esta mañana el aikidoka fue el primero en saltar al tatami. primero caminó dando pasos largos y pisando con fuerza sobre sus pies, luego hizo girar los brazos ampliamente, luego flexionó las rodillas en sentido circular y luego hizo también movimientos circulares con la cabeza, hasta que sensei se hizo presente en en el tatami y pidió tomar un jo.
la práctica de esta mañana se realizó de manera íntegra con un jo entre las manos. incluso durante el precalentamiento, que incorporó algunos ejercicios distintos a los habituales (a pesar de que ni siquiera un precalentamiento es igual a otro). un precalentamiento que rápidamente puso a punto al aikidoka para realizar la práctica.
el escaso acercamiento que el aikidoka tiene a las armas, y en especial al jo, hizo que ésta fuera quizás una de sus peores performances. sin embargo, la sorprendente ductilidad del jo, deslumbró al aikidoka, quien a pesar de su pobre desempeño, disfrutó en grado sumo su manipulación.
todo surgía a partir de un tsuki con el jo, el cual nage debía primero repeler con un golpe al lado, para dejar abierto un flanco y permitir así una arremetida de uke. en segunda instancia, nage debía repeler tanto el primer ataque como también el segundo.
lo interesante era que el jo de nage iniciaba su camino tomado con una sola mano, y una punta apoyada en el tatami como un bastón. entonces, ante la entrada de uke con tsuki (al centro o a la rodilla), nage debía reaccionar tomando el jo con la mano libre y realizar kai ten para salir de la línea de ataque, para luego repeler también el segundo ataque de uke, con un movimiento que al aikidoka le resultó muy difícil de comprender, pero que se intentará describir: la mano que había quedado más cerca de la punta del jo, debía soltarse y llevarse a la punta del jo más cercana al cuerpo. luego, aprovechando ese mismo movimiento, el jo debía ir atrás (pegado al hombro) y desde ahí sacar un movimiento descendente para repelerse el segundo embate de uke, quien finalmente dejaba un flanco abierto para darle el toque de gracia.
clac, clac, clac, clac sonaban los bastones de madera, en un ritmo quebrado que dominó toda la práctica.
en el último ejercicio uke buscaba la punta del jo de nage, pero con las manos libres. nage debía entonces aprovechar ese envión (que venía desde el lado y no desde frente, como es de esperar con un jo en guardia) para abrirse con kai ten y luego agitar el jo como si se estuviera hondeando una bandera, para proyectar a nage.
fue una práctica que sorprendió gratamente al aikidoka, a quien le dieron ganas de ahondar su aprendizaje en el uso de armas.
diciembre 29, 2006
diciembre 27, 2006
esta mañana le palpitaban las sienes, sentía la cabeza embotada, tenía la boca seca y lo dominaba un mareo no muy intenso. dejando de lado los eufemismos, habría que decir que hoy el aikidoka asistió al dojo soportando los embates de una leve resaca.
esto podría sonar como una gran irresponsabilidad, pero quizás hubiera sido más irresponsable precisamente no asistir al dojo por este motivo. por lo demás, el malestar era leve (más producto del sueño que de la ingesta de cervezas de la noche anterior) y sus sentidos se mantenían abiertos. además, nuevamente el tatami funcionó como una especie de analgésico para sus dolencias físicas y espirituales, ya que apenas puso un pie sobre él, sintió el alivio.
claro que las cosas no fueron fáciles para el aikidoka, porque no contento con incluir varios ushiro ukemis al comienzo de la práctica, sempai pidió después tomar el bokken y realizar suburis verticales primero adelante y luego kai ten y corte atrás y luego atrás y atrás otra vez, haciendo girar al aikidoka sobre su eje en reiteradas ocasiones, lo que hizo sentirse aún más mareado.
al aikidoka le costó llevar el ritmo del ejercicio, pero consiguió de todas formas hacer algunos cortes con cierta limpieza. en un momento sempai indicó liberar el kiai al momento de realizar el corte, lo que le produjo al aikidoka una experiencia sumamente gratificante.
el primer ejercicio consistió en que nage debía abrir y extender ambos brazos y uke debía empujar uno de ellos hacia el centro. uke debía empujar el brazo hacia el centro, y nage debía hacer ten kan para nuevamente girar y hacer girar a uke que debía seguir insistiendo.
este fue el ejercicio que lentamente fue mutando para terminar en shiho nage y abrochar la bella práctica de hoy, la que, a jucio del aikidoka, tuvo un caracter circular.
esto podría sonar como una gran irresponsabilidad, pero quizás hubiera sido más irresponsable precisamente no asistir al dojo por este motivo. por lo demás, el malestar era leve (más producto del sueño que de la ingesta de cervezas de la noche anterior) y sus sentidos se mantenían abiertos. además, nuevamente el tatami funcionó como una especie de analgésico para sus dolencias físicas y espirituales, ya que apenas puso un pie sobre él, sintió el alivio.
claro que las cosas no fueron fáciles para el aikidoka, porque no contento con incluir varios ushiro ukemis al comienzo de la práctica, sempai pidió después tomar el bokken y realizar suburis verticales primero adelante y luego kai ten y corte atrás y luego atrás y atrás otra vez, haciendo girar al aikidoka sobre su eje en reiteradas ocasiones, lo que hizo sentirse aún más mareado.
