la de hoy era una estupenda mañana para realizar la práctica. la lluvia nocturna había conseguido limpiar el aire, y por si esto fuera poco, hoy el aikidoka está celebrando un nuevo cumpleaños y nada le hubiera gustado más, que empezar este día entregándose por entero en una buena práctica al amanecer.
sin embargo, una inconcebible descoordinación (quizás motivada por los hagazajos que le prodigaron la noche anterior), hizo que el aikidoka ajustara su despertador con doce horas de retraso. así, mientras en el dojo se realizaba una nueva práctica, el aikidoka dormía profundamente.
el aprendiz intentó encontrar algún significado al desencuentro con el despertador justo el día de su cumpleaños, pero no encontró signficado alguno. lo único que se le viene en este momento a la cabeza, es una especie de amonestación implícita (proveniente del flujo) por la ansiedad que lo asaltó la tarde del miércoles.
esta mañana, aún entre las sábanas, el aikidoka se reprendió en silencio, pero de todas formas decidió enfrentar este día con la energía y la vivacidad que le hubiera entregado la práctica.
con el objetivo de enmendar la inasistencia de hoy al dojo, quizás (pero sólo quizás) el aikidoka asista a la clase de mañana, a pesar de que las prácticas del sábado no son del particular gusto del aikidoka.