que uke pueda tirar hacia atrás ¿por qué? bueno, sensei fue muy didáctico para demostrarlo y llamó a un aprendiz de escaso rango para graficarlo. el alumno tomó las muñecas de sensei por la espalda y sensei abrió los brazos amplia y relajadamente y en un momento, cuando estaba recostado un poco hacia atrás, le pidió al alumno que estaba a su espalda que tirara ¿y qué ocurrió? que sensei se dejó caer con todas sus fuerzas sobre este pobre alumno que soltó un bufido cuando cayó con sensei encima y que sin duda nunca volverá a cometer el error de tirar hacia atrás los brazos de nage después de ushiro ryo te dori. el aikidoka se preguntó por qué sensei eligió a un alumno sin hakama para realizar esta demostración (cosa que sensei no hace nunca), pero mantuvo esta interrogante para sí mismo y por lo tanto no tuvo respuesta.
sin embargo, a pesar de la demostración, al aikidoka le costó un gran esfuerzo (y de hecho no logró) abrir los brazos sin hacer fuerza, manteniéndolos relajados. le costó (y le sigue costando) entender cómo es que nage puede levantar los brazos sin hacer fuerza, mientras uke está poniendo todas sus fuerzas hacia abajo en la tomada de muñeca. es probable que en una o dos ocasiones el aikidoka haya podido llevar a cabo un movimiento fluido, pero la mayor parte del tiempo cayó en un lamentable forcejeo que lo hizo sentirse más en una sesión de fisicoculturismo que en una práctica de aikido.
poco después y siguiendo una lógica similar, aunque ahora tomando sólo una muñeca, nage debía atraer a uke para luego, cuando hubiera tomado la muñeca, pasar por debajo de su brazo para realizar koshi nage. el aikidoka disfrutó especialmente de esta técnica porque la realizó con un avezado sempai con el que se permitió jugar y buscar distintas soluciones cuando este sempai decidía variar el ataque o bien variar la defensa. finalmente, varias series de diez de kokiu ho, claro que nage debía estar en seiza. a decir verdad, el aikidoka se dio varios fuertes costalazos que incluso llegaron a dolerle, pero ésto no le impidió terminar la práctica, durante la cual, dicho sea de paso, había que buscarse un espacio para caer debido a la alta convocatoria.
fue una sesión intensa, en la que el aikidoka literalmente mojó el keiko gi.
una situación diametralmente opuesta fue la que se dio en la práctica de esta mañana, en la cual sólo dos alumnos, además del sempai, le pusieron ritmo a la mañana. claro que fue un ritmo sumamente pausado, ya que sempai ordenó tomar un jo y enseñó tres movimientos con el bastón de madera. tres movimientos que el aikidoka conocía, pero que no por eso dejaron de resultarle dificultosos.
primero un tsuki a la garganta, luego defensa (retrocediendo un paso y poniendo el jo en posición diagonal hacia abajo, tomado con las dos manos justo sobre la cabeza) y luego, justamente sobre la cabeza, cambio de mano, y dejarlo caer hacia la espalda para lanzar un golpe por el costado.
a diferencia de la del sábado, fue una práctica poco exigente en términos físicos, pero muy exigente en términos de coordinación motriz. en esta oportunidad, el aikidoka no liberó una sola gota de sudor.
enero 26, 2007
cuando el gato no está, los ratones salen de fiesta. este viejo adagio popular es el que se podría aplicar a la práctica de hoy, ya que, ante la ausencia de sensei (el aikidoka desconoce los motivos de ello), sempai preparó (aunque el aikidoka se atreve a insinuar que improvisó) una lúdica práctica que comenzó el precalentamiento trotando alrededor del tatami, para luego en parejas, hacer carreras de carretillas tomando por los pies al compañero, quien debía caminar con las manos ida y vuelta a lo largo del tatami.
luego sempai dividió a los alumnos en dos grupos. a la mitad del primer grupo los hizo tomar un jo y a la otra mitad un bo. alineados uno frente a otro formando un callejón, los que estaban premunidos del jo, debían hacer tsuki y los que estaban con el bo debían hacer un barrido constante. de a uno, los integrantes del segundo grupo debían pasar por este callejón de la muerte intentando no ser tocados por ninguna de las dos armas.
en el siguiente episodio del juego, la distribución cambió sobre el tatami y ahora sólo premunidos de un bo, los armados debían hacer barridos a nivel inferior de las rodillas obligando a realizar mae ukemis al resto, que debía pasar por entre medio de este callejón.