al aikidoka le costó llevar el ritmo del ejercicio, pero consiguió de todas formas hacer algunos cortes con cierta limpieza. en un momento sempai indicó liberar el kiai al momento de realizar el corte, lo que le produjo al aikidoka una experiencia sumamente gratificante.
el primer ejercicio consistió en que nage debía abrir y extender ambos brazos y uke debía empujar uno de ellos hacia el centro. uke debía empujar el brazo hacia el centro, y nage debía hacer ten kan para nuevamente girar y hacer girar a uke que debía seguir insistiendo.
este fue el ejercicio que lentamente fue mutando para terminar en shiho nage y abrochar la bella práctica de hoy, la que, a jucio del aikidoka, tuvo un caracter circular.
diciembre 22, 2006
hoy fue la práctica más luminosa del año. y esto no se dice en sentido metafórico sino estrictamente astronómico. hoy comienza el verano en el hemisferio sur, y por tanto el sol se hizo presente algunos minutos antes de lo acostumbrado.
hacia el final del precalentamiento, sensei indicó tomar bokken, con el que se realizaron cortes verticales, haciendo hincapié en la importancia de tener los brazos relajados, intentando sentir el peso del bokken y sobre todo, al momento de realizar el corte, intentar olvidarse del bokken, dejándolo caer con naturalidad, pero a la vez entrando con intención con irimi.
fue la final del precalentamiento, pero se usó para dar paso al comienzo de la práctica, en la que debía absorverse y contrarrestar un chomen uchi, con el antebrazo y un atemi al tórax, para luego penetrar con ikkio.
fue una práctica que se fue incrementando en intensidad y que sensei remató incluyendo atokeiko antes del término de la misma. fueron más de sesenta proyecciones consecutivas, las que después de más de una hora de trabajo, dejaron exhausto al aikidoka. exhausto pero colmado de energía.
hacia el final del precalentamiento, sensei indicó tomar bokken, con el que se realizaron cortes verticales, haciendo hincapié en la importancia de tener los brazos relajados, intentando sentir el peso del bokken y sobre todo, al momento de realizar el corte, intentar olvidarse del bokken, dejándolo caer con naturalidad, pero a la vez entrando con intención con irimi.
fue la final del precalentamiento, pero se usó para dar paso al comienzo de la práctica, en la que debía absorverse y contrarrestar un chomen uchi, con el antebrazo y un atemi al tórax, para luego penetrar con ikkio.
fue una práctica que se fue incrementando en intensidad y que sensei remató incluyendo atokeiko antes del término de la misma. fueron más de sesenta proyecciones consecutivas, las que después de más de una hora de trabajo, dejaron exhausto al aikidoka. exhausto pero colmado de energía.
diciembre 20, 2006
una tonelada de cansancio, sueño, stress y obligaciones de fin de año se abatieron sobre el aikidoka cuando éste se encontraba aún bajo las sábanas. fue la primera lucha que debió enfrentar el aprendiz esta mañana.
lo alucinante es que toda esa carga que lo asfixia y que lo tiene presa de un constante mareo, se diluye sobre el tatami. allí el aikidoka vuelve a sentirse liviano y se olvida de las lesiones y las molestias corporales. se olvida también incluso de algunas molestias que aquejan a su espíritu.
esta mañana el aikidoka se hizo presente en el dojo pocos minutos antes de que empezara la práctica. en ese breve lapso el aprendiz pensó primero que sería el único alumno de la clase, pero luego de algunos segundos miró a su alrededor y pensó que sería el único varón, aparte de sempai, en medio de un pequeño pero heterogéneo grupo de damas, finalmente, después de otra suma de segundos, lo que parecía una práctica de baja concurrencia, se había convertido en un tatami en el que había que ganarse su espacio.
estaban presentes no sólo los habituales samuráis matutinos, sino también tres alumnos nuevos que asistían a su primera práctica. cada uno con su particular estilo, no sólo en cuanto a su vestimenta, por cierto, sino también por la forma en que cada uno enfrentaba su primer acercamiento al budo.
el aikidoka tuvo la posibilidad de practicar con cada uno de ellos, así como también con otros de sus compañeros, a los que ha visto progresar frente a sus ojos durante todo este tiempo.
este aprendiz se sorprendió con los avances que pudo percibir en algunos de sus compañeros, pero no fue capaz de percibir si él manifestaba el mismo grado de avance.
todo esto mientras, los rayos de sol iban inundando lentamente el dojo, lo que fue cargando a la práctica de una profunda emotividad (o eso fue al menos lo que sintió el aikidoka).
el ejercicio central de esta mañana se inició a partir de katatedori gyaku hammi. nage debía abrirse hacia un costado con la muñeca en su centro, al tiempo que con su mano libre enviaba un atemi al rostro de uke. luego nage acercaba al tatami su centro de gravedad para terminar de desestabilizar a uke que caía de espaldas.
luego ikkio, tanto en suwari como en tachi waza, para terminar con el mismo ejercicio de un comienzo, pero esta vez proyectando.
se trató de una práctica sumamente gratificante, no tanto por la productividad del aikidoka (que como siempre, se entregó por entero con su habitual irregularidad), sino también por la emoción y gratitud que mostraron los alumnos primerizos tras terminar la clase.
el aikidoka cerró la mañana con un intenso y demoledor/reponedor atokeiko.
