el aikidoka debió proteger las heridas de sus pies antes de partir al dojo esta mañana.
esta vez se trató de una concurrida práctica en la que a poco de entrar en calor, los cuerpos de los practicantes comenzaron a humear profusamente debido al frío reinante.
el tatami estaba tan frío como la mañana del miércoles, pero esta vez el aikidoka usó calcetines. no para evitar el frío, sino para evitar manchar el tatami con sus empeines sangrantes.
los ejercicios se originaron a partir de katate dori. nage debía contrarrestar con ura. más tarde, proyectando a uke.
se trató de una bella práctica. no sólo por la armonía y la calidez acostumbrada del sensei (que es quien imparte la práctica de los viernes). se trató de una bella y estimulatne práctica para el aikidoka por dos instantes imborrables.
- en determinado momento el sensei escogió al aikidoka para que fuera uke en la demostración de un ejercicio para el resto de los asistentes. sensei podría haber escogido a cualquiera de los samuráis de alto rango presentes esta mañana, pero el sensei escogió al aikidoka. decisión que llenó de orgullo al humilde aprendiz.
- hacia el final de la práctica, mientras el aikidoka realizaba kokiu ho con un sempai, los rayos de sol comenzaron a entrar con fuerza por una de las ventanas del dojo. y así, después de kokiu ho, mientras el aikidoka realizaba ejercicios de elongación y respiración, ahora indivualmente, los rayos de sol comenzaron a darle en su espalda y proyectaron su imagen serena en una de las paredes del dojo, justo mientras elevaba sus brazos al cielo.
fue un instante epifánico que seguramente el aikidoka recordará por mucho tiempo.