tras la lección de hoy, el aikidoka ha comprendido que la primera gran batalla que tendrá que librar en este regreso al dojo es contra su propio cuerpo.
durante la lección de hoy, el aikidoka realizó con relativa fluidez todos los ejercicios que indicó el sempai.
en varios de estos ejercicios, y en uno en particular, el aprendiz cayó varias veces con el peso de su cuerpo sobre la zona adolorida de su espalda.
como si esto fuera poco, salió de la lección con un nuevo dolor a la altura de la cadera, sin contar el dolor en la articulación del pulgar de la mano derecha (adquirido también durante una práctica anterior) que se extiende ya por más de una semana.
el aikidoka supone que se trata de los dolores propios de su regreso al tatami, pero a ratos se le pasa por la cabeza también la idea de que está retomando las lecciones a una edad muy avanzada, o que simplemente su cuerpo ya no es (y nunca fue) apto para la práctica.