posteriormente, y en lo que parecía una fiesta interminable, sempai separó a los sempais del resto de los alumnos y los hizo ponerse un tanto en la espalda, entre el obi y el keiko gi, para que el resto de los alumnos intentará quitárselos usando las manos, pero sin tomar de los brazos a los portadores del tanto.
durante más de una hora, todo fue risas y carreritas sobre el tatami hasta que finalmente, cuando se producía el ocaso de la práctica, sempai indicó realizar chomen uchi ikkio omote, instancia en la cual el aikidoka volvió a comprobar las diferentes interpretaciones que tiene ésta y todas las técnicas, cuando son realizadas por diferentes personas. en algunos casos los brazos son más o menos flexibles, la línea del cuerpo se extiende y en otras se encoge, algunos lanzan chomen con la mano extendida y otros con la mano empuñada y así.
se trató de una inusual práctica de viernes, la que el aikidoka cerró con un intenso ato keiko, que exigió de toda su energía, pero a la vez lo dejó encendido para el fin de semana.
enero 24, 2007
desde kokyu ho, se pasó sutilmente a tenchi nage, a partir de ryo tedori. primero en tachi waza, abriendo los brazos y entrando en el espacio de uke para provocar su desequilibrio y posterior proyección. acto seguido el ejercicio sufrió una pequeña variación y ésta consistió en que nage, que siempre debía permitir o aceptar la entrada de uke, terminaba la técnica en seiza, ya no realizando irimi, sino bajando lentamente a medida que nage seguía intentando entrar a su espacio.
sólo cuatro alumnos marcaron el pulso en la práctica de esta mañana, pero bastaron para ocupar los espacios y desplegar toda su energía en cada rincón del dojo. sobre todo cuando sempai ordenó realizar randori, instancia en la cual cada uno de los practicantes debió pasar al centro y recibir el ataque del resto de sus compañeros, combinando las técnicas de defensa demostradas durante la práctica.
si bien durante randori el aikidoka no demostró mayor pulcritud al momento de realizar las técnicas, sí se le vio atento, despierto, alerta, con sus reflejos a flor de piel, haciendo su mayor esfuerzo (que siempre es insuficiente) por evadir los ataques de sus compañeros.
terminada la práctica, el aikidoka asumió una fuerte realidad: conforme pasan las prácticas, su cuerpo, su mente y su espíritu, ha ido gatillando cierta adicción al aikido. sin embargo, esto no le preocupa en lo más mínimo.
enero 22, 2007
ya sobre el tatami, sólo sempai y el aikidoka hicieron el saludo al kamiza. minutos más tarde, casi cuando había concluído el precalentamiento, se sumaron otros dos practicantes, ambos menos experimentados que el aikidoka (lo que ya es mucho decir).
y lo de hoy fue una plástica concatenación de ejercicios: primero, sentado en seiza frente a un compañero, el aikidoka, tomado de las muñecas, debía simplemente intentar llevar los pulgares hacia sus hombros. después de algunos minutos, el aikidoka debía seguir realizando este ejercicio, pero ahora pensando en su mano como en una katana, esto es con los dedos extendidos, manteniendo recta esa línea imaginaria que existe entre el codo y la punta del dedo meñique. posteriormente, después de otros varios minutos realizando este ejercicio, sempai pidió coordinar el movimiento con la respiración, inspirar al absorver a uke y exhalar al momento de soltarlo. el paso siguiente fue incluir la cadera para que, al momento de estar uke arriba (cuando nage tiene los pulgares pegados a sus hombros, alineados sus brazos con los brazos de uke, la mano como una katana, la respiración que va y viene), mover la cadera hacia un lado y hacia otro. ¿cuál es el resultado de esta concatenación de ejercicios? nada más (pero tampoco menos) que kokyu ho.
al menos la mitad de la práctica estuvo centrada en este ejercicio, lo que se tradujo en un trabajo pausado, introspectivo, en el que sempai hizo especial énfasis en la respiración. pero cuando ya la práctica había entrado en su segunda mitad, sempai pidió realizar el mismo ejercicio pero de pie, agregándole mae ukemi, imprimiéndole de esta forma gran velocidad y mayor esfuerzo a una práctica que hasta ese momento había sido reposada.