apenas puso un pie fuera del tatami, tuvo que volver a cargar con la mochila de las preocupaciones.
lo alucinante es que toda esa carga que lo asfixia y que lo tiene presa de un constante mareo, se diluye sobre el tatami. allí el aikidoka vuelve a sentirse liviano y se olvida de las lesiones y las molestias corporales. se olvida también incluso de algunas molestias que aquejan a su espíritu.
esta mañana el aikidoka se hizo presente en el dojo pocos minutos antes de que empezara la práctica. en ese breve lapso el aprendiz pensó primero que sería el único alumno de la clase, pero luego de algunos segundos miró a su alrededor y pensó que sería el único varón, aparte de sempai, en medio de un pequeño pero heterogéneo grupo de damas, finalmente, después de otra suma de segundos, lo que parecía una práctica de baja concurrencia, se había convertido en un tatami en el que había que ganarse su espacio.
estaban presentes no sólo los habituales samuráis matutinos, sino también tres alumnos nuevos que asistían a su primera práctica. cada uno con su particular estilo, no sólo en cuanto a su vestimenta, por cierto, sino también por la forma en que cada uno enfrentaba su primer acercamiento al budo.
el aikidoka tuvo la posibilidad de practicar con cada uno de ellos, así como también con otros de sus compañeros, a los que ha visto progresar frente a sus ojos durante todo este tiempo.
este aprendiz se sorprendió con los avances que pudo percibir en algunos de sus compañeros, pero no fue capaz de percibir si él manifestaba el mismo grado de avance.
todo esto mientras, los rayos de sol iban inundando lentamente el dojo, lo que fue cargando a la práctica de una profunda emotividad (o eso fue al menos lo que sintió el aikidoka).
el ejercicio central de esta mañana se inició a partir de katatedori gyaku hammi. nage debía abrirse hacia un costado con la muñeca en su centro, al tiempo que con su mano libre enviaba un atemi al rostro de uke. luego nage acercaba al tatami su centro de gravedad para terminar de desestabilizar a uke que caía de espaldas.
luego ikkio, tanto en suwari como en tachi waza, para terminar con el mismo ejercicio de un comienzo, pero esta vez proyectando.
se trató de una práctica sumamente gratificante, no tanto por la productividad del aikidoka (que como siempre, se entregó por entero con su habitual irregularidad), sino también por la emoción y gratitud que mostraron los alumnos primerizos tras terminar la clase.
el aikidoka cerró la mañana con un intenso y demoledor/reponedor atokeiko.
apenas puso un pie fuera del tatami, tuvo que volver a cargar con la mochila de las preocupaciones.
diciembre 18, 2006
lo que más lo impresiona de la práctica es esa aparente levedad, cuando en realidad se está desarrollando un trabajo físico muy intenso. sobre todo cuando como hoy, sempai volvió a escoger al aikidoka como uke para ejemplificar la mayoría de las técnicas.
hasta ahora el aprendiz no había captado el esfuerzo físico extra que ese pequeño honor exige.
el tema central de la práctica de hoy, se fue desenvolviendo a partir de katatedori. primero, al igual que durante el precalentamiento, se debía ofrecer un brazo a uke, para luego, poco antes de que éste lo hubiera tomado, recoger el brazo cerrando la muñeca hacia el centro y luego kaiten para clavar el brazo de uke, provocando su proyección.
posteriormente este ejercicio evolucionó hacia arriba: nage debía dejar que uke tomara su muñeca para elevarla, siempre por el centro, y luego, una vez que el brazo de uke está lo más arriba posible y ya desequilibrado, ocupar su espacio recurriendo a kaiten para sacar a uke de su espacio y proyectarlo en ushiro ukemi.
el paso siguiente fue solo dejar pasar a uke. ofrecer la muñeca como una carnada, para que cuando uke fuera a tomarla, ésta se recogía, se cerraba hacia el centro y la otra mano se cruzaba por arriba para dejar pasar la mano de uke.
todo esto había sido cuidadosamente urdido por sempai para que las técnicas anteriormente descritas confluyeran en iriminage. ténica que el aikidoka realizó de forma irregular, sobre todo cuando le tocó como uke el enorme amigo balcánico, de quien el aikidoka podía literalmente colgarse del cuello sin que este humano se inmutara.
hoy el aikidoka comprendió que, más allá de los grandes poderes políticos, las grandes vertientes y de las miles de ramificaciones y enfoques con las que el aikidoka se ha encontrado(y sobre todo se encontrará) en este camino, finalmente sobre el tatami sólo hay personas que intentan fluir, y eso produce una inexplicable sensación de plenitud.
hasta ahora el aprendiz no había captado el esfuerzo físico extra que ese pequeño honor exige.
el tema central de la práctica de hoy, se fue desenvolviendo a partir de katatedori. primero, al igual que durante el precalentamiento, se debía ofrecer un brazo a uke, para luego, poco antes de que éste lo hubiera tomado, recoger el brazo cerrando la muñeca hacia el centro y luego kaiten para clavar el brazo de uke, provocando su proyección.
posteriormente este ejercicio evolucionó hacia arriba: nage debía dejar que uke tomara su muñeca para elevarla, siempre por el centro, y luego, una vez que el brazo de uke está lo más arriba posible y ya desequilibrado, ocupar su espacio recurriendo a kaiten para sacar a uke de su espacio y proyectarlo en ushiro ukemi.
