agosto 30, 2006

hoy regresó al dojo una bella y gracil aikidoka, a la que el aikidoka no había visto en prácticas matutinas desde hacía por lo menos tres meses. ¿cómo estás? le preguntó el aikidoka poco antes de pisar el tatami. ahora vamos a ver cómo estoy, respondió.

en la práctica de esta mañana el sempai volvió a referirse al tema de la efectividad del aikido. desde el punto de vista del aikidoka, el concepto que este sempai quiere compartir con sus aprendices, es el del placer, exhaltar el sentido hedonista de este arte.

el trabajo del cuerpo debe ser una sensación placentera, dijo en una oportunidad el sempai. el cuerpo de uke debe ser flexible y debe extenderse lo más posible desde un punto a otro, agregó luego.

la práctica terminó con kokiu ho, mientras los rayos del sol entraban por los ventanales que dan al oriente.

agosto 28, 2006

antes de pisar el tatami, el aikidoka estableció interesante conversación con el sempai acerca de los exámenes que se avecinan. el sempai recomendó al aikidoka dejar pasar estos exámenes, pero sin falta tomar el próximo para acceder a su primer grado. una recomendación que no hizo más que confirmar la decisión que había tomado previamente el aikidoka con respecto a esta instancia.

de todas formas, el sempai se ofreció gentilmente a centrar la práctica en los ejercicios que se exigen para acceder al primer grado, es decir sexto kyu o rokkyu kyu.

de esta manera, tras el precalentamiento habitual (que siempre son distintos unos de otro) la práctica comenzó con katatedori aihamni iriminage, para luego, frente a ese mismo ataque, responder con kotegaeshi, ikkyo, shihonage, tanto en sus variantes de omote como ura.

y si bien se podría decir que el aikidoka realizó estas técnicas con relativa fluidez, la práctica confirmó como su correcta decisión de esperar, hasta sentirse realmente listo para dar su primer examen y todos los que vengan por delante: cada uno a su debido tiempo.

fue una práctica luminosa y no sólo en el sentido metafórico del término. en esta época del año la práctica comienza cuando ya ha amanecido y hacia el final, mientras el aikidoka realizaba los ejercicios de elonganción y respiración, los rayos de sol irrumpieron con fuerza por las ventanas del dojo.

agosto 25, 2006

la práctica de esta mañana tuvo un lento despegue para el aikidoka. durante mucho rato el aprendiz se sintió lento y distraido. sentía su cuerpo pesado. y así se mantuvo (y así se sintió), hasta que de a poco fue alcanzando cierto ritmo y logró sumergirse en la práctica, la cual estuvo centrada en ikkio (ikkio parece ser el origen).

el aikidoka tuvo hoy la oportunidad de practicar con un compañero al que nunca había enfrentado. no menor fue la sopresa del aikidoka al comprobar la enorme flexibilidad y plasticidad de la que hacía gala este practicante.

por si esto fuera poco, cada vez que al aikidoka le tocó el turno de uke, este practicante (de alto rango, imaginó el aikidoka, con varios años de experiencia), una vez que había sometido al aikidoka, le prodigaba breves pero placenteros masajes a la altura del hombro, haciéndole ver, con gran alegría y excelente disposición, que el aikidoka estaba rígido, demasiado tenso, que debía soltarse.

y tenía razón. el aikidoka tiene sumamente claras sus limitaciones, dentro de las cuales se cuentan la rigidez y escasa elasticidad de su cuerpo. de todas formas, y por lo mismo, fue un agrado trabajar con este alegre y ágil practicante, poco habitual de las sesiones matutinas en el dojo.

una vez cerrada la práctica, el aikidoka solicitó atokeiko a sensei, quien se encontraba doblando su hakama. sensei interrumpió su labor y procedió a realizar atokeiko con el aikidoka, quien terminó exhausto, absolutamente rendido.

el aikidoka demoró algunos minutos en recuperarse del esfuerzo que le significó atokeiko, pero una vez recuperado, volvió a sentir ese placentero cansancio que lo domina al término de cada práctica.

agosto 23, 2006

un día limpio y despejado esperaba al aikidoka para la práctica de esta mañana. una práctica que no sería como las otras (aunque en realidad, ninguna práctica es como otra).

desde hace algún tiempo el aikidoka había venido cuestionándose hondamente sobre la efectividad del aikido frente a determinadas situaciones fuera del dojo.