junto a este ejercicio, sempai demostró otro que consistía en que uke tomaba de ambas muñecas a nage y éste debía tirar a uke con los brazos sueltos, pero llevándolo a su centro para luego proyectarlo. fue así como la práctica que había empezado lentamente, al ritmo de la respiración de un monje budista, terminó con el aikidoka respirando por la boca, jadeante, pero con la energía suficiente para responder dignamente a un randori, cuando sempai hizo el rol de nage para combinar las técnicas presentadas durante toda la primera parte.
enero 19, 2007
posteriormente, al igual que en la práctica del viernes pasado, sensei tomó el "palo", como él le llama a este bastón largo relleno con varas de bambú, con los que se dedicó a dar golpes verticales (para obligar a irimi) y horizontales a media altura (para obligar a flectar las rodillas con la espalda erguida) y a la altura de los tobillos (para obligar a mae ukemi). al principio los movimientos fueron en serie y luego combinados.
uno a uno fueron saliendo al centro los asistentes a la práctica. cuando tocó el turno del aikidoka, éste se sintió un poco más ágil y con mejores reflejos que la vez anterior antes este mismo ejercicio. claro que ahora ya no se imaginó que estaba en campo abierto siendo atacado por un samurái sediento de sangre, sino que tomó conciencia de que se trataba de un entretenido pero exigente juego, con el que de todas formas se podía sentir que el dojo se iba expandiendo a medida que tanto sensei como el aikidoka se iban moviendo (sensei dando palos indoloros, el aikidoka intentando evitarlos) dándole vida a todos los rincones del dojo.
desde hace algunos días, y a pesar de su constante hambre de aikido, el aikidoka ha venido reflexionando sobre la posibilidad de que tal como la vida misma, el aikido puede terminarse en cualquier momento. en el momento menos esperado. por eso, a pesar de que la práctica fue intensa y el aprendiz terminó exhausto, decidió de todas formas hacer atokeiko con uno de los sempais presentes en la práctica.
claro, el aikido puede terminarse en cualquier momento y por lo mismo hay que aprovechar al máximo cada segundo sobre el tatami.
enero 17, 2007
son tantas las ansias de aikido que tiene el aprendiz, que la práctica de hoy se le hizo sumamente corta. tanto, que no alcanzó a darse cuenta del cansancio, pero no tanto como para dejar de sentir la herida que se le produjo en el empeine del pie derecho debido a la fricción con el tatami, ya que la mayor parte de la práctica se realizó en suwari waza y ya fue dicho alguna vez que la piel del aikidoka es particularmente sensible y se abre con facilidad. de esta forma, el dolor se concentró en un punto rojísimo de ardor e incomodó al aikidoka hacia el final de la práctica, pero no impidió que éste concluyera con la frente en alto y disfrutara la práctica en toda su dimensión. práctica que, como ya fue mencionado, lo sorprendió por su brevedad (a pesar de que duró la hora y media habitual).
así también, a la salida, el aikidoka sintió deseos de que el tiempo empezara también a avanzar a gran velocidad para así poder estar de vuelta nuevamente en el dojo lo antes posible.
enero 15, 2007
esto fue lo que le ocurrió al aikidoka, quien esta mañana llegó al dojo con la espalda levemente irritada, pero lo suficiente como para que el roce de la piel con su keiko gi de tela de grano de arroz, le produjeran algunas molestias.
como si esto fuera poco (y como si una vez más hubiera estado confabulado con el azar) sempai realizó una práctica en la que predominaron los ushiro ukemis, motivo suficiente como para convertir la primera parte de la práctica, en un pequeño calvario.
y la primera parte de la práctica se originó a partir de katatedori, llevando el brazo tomado hacia arriba para luego dar un giro de caderas y doblar la espalda de uke flectando las rodillas y dejando caer el peso del brazo sobre su cuello (instante en el que tanto nage como uke debían soltar el aire inspirado antes del ejercicio).
la segunda parte de la práctica fue una variación de este ejercicio pero con un jo, el cual fue utilizado en tres variantes: primero en una muy similar a la técnica del principio. uke debía entrar por un costado y tomar la punta del jo y nage, por su parte, debía elevar el jo (moviéndolo una fracción de segundos antes de uke) para luego dejarlo caer y provocar la proyección de uke hacia atrás.