el paso siguiente fue solo dejar pasar a uke. ofrecer la muñeca como una carnada, para que cuando uke fuera a tomarla, ésta se recogía, se cerraba hacia el centro y la otra mano se cruzaba por arriba para dejar pasar la mano de uke.
todo esto había sido cuidadosamente urdido por sempai para que las técnicas anteriormente descritas confluyeran en iriminage. ténica que el aikidoka realizó de forma irregular, sobre todo cuando le tocó como uke el enorme amigo balcánico, de quien el aikidoka podía literalmente colgarse del cuello sin que este humano se inmutara.
hoy el aikidoka comprendió que, más allá de los grandes poderes políticos, las grandes vertientes y de las miles de ramificaciones y enfoques con las que el aikidoka se ha encontrado(y sobre todo se encontrará) en este camino, finalmente sobre el tatami sólo hay personas que intentan fluir, y eso produce una inexplicable sensación de plenitud.
diciembre 15, 2006
por motivos de calendario, el aikidoka todavía no había tenido la oportunidad de asistir a una práctica con sensei desde su regreso al dojo. la de esta mañana fue la primera. y vaya si se notó la diferencia. por algo es sensei.
el tatami se inunda espontáneamente de un aire de mayor solemnidad, sin embargo no pierde un ápice de amabilidad, de generosidad, de distensión. el aikidoka ha notado que es en las prácticas con sensei en las que más abunda la risa.
hoy la práctica estuvo centrada en la contención de katate ryotedori. primero subiendo los brazos y luego dando un paso al lado para posteriormente cerrar con ikkio.
a poco andar, sensei debió corregir al aikidoka quien abría demasiado los brazos para sacar de su espacio a uke. de hecho, los brazos no deben abrirse, puesto que al abrir los brazos estando tomado por la espalda, se está a completa merced de uke.
sensei explicó al aikidoka que los brazos debían subir por el centro del cuerpo y que sólo una vez que han llegado lo más alto posible, debe darse el paso al costado para entrar con ikkio.
tras la intervención de sensei, el aikidoka corrigió (o hizo todo su esfuerzo por corregir) el desarrollo de la técnica, que evidente mejoró, pero sólo en parte.
más tarde la técnica varió. ahora en vez de realizar ikkio, había que proyectar a uke bajando el centro de gravedad y aprovechando el envión del ataque. se realizaron reiterados ukemis, que el aikidoka disfrutó de manera especial, dada la ausencia de ukemis de la práctica del miércoles.
también disfrutó practicando con un gran compañero con quien se entretuvo haciendo variaciones inesperadas de la técnica, improvisando ataques que se realizaron con mayor intensidad, simulando acciones de ataque inesperado.
fue una bellísima práctica, que el aikidoka selló con un interesante atokeiko que esta vez incluyó proyecciones en suwari waza (lo cual recordó al aikidoka que todavía no cicatriza ese punto rojo que tiene en el pie izquierdo).
terminada la práctica el keiko gi del aikidoka terminó completamente mojado. como si hubiera estado horas bajo una lluvia intensa.
el tatami se inunda espontáneamente de un aire de mayor solemnidad, sin embargo no pierde un ápice de amabilidad, de generosidad, de distensión. el aikidoka ha notado que es en las prácticas con sensei en las que más abunda la risa.
hoy la práctica estuvo centrada en la contención de katate ryotedori. primero subiendo los brazos y luego dando un paso al lado para posteriormente cerrar con ikkio.
a poco andar, sensei debió corregir al aikidoka quien abría demasiado los brazos para sacar de su espacio a uke. de hecho, los brazos no deben abrirse, puesto que al abrir los brazos estando tomado por la espalda, se está a completa merced de uke.
sensei explicó al aikidoka que los brazos debían subir por el centro del cuerpo y que sólo una vez que han llegado lo más alto posible, debe darse el paso al costado para entrar con ikkio.
tras la intervención de sensei, el aikidoka corrigió (o hizo todo su esfuerzo por corregir) el desarrollo de la técnica, que evidente mejoró, pero sólo en parte.
más tarde la técnica varió. ahora en vez de realizar ikkio, había que proyectar a uke bajando el centro de gravedad y aprovechando el envión del ataque. se realizaron reiterados ukemis, que el aikidoka disfrutó de manera especial, dada la ausencia de ukemis de la práctica del miércoles.
también disfrutó practicando con un gran compañero con quien se entretuvo haciendo variaciones inesperadas de la técnica, improvisando ataques que se realizaron con mayor intensidad, simulando acciones de ataque inesperado.
fue una bellísima práctica, que el aikidoka selló con un interesante atokeiko que esta vez incluyó proyecciones en suwari waza (lo cual recordó al aikidoka que todavía no cicatriza ese punto rojo que tiene en el pie izquierdo).
terminada la práctica el keiko gi del aikidoka terminó completamente mojado. como si hubiera estado horas bajo una lluvia intensa.
diciembre 13, 2006
esta mañana el aikidoka debió lidiar con una pequeña herida en el dedo gordo de su pie izquierdo (que se produjo el lunes, debido en parte a la textura áspera del tatami, pero en buena medida también debido a la delicada piel del aikidoka, que se rasga de sólo mirarla).