y hoy, como si el sempai hubiera estado enterado de las reflexiones en las que estaba inmerso el aikidoka, se refirió precisamente a ello. y a decir verdad, la propuesta del sempai es muy similar a la conclusión a la que había llegado el aikidoka con respecto a este dilema.

no es necesario que el aikido sea efectivo. el aikido debe ser una forma de comunicación corporal. no se está en el dojo pensando en enfrentarse a situaciones delicadas que podrían ocurrir en la calle. "porque si quieren dártela, te la van a dar", dijo el sempai.

muchas veces el aikidoka ha recibido advertencias de otros aprendices e incluso de algunos sempais, sobre la posibilidad de recibir determinado ataque si se tiene abierto algún flanco. pero eso no es necesario, porque no se debería estar pensando realmente en un ataque, sino más bien en sacar al oponente de su centro. y en eso se puede estar toda una vida. el resto es innecesario. el aikidoka no piensa en la lucha. es más, el aikidoka no concibe la lucha. sólo busca la comunicación corporal, el centro como eje y generador.

mientras todo esto ocurría, una densa niebla se dejaba caer sobre el dojo y sobre toda la ciudad.

más tarde, el sempai se refirió también a la distancia entre dos puntos. en el espacio que se abre al recorrer esa distancia.

fue una práctica hermosa. conceptual pero viva, alegre y cargada de buena energía.

en la calle, el aikidoka debió abrirse paso entre la niebla.

agosto 21, 2006

una plácida temperatura, que se debe haber movido entre los ocho y diez grados, recibió esta mañana al aikidoka, quien se atrevería a decir que la sensación térmica en el dojo era cercana a la perfección.

hoy los titubeos del aikidoka se manifestaron en pleno precalentamiento, cuando el sempai ordenó realizar simulacros de corte con el bokken (pero sin el bokken) cortando primero adelante, luego atrás, luego a un lado, luego atrás, luego al lado (siempre el mismo lado) y nuevamente atrás y así en un circuito preciso en el que el aikidoka naufragó irremediablemente.

más tarde, durante la práctica, a la que asistieron compañeros a los que el aikidoka no veía desde hacía un tiempo (innecesario precisar cuánto), el aikidoka realizó por primera vez yoko ukemi.

el gentil sempai se ofreció para enseñar al aprendiz a caer por primera vez de costado, girando la cabeza en el aire, con el brazo tomado por nage.

el aikidoka estaría mintiendo si dijera que aprendió a realizar yoko ukemi. la situación fue tan sencilla como que en un momento el aikidoka estaba de un lado y al segundo siguiente, estaba cayendo de costado sobre el tatami, golpeando el tatami con la palma de la mano que no tenía tomada nage.

fue una experiencia muy singular que el aikidoka saboreó con particular gusto y que sin duda marcó la práctica de esta mañana.


agosto 18, 2006

hay algo que no estás haciendo bien. el aikidoka escuchó tres veces esta frase durante la práctica de esta mañana. la misma frase proveniente de tres personas distintas.

primero un aikidoka de alto grado. luego un sempai y finalmente el mismísimo sensei eran quien declamaba la demoledora frase.

las cosas habían empezado bien para el aikidoka. fue el primero en estar alineado frente a la kamiza esperando al sensei. y quizás fue esa puntualidad (o quizás no) lo que motivó al sensei a escogerlo para ejemplificar la primera técnica.

seguro que fue un buen comienzo, pero luego vino el desempeño dubitativo del aikidoka que motivaron las expresiones ya mencionadas.

es cierto, son apenas cinco meses desde que el aikidoka se reincorporó a las prácticas (después de un paso fugaz hace muchos años), y si bien cinco meses no son nada en este largo y luminoso camino, parecen ser menos para el aikidoka, que falla más de lo que le gustaría.

terminada la práctica, el sensei anunció que se avecinan exámenes para acceder a nuevos grados. sin embargo el aikidoka no se sintió tocado por ese anuncio. no por falta de interés, por cierto, sino por que por el momento se siente bien en su condición de mukyu, de soldado raso, de aikidoka sin grado.

no es el momento de dar examen para el aikidoka. y nadie (ni siquiera el aikidoka) podría afirmar con seguridad si es que ese momento llegará realmente en este camino.