el segundo ejercicio consistía en el mismo agarre, sólo que esta vez nage debía dejar a uke tomar la punta del jo, lo cual hacía imposible elevarlo para luego hacer retroceder a uke. frente a esta situación, lo que debía hacer nage era dar un paso atrás y luego entrar con el jo a baja altura por el otro costado de uke, provocando así su proyección.
la tercera versión de la técnica era permitir también que uke tomara de inmediato el jo, pero esta vez nage debía acortar el espacio disponible del jo adelantando la mano más cercana a la punta, para luego elevar con la otra mano la otra punta del jo y provocar de esta forma una nueva proyección.
fue una práctica de escasa concurrencia, en la que además dos de los cuatro asistentes debieron partir antes, por lo que hacia el final, sempai decidió trabajar alternadamente con los dos que iban quedando (entre los cuales se contaba por supuesto al aikidoka).
se trató de un trabajo intenso, que permitió al aikidoka seguir intentando resolver el enigma de este arte, pero le permitió además botar (mediante los litros de sudor que brotaban de su cuerpo) la poco recomendable cantidad de alimentos ricos en grasas saturadas que consumió durante el fin de semana, en el transcurso de esa plácida tarde de piscina.
enero 12, 2007
fue un peculiar inicio para un práctica realmente peculiar. porque esta mañana (en una sesión en la que los varones eran minoría) sensei dirigió una interesantísima y lúdica serie de ejercicios para lo cual utilizó un listón blando (de aproximadamente dos metros de largo), con el que podía dar golpes sin inflingir dolor, heridas ni hematomas. con este listón (cuyo nombre el aikidoka desconoce) sensei puso a prueba a los alumnos esta mañana.
esta vez no se formaron parejas, sino que sensei se instaló en medio del tatami y cada uno de los practicantes debía ir pasando las pruebas. primero sensei hizo barridos horizontales a media altura, obligando al aikidoka a flectar sus piernas (manteniendo o intentando mantener la espalda derecha) para evitar el golpe.
después de varias series, cambió el ejercicio: ahora sensei hacía cortes verticales frente a cada uno de los practicantes, quienes debían primero salir de la línea de ataque y luego realizar irimi para ponerse a las espaldas de sensei.
el tercer movimiento consistió en que sensei realizaba nuevamente cortes horizontales, pero esta vez a baja altura, para obligar al aikidoka a realizar mae ukemis.
todo parecía relativamente simple, hasta que, ya entrada la práctica, sensei decidió combinar los tres ejercicios. uno a uno fueron saliendo al centro del tatami cada uno de los alumnos quienes debieron enfrentar los embates de sensei, quien fue combinando en forma aleatoria los cortes, obligando a los practicantes a desplegar enormes esfuerzos por evitar los golpes (golpes indoloros, vale recordar).
cuando le tocó el turno al aikidoka, se le pudo ver eludir los golpes con agilidad, ya fuera agachándose, haciendo irimi o mae ukemis. incluso en un par de oportunidades hizo un par de ushiro ukemis cuando fue sorprendido por los enérgicos pero suaves golpes de sensei (¿se puede ser enérgico y suave al mismo tiempo? el aikidoka deja la pregunta flotando para quien quiera tomarla).
sin duda, y tal como se lo hizo ver sensei, su mayor falencia fue su incapacidad o la dificultad que encontraba el aikidoka para mantener su espalda recta, tanto en irimi como al momento de flectar las rodillas.
de cualquier forma, por momentos, mientras esquivaba la andanada de golpes con la mayor agilidad posible, haciendo gala de sus reflejos (que poco reflejan, a decir verdad) el aikidoka se sintió en un campo abierto en algún territorio oriental, intentando esquivar los ataques de un samurái. claro que si ese hubiera sido el caso, el aikidoka se habría quedado sin un brazo en el primer corte, sin las piernas en el segundo y sin cabeza en el tercero, dejando tras de sí una enorme mancha de sangre y dolor.
por suerte este no fue el caso y el ejercicio (que fue sumamente exigente en términos físicos, porque cuando el aikidoka creía que se iba a detener, sensei continuaba dando golpes a diestra y siniestra) fue motivo de sonoras carcajadas porque todos los alumnos, cada uno a su manera, fueron sorprendidos por los golpes
certeros de sensei y cada uno reaccionaba de manera muy divertida.
una vez concluída la extenuante serie, sensei dejó a una lado el listón y ordenó el viejo y querido ikkio omote, con el cual se cerró la práctica.