antes de acceder al tatami, entonces (esta mañana de cielo azul, moteado de nubes) el aikidoka cubrió la pequeña herida (pequeña pero dolorosa. un pequeño pedazo de dedo en carne viva) con un apósito. y la curación funcionó, pero sólo mientras se realizaron técnicas de pie.
muy similar a lo realizado en la práctica del lunes, la de hoy estuvo centrada ya no en absorver y luego proyectar un ataque, sino simplemente dejarlo pasar. uke debía atacar con chomen uchi y nage, para evadir este ataque, debía realizar irimi y luego kaiten. de esta forma, uke seguía de largo con el envión de su ataque.
al aikidoka le resultó curioso pero sumamente interesante el hecho de hacer irimi para enfrentar un ataque con chomen. es decir, la lógica indica que nage (o cualquier ser humano con dos dedos de frente) debería correr a perderse para evitar el ataque. sin embargo en la práctica (y vale aclarar que esto queda circunscrito al tatami) resulta muy efectivo adelantarse al ataque e invadir el espacio de uke.
en determinado momento sempai tomó un arma que al aikidoka le pareció un bokken envuelto completamente en una cinta negra. sempai hizo de uke y atacó al aikidoka quien por supuesto reaccionó lentamente y recibió un sablazo en plena cabeza. sólo en ese momento se dio de cuenta este aprendiz de que no se trataba de un bokken, sino de un arma que desconoce, pero que consiste en una especie de bokken, pero formado por muchos delgados cortes de madera o plástico (el arma estaba cubierta). y recibió varios más, uno detrás de otro. pero no le dolían, porque el arma precisamente está hecha (o eso imagina el aikidoka) para que los aprendices sepan que si hubiera sido una katana de verdad, debería estar cortado en pedazitos sobre el tatami.
este aprendiz tuvo también la posibilidad de practicar con un compañero muy peculiar, que debe llevar dos o tres meses de práctica. un enorme hombre de los balcanes, que debe pesar (y aquí no se teme exagerar) tres veces lo que pesa el aikidoka. tomando en consideración aquello, es fácil imaginar que cualquier intento de realizar cualquier técnica con él era toda una experiencia.
sempai y un alumno de alto rango se esforzaban intentando moverlo, pero era inutil. es que al final, este amable alumno, no realizaba chomen, sino que simplemente se dejaba caer, y eso sí que era un asunto peligroso.
practicar con él exige a cualquier aikidoka un esfuerzo mayor no sólo en el plano físico sino también en el sicológico.
se trató por lo mismo de una práctica en suma estimulante (a pesar del intenso dolor en la herida debido al cual no pudo disfrutar como corresponde de un buen kokiu ho de cierre).
sin embargo fue una práctica sin proyecciones ni ukemis, y el aikidoka, sin duda, los extrañó.
antes de acceder al tatami, entonces (esta mañana de cielo azul, moteado de nubes) el aikidoka cubrió la pequeña herida (pequeña pero dolorosa. un pequeño pedazo de dedo en carne viva) con un apósito. y la curación funcionó, pero sólo mientras se realizaron técnicas de pie.
muy similar a lo realizado en la práctica del lunes, la de hoy estuvo centrada ya no en absorver y luego proyectar un ataque, sino simplemente dejarlo pasar. uke debía atacar con chomen uchi y nage, para evadir este ataque, debía realizar irimi y luego kaiten. de esta forma, uke seguía de largo con el envión de su ataque.
al aikidoka le resultó curioso pero sumamente interesante el hecho de hacer irimi para enfrentar un ataque con chomen. es decir, la lógica indica que nage (o cualquier ser humano con dos dedos de frente) debería correr a perderse para evitar el ataque. sin embargo en la práctica (y vale aclarar que esto queda circunscrito al tatami) resulta muy efectivo adelantarse al ataque e invadir el espacio de uke.
en determinado momento sempai tomó un arma que al aikidoka le pareció un bokken envuelto completamente en una cinta negra. sempai hizo de uke y atacó al aikidoka quien por supuesto reaccionó lentamente y recibió un sablazo en plena cabeza. sólo en ese momento se dio de cuenta este aprendiz de que no se trataba de un bokken, sino de un arma que desconoce, pero que consiste en una especie de bokken, pero formado por muchos delgados cortes de madera o plástico (el arma estaba cubierta). y recibió varios más, uno detrás de otro. pero no le dolían, porque el arma precisamente está hecha (o eso imagina el aikidoka) para que los aprendices sepan que si hubiera sido una katana de verdad, debería estar cortado en pedazitos sobre el tatami.
este aprendiz tuvo también la posibilidad de practicar con un compañero muy peculiar, que debe llevar dos o tres meses de práctica. un enorme hombre de los balcanes, que debe pesar (y aquí no se teme exagerar) tres veces lo que pesa el aikidoka. tomando en consideración aquello, es fácil imaginar que cualquier intento de realizar cualquier técnica con él era toda una experiencia.
sempai y un alumno de alto rango se esforzaban intentando moverlo, pero era inutil. es que al final, este amable alumno, no realizaba chomen, sino que simplemente se dejaba caer, y eso sí que era un asunto peligroso.
practicar con él exige a cualquier aikidoka un esfuerzo mayor no sólo en el plano físico sino también en el sicológico.
se trató por lo mismo de una práctica en suma estimulante (a pesar del intenso dolor en la herida debido al cual no pudo disfrutar como corresponde de un buen kokiu ho de cierre).