agosto 16, 2006

esta mañana el aikidoka decidió practicas sin calcetines. como había sido mencionado anteriormente, los calcetines del aikidoka no tenía como objetivo aplacar el frío en los pies, sino proteger las heridas en sus empeines (provocadas precisamente una gélida mañana en la que el frío tatami era como la hoja de un cuchillo afilado), las cuales sin calcetines, y en proceso de cicatrización, era muy fácil que volvieran a abrirse y provocar manchas sanguinolientas en el tatami.

pero las heridas en los pies del aikiodoka ya han cicatrizado por completo y desde hoy las prácticas serán definitivamente sin calcetines.

el aikidoka volvió a sentir la libertad de los pies desnudos, la tracción de la piel sobre la tela del tatami, la liviandad y la agilidad de los pies al descubierto.

durante la práctica de hoy (una práctica intensa, en la que no habían pasado más de diez minutos cuando el aikidoka ya sudaba profusamente por todos los poros) el aprendiz sintió que una sola vez (de las decenas y quizás centenar de veces) realizó un ejercicio utilizando el poder de su centro. fue una experiencia intensa, fugaz, agradable, pero que ocurrió sin que el aikidoka se lo propusiera, y por lo mismo, no fue capaz de volverla a repetir. ni la intención, ni el modo, ni el tiempo. fue una sola buena ejecución de la técnica (el aikidoka ya no recuerda el nombre), que no se volvió a repetir.

fue como esos sueños fugaces que producen un inesperado placer, pero que al momento de reconstruirlos, se dispersan en un bosque onírico.

agosto 14, 2006

comienza la semana para el aikidoka. una semana extraña. con interrupciones.

la práctica de hoy, comenzó igualmente extraña que esta extraña semana, con un sempai distinto al de cada lunes. detalle que no impidió que se desarrollara una alegre y distendida práctica iluminada sólo por el sempai y dos aikidokas (un tercero pasó por el dojo raudo. tan raudo que casi no se vio).

una práctica que estuvo centrada en ikkyo. una práctica que gatilló en el aikidoka una serie de preguntas que no serán planteadas en este momento.

agosto 11, 2006

a pesar de que disponía del tiempo para hacerlo, el aikidoka no tomó el bokken esta mañana, sino que se dedicó a realizar mae ukemis. rodó una y otra vez hacia adelante, hasta que el tatami se fue sembrando de practicantes y hasta que el sensei se hizo presente.

una interesante y dinámica práctica fue la que se realizó esta mañana en el dojo.

el sensei utilizó el jo para ejemplificar una técnica y para luego ejercitarla entre todos los asistentes, dos de los cuales no consiquieron terminar la práctica.

el aikidoka se manejó de manera aceptable, con altibajos, como siempre, pero también con momentos un poco más felices que otros.

agosto 09, 2006

esta mañana al aikidoka se le apareció el fantasma de la lesión.

a mitad de práctica, durante un intercambio de mae ukemis con un compañero (parroquiano habitual de las prácticas matutinas) siendo el aikidoka el uke, y cuando ya había sido proyectado por su compañero, sintió engancharse el talón de su pie izquierdo en el hakama de nage. con el agravante de que esta vez a esta (mala) maniobra, se sumó un golpe de su propia rodilla en la frente.

sin embargo, no sabe con certeza si fue gracias a su mayor movilidad, a leyes de la física, o simplemente a causa del azar, su pierna logró zafarse antes de estirar demasiado el músculo, estom mismo (o quizás otras razones) hicieron que el rodillazo en la frente fuera en suma leve.

no se sintió mareado ni lesionado muscularmente, pero aún así el aikdioka tomó un breve descanso en una esquina del tatami, para después de unos minutos, retomar las acciones con igual o mayor entusiasmo.

no fue el único incidente de la práctica, que terminó con un 25% de bajas.

porcentaje en el que no estaba incluído el aikidoka, por cierto, quien terminó sin inconveniente la práctica, pero quien sin embargo no pudo lograr mayor concentración. por motivos en los que no vale la pena ahondar, simplemente tenía su cabeza en otra parte.

terminada la práctica, el aikidoka se encontró en la calle con un día hermoso, en el que se mezclaban las nubes, el sol y la lluvia, en un cuadro formidable.