fue una práctica sumamente alegre, sumamente exigente y sumamente estimulante. fue una de esas prácticas (como casi todas) en las que al terminar, el aikidoka queda con más y más ganas de aikido.
enero 10, 2007
el aikidoka también tuvo que aceptar que hay veces en que las cosas salen bien (o al menos medianamente bien) y otras en que definitivamente no salen. claro que esa fue una reflexión que el aprendiz no verbalizó y simplemente se dedicó a trabajar en silencio, intentando total entrega en cada movimiento.
todo comenzó con ryotedori, ataque que nage debía resolver mediante un giro de caderas en 180 grados, concluyendo con la proyección de uke mediante el traslado de ambas muñecas tomadas a su centro.
el aikidoka ocupó buena parte de la práctica intentando dilucidar si era la rodilla del flanco externo o la rodilla del flanco interno la que debía apoyarse en el piso como nage al momento de la proyección de uke. y cuando logró resolver el enigma se efrentó con una respuesta demoledora: daba igual. daba igual si se ponía una rodilla o la otra (o las dos o ninguna). claro que esa fue una respuesta que obtuvo exclusivamente a través de la observación. lo importante no era qué rodilla poner en el suelo, lo importante era sentirse cómodo. "aceptar, aceptar, aceptar".
inmerso en la misma lógica, el aikidoka se preguntó si debía corregir a un compañero que estaba realizando mal esta técnica (o peor que el aikidoka, al menos), ya que como nage estaba subiendo mucho los brazos, quedando a merced de uke al momento del giro. finalmente el aikidoka no corrigió a su compañero. pero no porque no quisiera que su compañero mejorara, sino porque no se sintió con autoridad para hacerlo. más tarde sempai fue quien se encargó de corregir a este otro aprendiz, tal como el aikidoka esperaba que ocurriera.
así se desarrolló buena parte de la clase, en la que el aikidoka efectivamente buscó el placer más que la efectividad. y disfrutó como nage girando y haciendo rodar a uke y disfrutó con cada ukemi, más allá de la acuciosidad con que éstos estaban realizados. de hecho hoy el aikidoka reparó en el hecho de que a pesar de estos varios meses de práctica, siente que aún no puede realizar un ukemi de manera plástica y fluída. unos son más plásticos que otros, por cierto, pero siempre hay torsiones indebidas o que no se sienten del todo....como decirlo, circulares.
tal como en esto, el aikidoka reparó también durante la práctica en cada uno de sus errores, y prefirió empezar desde el principio, deteniendo la técnica antes de terminar haciéndola mal. quizás esto no es lo indicado, pero así sucedió.
fue una práctica que comenzó con gran intensidad, y que lentamente fue bajando su ritmo, hasta terminar en ikkio omote a partir de chomen uchi en suwari waza. todo muy lento, como lo pidió expresamente sempai, reparando en cada etapa de la técnica, buscando la mayor relajación posible del cuerpo, abriendo el espacio como nage, extendiendo el cuerpo como uke, manteniendo el nexo entre ambos haras, como un ente indisoluble. y claro, porque nage no sería nage sin uke y al revés. de hecho si falta cualquiera de los dos, simplemente no hay aikido.
enero 08, 2007
y si bien el del sábado tampoco podría ser considerado como un gran desempeño por parte del aprendiz, la práctica tuvo algunas particularidades que la hicieron inolvidable: primero el calor, que hizo que el dojo se convirtiera en una especie de sauna, a pesar de que estaba con todas sus ventanas abiertas y un tímido ventilador hacía esfuerzos por refrescar el caluroso ambiente. esto hizo que la práctica fuera extenuante y que el aikidoka expeliera litros de sudor.
además sensei incorporó una técnica con la cual el aikidoka nunca se había enfrentado: aiki nage. en ésta uke atacaba con chomen uchi y nage debía reaccionar rápidamente para agacharse por completo y hacer un banquillo con su cuerpo frente a uke, sobre quien recaía la parte importante del trabajo. con el envión, uke debía bajar la mano del ataque, tomarse del keikogi de nage (que se encontraba en el suelo) y luego dejarse caer hacia adelante en mae ukemi (el que durante el trayecto se transformaba en yoko ukemi). como ya fue dicho, no fue ni de cerca un buen desempeño por parte del aikidoka, sin embargo algunos compañeros le hicieron ver que estaba progresando. pero como para progresar es importante revisar los errores, volvamos a la práctica de esta mañana, en la que la mano de nage funcionó siempre como un anzuelo que uke (atento, despierto, sensible) debía tomar. o intentar tomar, porque un segundo antes de ellos, nage debía recoger el anzuelo con un movimiento en espiral hacia su centro y entonces, cuando uke estaba encima, debía realizar una giro de caderas para frenar el avance de uke. esta técnica derivó más tarde en que nage debía hacer lo mismo, pero el giro debía ser completo, poniendo una rodilla en el suelo (la rodilla correspondiente a la mano libre) y entrando (y girando) en el espacio de uke, permitiendo así su proyección.