sin embargo fue una práctica sin proyecciones ni ukemis, y el aikidoka, sin duda, los extrañó.
diciembre 11, 2006
debido a la importante falta de sueño que ha sufrido el aikidoka durante los últimos días, esta mañana el aprendiz arribó tarde al dojo y debió esperar la señal del sempai para poder acceder al tatami e incorporarse al precalentamiento.
mientras estaba en eso, sentado, alternando movimientos circulares en sus tobillos, un insecto verde se posó sobra una de sus piernas. después de transitar algunos segundos sobre el género de su keiko gi, emprendió vuelo.
al igual que en la práctica del miércoles pasado, hoy el sempai escogió a el aikidoka para demostrar la primera técnica a realizar. la diferencia fue que en esta jornada, el sempai escogió a el aikidoka para ejemplificar todas las técnicas de la práctica, lo cual no sólo significó un mayor desgaste físico del aprendiz (desgaste que aún está sintiendo), sino que además le inyectó una interesante dosis de confianza a la práctica del aprendiz, la cual comenzó con trabajo en suwari waza.
a partir de chomen uchi, nage debía elevar el ataque, aprovechar el envión de nage para elevarlo, buscando hacerlo perder su centro. tal como lo explicó sempai, era como realizar ikkio, pero sin llevarlo a cabo hasta el final.
en el ejercicio siguiente, se realizó la misma técnica, pero en esta oportunidad, una vez conseguido desestabilizar a uke elevando su ataque, se debía "simplemente" girar la cadera, para derribar a uke.
seguramente fue debido al largo tiempo que el aprendiz se mantuvo alejado del tatami que uno de los dedos de su pie terminó sangrando tras los ejercicios en suwari waza debido a la fricción con una de las costuras del tatami. esto no impidió que el aikidoka se volcara por entero al keiko.
al trasladar los ejericios mencionados a tachi waza, nage absorvía el ataque a la cabeza entrando primero en el espacio de uke con irimi, para luego proyectar a uke realizando ten kan.
sempai procedió luego a variar el ejercicio primero modificando el ataque. de chomen pasó a tsuki y entonces nage debía realizar irimi y luego kaiten, ya no proyectando a uke, sino simplemente dejándolo pasar. al punto de que en determinado momento sempai indicó a nage realizar el ejercicio con las manos atrás y seguía funcionando.
fue una práctica intensa, con toda seguridad la más intensa desde que regresó al dojo y el aikidoka se siente hondamente gratificado. sin duda valió la pena el esfuerzo que hizo para desenredarse de las sábanas.
mientras estaba en eso, sentado, alternando movimientos circulares en sus tobillos, un insecto verde se posó sobra una de sus piernas. después de transitar algunos segundos sobre el género de su keiko gi, emprendió vuelo.
al igual que en la práctica del miércoles pasado, hoy el sempai escogió a el aikidoka para demostrar la primera técnica a realizar. la diferencia fue que en esta jornada, el sempai escogió a el aikidoka para ejemplificar todas las técnicas de la práctica, lo cual no sólo significó un mayor desgaste físico del aprendiz (desgaste que aún está sintiendo), sino que además le inyectó una interesante dosis de confianza a la práctica del aprendiz, la cual comenzó con trabajo en suwari waza.
a partir de chomen uchi, nage debía elevar el ataque, aprovechar el envión de nage para elevarlo, buscando hacerlo perder su centro. tal como lo explicó sempai, era como realizar ikkio, pero sin llevarlo a cabo hasta el final.
en el ejercicio siguiente, se realizó la misma técnica, pero en esta oportunidad, una vez conseguido desestabilizar a uke elevando su ataque, se debía "simplemente" girar la cadera, para derribar a uke.
seguramente fue debido al largo tiempo que el aprendiz se mantuvo alejado del tatami que uno de los dedos de su pie terminó sangrando tras los ejercicios en suwari waza debido a la fricción con una de las costuras del tatami. esto no impidió que el aikidoka se volcara por entero al keiko.
al trasladar los ejericios mencionados a tachi waza, nage absorvía el ataque a la cabeza entrando primero en el espacio de uke con irimi, para luego proyectar a uke realizando ten kan.
sempai procedió luego a variar el ejercicio primero modificando el ataque. de chomen pasó a tsuki y entonces nage debía realizar irimi y luego kaiten, ya no proyectando a uke, sino simplemente dejándolo pasar. al punto de que en determinado momento sempai indicó a nage realizar el ejercicio con las manos atrás y seguía funcionando.
fue una práctica intensa, con toda seguridad la más intensa desde que regresó al dojo y el aikidoka se siente hondamente gratificado. sin duda valió la pena el esfuerzo que hizo para desenredarse de las sábanas.
diciembre 06, 2006
si el lunes el foco de la práctica estuvo puesto en el tren superior, el foco de la práctica de esta mañana estuvo centrado en el tren inferior, con un intenso trabajo en suwari waza.
quizás no tan intenso, pero sí prolongado, lo suficiente para el aikidoka que todavía está en proceso de reinserción.
para empezar, habría que decir que esta mañana al abrir la práctica sempai honró al aikidoka escogiéndolo como uke para ejemplificar una técnica. es cierto, no había mucho de donde elegir (cuatro alumnos sobre el tatami), pero había otro sempai y un compañero de bastante mayor rango que el aikidoka (que no posee rango alguno). de cualquier forma, fue un pequeño orgullo para este aprendiz, quien siguiendo las instrucciones de sempai, realizó katate dori en ai hamni.