agosto 07, 2006

esta mañana, mientras esperaba que llegara el sempai a abrir el dojo, el aikidoka pudo notar con total claridad que está empezando a amanecer más temprano, descubrimiento que le produjo una placentera sensación de calor en el pecho, calor que no fue suficiente para hacer entrar en calor al aikidoka en una mañana en la que el frío era como un puñal afilado. quizás fue por eso (o quizás no), que tras el precalientamiento, el sempai decidió iniciar la práctica con shotoo.

la técnica en la que se centró la práctica de esta mañana fue kotegaechi. utilizando primero el choto (como una extensión del brazo) para luego realizar la misma técnica (y algunas de sus variantes), inermes.

se realizaron tres o cuatro variantes de kotegaechi, alternándo el sempai indistintamente con los dos practicantes. hacia el final de la práctica, el sempai ordenó randori con quince entradas de dos ukes para un nage.

el aikidoka desarrolló una práctica regular, pero en randori estuvo particularmente bajo. si bien alerta y rápido en sus reacciones, se le vio falto de ideas, y no fue más allá de dos o tres variantes pobremente realizadas.

sólo dos aprendices y el sempai asistieron hoy al dojo. pero el rigor y la entrega que cada uno de ellos entregó a la práctica, fue suficiente para iluminar al dojo en una mañana luminosa, aunque, como ya fue dicho, muy, pero muy fría.

agosto 04, 2006

esta mañana el aikidoka no sólo alcanzó a leer algunas líneas (hábito que ha adquirido desde hace algunos días mientras espera que se abran las puertas del dojo), sino también, ya una vez adentro, sobre el tatami, nuevamente tuvo tiempo para lanzar algunos cortes con el bokken. bastante más que en otras ocasiones, con irregular efectividad (siempre bajo el rango de lo aceptable), igual que en otras ocasiones.

la práctica se abrió con cinco practicantes que alternaron cordialmente sobre el tatami.

ikkio fue nuevamente la técnica en la que estuvo centrada la práctica. es que a fin de cuentas es ikkio la médula de muchas otras técnicas. otras conexiones que nacen desde ahí.

hoy asistió un nuevo aprendiz a la práctica, con el que el aikidoka intercambió en reiteradas oportunidades. un hombre bastante más experimentado que el aikidoka, por cierto (es difícil encontrar en el dojo a alguien menos experimentado que el aikidoka), con el que fue muy grato compartir. lo mismo con ese aprendiz enorme que mide dos veces lo que mide el aikidoka, y que lo hace sentir como nage, pero es dócil y disciplinado como uke.

fue una práctica exigente, en la que el aikidoka tuvo la oportunidad incluso de alternar también con sensei, quien lo guió con generosidad y asertividad por el camino.

una vez cerrada la práctica (una vez barrido el tatami entre todos los asistentes), el aikidoka se estaba deslizando sigilosamente fuera del tatami, cuando sensei lo detuvo: atokeiko, clamó desde el otro lado del tatami. el aikidoka volvió tras sus pasos, y fue sometido a una intensa sesión de proyecciones con ukemis que obligaron al aikidoka a llevar al límite sus regulares condiciones físicas.

después de atokeiko, el aikidoka prácticamente salió gateando del tatami. pero ahora está cargado de ese cansancio retroactivo. ese cansancio que se convierte en vigor y entusiasmo.

agosto 02, 2006

antes de que se abriera la práctica, el aikidoka una vez más tuvo la posibilidad de realizar cortes (por lado y lado) con el bokken. fueron sólo algunos minutos, pero los suficientes para comprender que dentro de las limitaciones de su estilo, al aikidoka el corte diagonal le fluye mejor de izquierda a derecha que al revés.

luego, sólo dos aikidokas y el sempai cargaron de energía el dojo esta mañana. y vaya si lo hicieron, porque la práctica comenzó suavemente, casi de manera placida, pero poco a poco fue subiendo en intensidad, hasta llegar a un punto en que el aikidoka quedó realmente exhausto.

ikkio fue el eje de la práctica esta vez. técnica que fue desplegada de diversas formas según las indicaciones del sempai. el aikidoka debió enfrentar en reiteradas ocasiones al sempai y a su compañero, una torre humana de casi dos metros, que dócilmente se dejó llevar por los torpes movimientos del aikidoka.

la flexibilidad y la conciencia del centro siguen siendo los princpipales escollos que el aikidoka enfrenta en cada práctica, y seguramente lo seguirán siendo por muchas, muchas prácticas más.