abril 24, 2007

hace exactamente una semana que el aikidoka no vertía aquí sus impresiones. esto no es sinónimo de una semana completa sin aikido, sino todo lo contrario. el aikidoka ha seguido asistiendo regularmente a sus prácticas, salvo que el aprendiz no ha tenido tiempo de plasmarlas en este espacio.

entonces, como las prácticas de la semana pasada ya se han diluido en el cerebro de este olividadizo principiante, el aikidoka sólo se referirá a la de ayer noche. porque ayer el aikidoka volvió a dejar a un lado la práctica matutina, para centrarse en la nocturna. los motivos para este cambio ya han sido explicados anteriormente, pero el aprendiz quisiera agregar otro que se le había quedado en el tintero: la práctica de la tarde la conduce sensei, la de la mañana no. de esta forma, asistir los lunes en horario nocturno, le permitirá al aikidoka estar más con sensei, lo que para el aprendiz siempre es un gran estímulo.

y anoche la práctica estuvo centrada en shomen uchi nikkyo ura. una hermosísima pero igualmente compleja técnica que al aikidoka le costó mucho asimilar, pero que de todas formas consiguió ir puliendo (toscamente) para terminar realizándola de manera aceptable (aunque no más que eso).

durante la práctica sensei explicó que nikkyo es una técnica que puede ser demoledora pero al mismo tiempo muy reconfortarte. es decir tener sometido a uke con nikkyo podría fácilmente quebrarle la muñeca o provocarle gran dolor sin demasiado esfuerzo. pero es precisamente lo que hay que evitar, dijo sensei. en vez de provocarle dolor a uke, hay que provocarle placer. porque a través de nikkyo también es posible transmitir contención y relajo.

durante la práctica el aikidoka vivió una situación extraña. y fue el hecho de constatar que el primer compañero con el que practicó el aprendiz (que no tenía hakama) comprendía mucho mejor la técnica que otros compañeros con hakama (algunos incluso yudanshas). y esto tenía que ver con que nikkyo debía realizarse en modalidad ura y esto implicaba absorver chomen y de inmediato abrirse para ponerse a las espaldas de uke. esto lo tenía muy claro el primer compañero, no así los siquientes con los que practicó el aikidoka, quienes bloqueaban el golpe, para sólo entonces bajar a uke como con un corte de bokken. por cierto el aikidoka no hizo ver este detalle a ninguno de sus nages y dejó esta situación para sí. principalmente por discreción, pero también porque todas las personas con quienes practicó el aikidoka lograron dejarle algo al aprendiz. sobre todo uno de ellos, que tenía en los pies un olor de los mil demonios que pareció quedar impregnado en la punta de la nariz del aikidoka durante el resto de la práctica.

pero ese ya es otro tema.