a partir de ahí, un interesante trabajo de tainoenka, en el cual el sempai explicó que antes de adelantar la pierna para entrar en el espacio de uke, había que levantar las caderas, pegar las rodillas juntando los muslos, como si al aikidoka lo recogiera desde arriba un hilo pegado a la nuca.
toda la primera parte de la práctica estuvo centrada en ese ejercicio, para luego ponerse de pie y realizar tenchi nage: abriendo como si tuviera dos platillos y luego proyectando al ocupar la posición de uke. esta técnica se relacionaba con la anterior, en el momento en que tori procedía con irimi.
luego se regresó a tainoenka, pero esta vez de pie y a partir de morote de dori.
en un movimiento muy similar, nage (que tenía tomado el brazo en ai hamni como si fuera un sable) acercaba su centro hacia su muñeca y a partir de ahí comenzaba a elevarlo hacia el cielo para luego girar la cadera en kaiten para proyectar a uke.
claro que sempai hizo la salvedad de que se debía realizar el ejercicio sin proyección, lo que en buena medida lo convertía en un ejercicio mucho más estático y contemplativo.
el aikidoka experimentó hoy una interesante paradoja: al momento de practicar con un nuevo asistente a las prácticas (al menos el aikidoka nunca se lo había cruzado en las prácticas matutinas), como uke este nuevo aprendiz le hacía el trabajo fácil al aikidoka, adelantándose a las técnicas, prácticamente moviendo los brazos hacia donde el aikidoka debía moverlos, en buenas cuentas, como si estuviera haciendo el trabajo de él. la paradoja radica en que toda esa aparente ayuda que entregaba el practicante, no hacía más que ponerle las cosas difíciles al aikidoka.
la práctica concluyó con una breve elongación y luego el aikidoka se sometió a atokeiko, el cual, tomando en cuenta la condición de reinsertado del aikidoka, sempai lo realizó de manera suave. atokeiko fue sorteado con entereza.
lentamente el aikidoka vuelve a tomarle el gusto al tatami, al cansancio placentero y estimulante que deja la práctica.
quizás no tan intenso, pero sí prolongado, lo suficiente para el aikidoka que todavía está en proceso de reinserción.
para empezar, habría que decir que esta mañana al abrir la práctica sempai honró al aikidoka escogiéndolo como uke para ejemplificar una técnica. es cierto, no había mucho de donde elegir (cuatro alumnos sobre el tatami), pero había otro sempai y un compañero de bastante mayor rango que el aikidoka (que no posee rango alguno). de cualquier forma, fue un pequeño orgullo para este aprendiz, quien siguiendo las instrucciones de sempai, realizó katate dori en ai hamni.
a partir de ahí, un interesante trabajo de tainoenka, en el cual el sempai explicó que antes de adelantar la pierna para entrar en el espacio de uke, había que levantar las caderas, pegar las rodillas juntando los muslos, como si al aikidoka lo recogiera desde arriba un hilo pegado a la nuca.
toda la primera parte de la práctica estuvo centrada en ese ejercicio, para luego ponerse de pie y realizar tenchi nage: abriendo como si tuviera dos platillos y luego proyectando al ocupar la posición de uke. esta técnica se relacionaba con la anterior, en el momento en que tori procedía con irimi.
luego se regresó a tainoenka, pero esta vez de pie y a partir de morote de dori.
en un movimiento muy similar, nage (que tenía tomado el brazo en ai hamni como si fuera un sable) acercaba su centro hacia su muñeca y a partir de ahí comenzaba a elevarlo hacia el cielo para luego girar la cadera en kaiten para proyectar a uke.
claro que sempai hizo la salvedad de que se debía realizar el ejercicio sin proyección, lo que en buena medida lo convertía en un ejercicio mucho más estático y contemplativo.
el aikidoka experimentó hoy una interesante paradoja: al momento de practicar con un nuevo asistente a las prácticas (al menos el aikidoka nunca se lo había cruzado en las prácticas matutinas), como uke este nuevo aprendiz le hacía el trabajo fácil al aikidoka, adelantándose a las técnicas, prácticamente moviendo los brazos hacia donde el aikidoka debía moverlos, en buenas cuentas, como si estuviera haciendo el trabajo de él. la paradoja radica en que toda esa aparente ayuda que entregaba el practicante, no hacía más que ponerle las cosas difíciles al aikidoka.
la práctica concluyó con una breve elongación y luego el aikidoka se sometió a atokeiko, el cual, tomando en cuenta la condición de reinsertado del aikidoka, sempai lo realizó de manera suave. atokeiko fue sorteado con entereza.
lentamente el aikidoka vuelve a tomarle el gusto al tatami, al cansancio placentero y estimulante que deja la práctica.
diciembre 04, 2006
fueron exactos 38 días los que el aprendiz se mantuvo alejado del dojo.
a pesar de los valiosos consejos de ko hai, el aikidoka no tuvo oportunidad (o tiempo) para acercarse al dojo como observador. (ya que se ha dado la instancia, se agradece también el interés que manifestó taiko go san por la condición física de este aprendiz).