como ya fue dicho, en ninguno de los dos casos el aikidoka se sintió cómodo, lo que no impidió que su entrega en la búsqueda del flujo fuera total, aunque insuficiente.
quizás el único momento en el cual el aikidoka se sintió cómodo fue durante la elongación al término de la práctica, cuando abrió sus brazos ampliamente, cuando consiguió conectarse con su cuerpo a través de la respiración, cuando unió las palmas de sus manos frente a su rostro.
a pesar de los reiterados traspiés de la práctica de esta mañana, el aikidoka se sintió bien al término de la misma. "así da gusto empezar el día", dijo al salir del dojo, para luego perderse por las callejuelas de ciudad.
enero 05, 2007
este ejercicio le sirvió al aikidoka para visualizar un asunto muy sencillo. y es que al aprendiz muchas veces como uke le resulta complejo internalizar el concepto de "seguir entrando" mientras está siendo sometido a una téncnica. y en el caso de esta técnica en particular, tal como se lo hizo ver sensei "seguir entrando" signficaba simplemente intentar levantarse y salir de la posición a la que estaba sometido. y la forma más lógico de hacerlo, era yendo hacia el centro de nage. al aikidoka lo impresionó el hecho de que a veces las cosas están mucho más cerca de lo que uno cree.
el aikidoka supo apreciar y tomarle el gusto a la práctica matutina de hoy, la que a pesar de haber sido agotadora (como lo son todas las prácticas impartidas por sensei), fue en extremo agradable, distendida y placentera.
enero 03, 2007
y si la primera práctica fuera el reflejo de lo que será el resto del año, entonces habría que decir que el año se viene muy intenso, y lleno de sorpresas y progresos.
la práctica de hoy estuvo centrada en absorver ushiro ryo te dori. primero dando un paso al costado y sacando a uke de su centro con ikkio ura. luego proyectando a uke, llevando nage sus brazos al hara, al tiempo que bajaba su centro de gravedad, quedando con las dos rodillas sobre el tatami.
un momento sorprendente de la práctica fue cuando, realizando este ejercicio con sempai y estando el aikidoka en posición de uke, éste tomó desprevenido a sempai y logró tomarlo con los brazos muy abiertos atrás, con lo que logró inmovilizarlo, lo cual hizo brotar risas de sempai, que al parecer disfrutó sanamente verse sorprendido.
más tarde sempai ordenó tomar un bokken y realizar el mismo ejercicio. entonces ahora nage, con las dos muñecas tomadas por la espalda, elevaba el bokken hacia el techo del dojo (y más arriba) y luego realizaba un corte vertical, con lo que se producía la proyección de uke.
luego aprovechando que la mtiad de los alumnos tenían bokkenes en sus manos, pidió a todos tomar uno para realizar cortes diagonales, poniendo especial énfasis en que lo importante no era el corte propiamente tal, sino la postura del cuerpo, la sensibilidad hacia la madera y la intención de entrar con el tandem al momento de realizar el suburi.
finalmente, sempai ordenó realizar atokeiko antes de cerrar la práctica y fue en este instante en que el aikiodoka vivió otro momento de gran excitación: al trabajar con otro sempai que asistía a la clase y que estaba haciendo de nage en atokeiko, éste tomó al aprendiz por sorpresa y lo hizo volar en reiteradas oportunidades por los aires, obligando al aikidoka a realizar varios yoko ukemis sin proponérselo. lo sorprendente es que éstos fluyeron impecablemente y a pesar de sufrir varias caídas muy sonoras el aikidoka se sintió realmente bien dándose esos costalazos sobre el tatami.
en resumidas cuentas, y tal como fue señalado al comienzo, se trató de una práctica intensa, sorprendente y realmente estimulante, con la cual el aikidoka espera comenzar un año pletórico de aikido.