mayo 22, 2006

a pesar de haber dormido largo y profundo, al aikidoka le costó salir de la cama. pero esto no impidió que llegara puntualmente al dojo, antes del amanecer.

fue una mañana menos fría, lo que en ninguna medida evitó el dolor en los tendones de sus empeines en seiza. aunque sí permitió que el dolor se aplacara más rápidamente. el aikidoka presiente que cuando sus empeines encuentren desde el primer instante la paz en seiza, habrá accedido a un nuevo estado de su aprendizaje.

el cielo y la tierra fueron los conceptos claves de la lección de hoy.

el ataque consistió en ryo tedori. para la defensa el sempai (que hoy estaba algo malogrado de la garganta) ordenó primero tenchi nage (ahí es cuando una mano sube al cielo y la otra apunta a la tierra y se avanza con un pie para contrarrestar el ataque) y luego, para neutralizar el mismo ataque, el sempai ordenó kayte nage. pero dada la complejidad de esa defensa, y la ineptitud de los alumnos que asistieron hoy al dojo (eran cuatro alumnos, tres de los cuales, incluido el aikidoka, eran y seguirán siendo inexpertos), el sempai decidió dejar esa táctica de defensa para más adelante y ordenó entonces seguir con el mismo ataque pero neutralizando con kokiu nage.

después de casi una hora de práctica, el sempai ordenó técnica libre y ahí el aikidoka (que aún no sabe nada de nada) volvió a mostrar su aplomo. ya que mientras sus dos compañeros inexpertos optaron por marginarse en ese momento de la práctica por molestias físicas, el aikidoka debió enfrentar no sólo al sempai, sino al otro alumno, que era enorme y fornido, pero que igualmente se dejó caer ante la débil defensa del aikidoka (que aspira a mejorar día a día).

en la lección de esta mañana el aikodoka sudó y debió esforzarse más que en otras oportunidades. lo cual no significa que en ocasiones anteriores no se haya entregado por entero, sino simplemente que la lección de hoy fue algunos grados más intensa que otras. lo cual el aikidoka agradeció profundamente.