durante su período de recuperación, en el que experimentó diversos estados anímicos (en un abánico que podía ir desde la rabia hasta la más profunda indiferencia) el aikidoka se volcó a la lectura de diversos escritos relacionados con las artes marciales en general y el aikido en particular.
principalmente conversaciones con otros practicantes de diversos grados. conversaciones o imágenes audiovisuales que se dieron la mayoría de las veces (aunque para ser más exactos deberíamos decir en su totalidad) en un ambiente virtual.
conversaciones que permitieron al aikidoka descubrir aristas que para él habian sido hasta ahora desconocidas. puntos de vista, opiniones, acercamientos, motivaciones, aspiraciones y reflexiones diversas tanto en la forma como en el fondo. intercambios que sin duda intervinieron en la percepción que el aprendiz tenía sobre este camino.
de ahí radicaba la especial importancia que tenía este primer encuentro con el tatami después de este tiempo de inactividad física.
pero no era sólo una prueba física, sino que también un desafío a la percepción que el aikidoka tenía de la práctica después de la enorme cantidad de ideas y opiniones de otros practicantes que pasaron frente a sus ojos (y se metieron en su cabeza) durante este lapso.
y la verdad es que este regreso no pudo ser mejor para el aikidoka. a pedir de boca habría que decir, si quisiera usarse un término manido.
porque como si el sempai hubiera sabido lo de su lesión (y claro que no lo sabía) la práctica estuvo centrada en luxaciones de hombro y proyecciones (mae y ushiro) a partir de katadori. una práctica que exigió especialmente los tendones y ligamentos de los hombros, prueba que fue sorteada de manera impecable por el aikidoka, quien además disfrutó rodando sobre el tatami después de todos estos días.
sumado a todo esto, está el hecho de que fue una práctica poco concurrida pero muy heterogénea.
al aikidoka lo sorprendió gratamente la progresión que pudo apreciar en un practicante a quien un día, hace un par de meses, el aikidoka vio llegar a su primera práctica (con buzo y sudadera) y ahora lucía orgulloso su keiko gi de textura granulada y por cierto un notorio avance en su acercamiento a la técnica.
fue una práctica que podríamos definir como suave, pero no por eso poco exigente, lo cual resulta de suma importancia, para permitir al aikidoka un acercamiento gradual al keiko.
a pesar de los valiosos consejos de ko hai, el aikidoka no tuvo oportunidad (o tiempo) para acercarse al dojo como observador. (ya que se ha dado la instancia, se agradece también el interés que manifestó taiko go san por la condición física de este aprendiz).
durante su período de recuperación, en el que experimentó diversos estados anímicos (en un abánico que podía ir desde la rabia hasta la más profunda indiferencia) el aikidoka se volcó a la lectura de diversos escritos relacionados con las artes marciales en general y el aikido en particular.
principalmente conversaciones con otros practicantes de diversos grados. conversaciones o imágenes audiovisuales que se dieron la mayoría de las veces (aunque para ser más exactos deberíamos decir en su totalidad) en un ambiente virtual.
conversaciones que permitieron al aikidoka descubrir aristas que para él habian sido hasta ahora desconocidas. puntos de vista, opiniones, acercamientos, motivaciones, aspiraciones y reflexiones diversas tanto en la forma como en el fondo. intercambios que sin duda intervinieron en la percepción que el aprendiz tenía sobre este camino.
de ahí radicaba la especial importancia que tenía este primer encuentro con el tatami después de este tiempo de inactividad física.
pero no era sólo una prueba física, sino que también un desafío a la percepción que el aikidoka tenía de la práctica después de la enorme cantidad de ideas y opiniones de otros practicantes que pasaron frente a sus ojos (y se metieron en su cabeza) durante este lapso.
y la verdad es que este regreso no pudo ser mejor para el aikidoka. a pedir de boca habría que decir, si quisiera usarse un término manido.
porque como si el sempai hubiera sabido lo de su lesión (y claro que no lo sabía) la práctica estuvo centrada en luxaciones de hombro y proyecciones (mae y ushiro) a partir de katadori. una práctica que exigió especialmente los tendones y ligamentos de los hombros, prueba que fue sorteada de manera impecable por el aikidoka, quien además disfrutó rodando sobre el tatami después de todos estos días.
sumado a todo esto, está el hecho de que fue una práctica poco concurrida pero muy heterogénea.
al aikidoka lo sorprendió gratamente la progresión que pudo apreciar en un practicante a quien un día, hace un par de meses, el aikidoka vio llegar a su primera práctica (con buzo y sudadera) y ahora lucía orgulloso su keiko gi de textura granulada y por cierto un notorio avance en su acercamiento a la técnica.
fue una práctica que podríamos definir como suave, pero no por eso poco exigente, lo cual resulta de suma importancia, para permitir al aikidoka un acercamiento gradual al keiko.
diciembre 03, 2006
ha concluido el letargo del aprendiz. durante este tiempo los tendones y ligamentos casi han vuelto a su posición y tamaño original. y se dice casi, porque a decir verdad, queda en el aikidoka todavía una mínima molestia en el hombro derecho al realizar un movimiento muy específico pero no por eso menos incómodo.
a pesar de ello, está decidido a volver mañana, en pocas horas, a su primer keiko tras una larga espera.
a pesar de ello, está decidido a volver mañana, en pocas horas, a su primer keiko tras una larga espera.
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